Viaje al fin de la nada
Ensayo. En un mundo de vacas flacas horadado por la "constante sensaci¨®n de p¨¦rdida", donde hacer la vista gorda est¨¢ a la orden del d¨ªa, Vicente Verd¨² escoge hacer acto de presencia, exponerse desde la trinchera del libro -conjunto de muchas hojas de papel que, encuadernadas, forman un volumen- para hablarnos en La ausencia de un s¨ªndrome que altera profundamente el estado de ¨¢nimo de la sociedad actual: el mal de ausencia.
El autor de El estilo del mundo comienza su texto m¨¢s metaf¨ªsico definiendo la ausencia como una v¨ªscera palpitante y molesta, incapaz de ser localizada en sitio exacto del cuerpo humano o del organismo social. P¨¦rdida a p¨¦rdida, de la mano de esa "nada que segrega nada", instituciones otrora elementales como la religi¨®n, las jerarqu¨ªas, la autoridad, el silencio o los padres se precipitan al vac¨ªo y a la desaparici¨®n. En efecto, la tendencia de la factor¨ªa de ficci¨®n en la que vivimos est¨¢ orientada a elaborar productos que pesen poco: desde la volatilidad de los mercados a la cultura de trago corto, desde los muebles desmontables a las camas calientes, la gravedad cero se impone como pilar estructurante de un universo laxo, comprimido y extraplano "que se desviste de objetos palpables y se descarga de espesura para ingresar en una fase de desmaterializaci¨®n continua". As¨ª, por ejemplo, el blanco casa perfectamente con el presente porque ambos escenifican la ausencia del color; o, sin ir m¨¢s lejos, la m¨²sica es hilo dominante porque solita se basta para aludir, convocar y producir ausencia.
La ausencia. El sentir melanc¨®lico en un mundo de p¨¦rdidas
Vicente Verd¨²
La Esfera de los Libros. Madrid, 2011
196 p¨¢ginas. 19 euros
El billete de ida al fin de la nada no incluye en su low cost maleta ni mochila alguna: la vida tiene que poder decirse en 140 caracteres... (?por los pelos!).
A mitad de traves¨ªa, el autor vira de estilo, dejando atr¨¢s la "sociolog¨ªa de la experiencia", esa genealog¨ªa t¨ªpicamente verduniana donde razonamientos sagaces son ilustrados por escenas de la vida cotidiana, para adentrarse en un oc¨¦ano m¨¢s personal, la escritura de una "experiencia a secas" que le ha permitido resta?ar las heridas de sus propias p¨¦rdidas. De este modo, con el cap¨ªtulo titulado 'El mar de la melancol¨ªa', se inicia un mon¨®logo interior que aglutina soliloquios filos¨®ficos ¨¢vidos por desgranar propiedades e ingredientes del consom¨¦ melanc¨®lico, disertaciones oraculares pendientes de aclarar si presencia y ausencia pueden, o no, concebirse como cara y cruz de la misma moneda, soflamas encendidas defensoras del derecho de la Muerte a ser aceptada como concepto sociol¨®gico fundamental y post-it recordatorios con citas de Proust.
Adoptando la estampa del ¨¢ngel meditabundo de Durero o del desencajado angelus novus de Klee, Vicente Verd¨² esboza en este libro el plano de una in¨¦dita secularidad, con la Ausencia interpretando el papel principal. A tumba abierta y con el coraz¨®n en un pu?o, asistimos estupefactos a una nueva victoria del capitalismo funeral, que se hace el muerto como el alacr¨¢n, cuando en realidad est¨¢ m¨¢s vivo y coleante que nunca (es decir, igual que siempre).
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