Una oportunidad a la paz
No pretendo ser ning¨²n experto en la cuesti¨®n vasca, pero soy amigo y admirador de Espa?a y, como muchos europeos, hoy celebro la buena noticia. Para lograrla ha sido necesario tomar decisiones dif¨ªciles, y los l¨ªderes espa?oles merecen nuestro apoyo en las que a¨²n les quedan por delante.
La declaraci¨®n unilateral e incondicional de ETA de que pone fin a la lucha armada es una victoria para la democracia y para los pueblos de Espa?a y Francia, en especial quienes viven en las regiones vascas. Es asimismo una victoria para Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, candidato socialista a ser presidente del Gobierno en las pr¨®ximas elecciones nacionales.
Han demostrado una enorme valent¨ªa y han asumido riesgos inspirados en sus principios para defender su pa¨ªs de atentados terroristas mientras buscaban la paz. Han demostrado dominar el arte de gobernar y tener la determinaci¨®n necesaria para ejercerlo al m¨¢ximo nivel.
Europa no necesita cientos de antiguos etarras en la calle, descontentos y sin futuro
Ahora es necesario lograr que la paz sea irreversible y asegurarse de que la violencia ha acabado de forma aut¨¦nticamente definitiva. Nunca debe volver a haber nadie a quien maten, hieran, amenacen, obliguen a exiliarse ni encarcelen por este conflicto. En su declaraci¨®n, ETA pide conversaciones con los Gobiernos de Espa?a y Francia para abordar las "consecuencias" del conflicto. Creo que Espa?a y Francia deber¨ªan aceptar. Y Europa y la comunidad internacional deben apoyarles en el esfuerzo.
Algunos cr¨ªticos dicen que las conversaciones ser¨ªan una "concesi¨®n" a ETA, una "negociaci¨®n" de facto, y que es t¨ªpico de ETA "condicionar" su declaraci¨®n sobre el fin definitivo de la violencia. Son opiniones comprensibles, pero creo que equivocadas. Las conversaciones son necesarias para garantizar la disoluci¨®n de ETA como organizaci¨®n militar y que la paz sea irreversible, igual que lo fueron en Irlanda del Norte.
Demasiado a menudo, en muchos conflictos, se "declara" la paz, pero no se lleva a cabo la dura tarea de desmantelar las estructuras militares, ofrecer alternativas viables a una vida de violencia para los exterroristas y los presos puestos en libertad y normalizar la sociedad para que sea el reflejo de una nueva era sin conflictos.
Si no se celebran conversaciones sobre esos aspectos y se toman medidas concretas para resolverlos, existe un gran peligro de que centenares de miembros, exiliados, partidarios y presos liberados de ETA no sean capaces de construir nuevas vidas sin violencia y acaben cayendo en actividades delictivas o regresando a las acciones violentas. En la mayor¨ªa de los casos se han pasado la vida luchando, en la clandestinidad o en prisi¨®n. Est¨¢n poco preparados para ejercer un empleo. Europa no necesita a cientos de antiguos partidarios de ETA en la calle, descontentos y sin futuro viable. Las experiencias de otros lugares indican que debe crearse un programa de desmovilizaci¨®n, rehabilitaci¨®n y reintegraci¨®n en la sociedad para esas personas, consensuado y promovido por el Estado.
Tampoco queremos tener cientos de armas, toneladas de explosivos y otros materiales e infraestructuras militares de ETA descontrolados ni a la venta en el mercado negro, desde donde pueden acabar sirviendo para matar y herir a otras personas en otros pa¨ªses. Hay que empezar a tomar medidas para evitar todas estas consecuencias destructivas ya. Y eso solo puede conseguirse hablando con ETA.
Soy firme partidario de esas conversaciones, dedicadas en exclusiva a aspectos puramente de seguridad que constituyen las "consecuencias" del conflicto. Ahora bien, no debe haber ninguna conversaci¨®n sobre ning¨²n tema pol¨ªtico. Con ETA hay que hablar solo para solucionar las consecuencias del conflicto.
ETA debe entregar o "poner fuera de uso" sus armas, explosivos e infraestructuras militares de manera verificable. Hay que desmovilizar a sus miembros y definir la forma de que centenares de exiliados regresen a casa. Tambi¨¦n es preciso ocuparse de los m¨¢s de 700 presos de ETA en c¨¢rceles francesas y espa?olas de forma respetuosa con la ley, el sentido com¨²n y el sentimiento popular.
Los presos siempre son un asunto dif¨ªcil cuando termina un conflicto. Pero otras sociedades lo han conseguido y estoy seguro de que las vibrantes democracias de Espa?a y Francia encontrar¨¢n la forma de hacerlo tambi¨¦n. Y puede haber un "dividendo de la paz", cuando los miles de millones de euros que ahora se dedican a medidas de seguridad, tanto por parte del Gobierno como en el sector privado, puedan reorientarse a fines de m¨¢s utilidad social, precisamente cuando Espa?a m¨¢s lo necesita.
En todos estos esfuerzos, no debemos olvidar jam¨¢s a los cientos de tr¨¢gicas v¨ªctimas de la violencia de ETA. Hay que reconocerlas y es preciso compensar y apoyar a las familias que dejaron detr¨¢s.
Los Gobiernos siempre deben defender sus ideales y a sus ciudadanos de los terroristas y la violencia. Pero tambi¨¦n deben encontrar formas de hablar incluso con sus peores enemigos. La mayor¨ªa de los conflictos terminan con alg¨²n tipo de di¨¢logo, no s¨®lo mediante acciones militares o policiales. Hoy, todos los Gobiernos y los actores internacionales deben dar su apoyo m¨¢s absoluto a Espa?a y Francia en su tarea de hablar con ETA y abordar los asuntos necesarios para garantizar una paz duradera. Ha llegado el momento de poner fin para siempre al ¨²ltimo enfrentamiento armado de Europa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.