La convivencia, cuesti¨®n de Euskadi
El 'lehendakari' plantear¨¢ a los partidos "ganar la concordia" antes de abordar las exigencias 'abertzales' - Buscar¨¢ con el Gobierno central mejoras penitenciarias
La consecuci¨®n de una convivencia efectiva, que resta?e las profundas heridas derivadas de cinco d¨¦cadas de terror, ser¨¢ el punto de partida sobre el que gravitar¨¢ mayoritariamente la respuesta pol¨ªtica y social al nuevo escenario de paz abierto en Euskadi tras la hist¨®rica renuncia de ETA a su actividad armada. A esta decisiva conclusi¨®n se llega tras escrutar las reacciones de los partidos y organizaciones emplazadas ayer por el lehendakari, Patxi L¨®pez, "para analizar la nueva situaci¨®n". Queda por conocer cu¨¢l ser¨¢ la respuesta de Bildu, tambi¨¦n convocada, que anoche segu¨ªa sin pronunciarse oficialmente, aunque una abogada de la izquierda abertzale anunci¨® que responder¨ªan por medio de un comunicado al emplazamiento recibido.
El PNV traslada el mensaje de que tambi¨¦n debe hablarse de presos
La izquierda 'abertzale' exige abrir negociaciones con Espa?a y Francia
Con su invitaci¨®n a esta ronda preliminar de contactos, L¨®pez, ya en Vitoria tras un precipitado regreso de EE UU donde abanderaba una delegaci¨®n de marcado acento empresarial, recobra el pulso institucional y pol¨ªtico de una situaci¨®n que le ha cogido con el pie cambiado. Y es que el lehendakari ha permanecido, aparentemente, fuera del escenario donde se ha sustanciado la secuencia del hecho sociopol¨ªtico m¨¢s trascendental de la reciente historia vasca. De un lado, eludi¨® cr¨ªticamente la Conferencia de Paz de San Sebasti¨¢n que precipit¨® el comunicado final de ETA y, a su vez, se vio obligado a valorar desde un tren camino de Nueva York el final de la violencia.
Pero L¨®pez, que presidi¨® a primera hora un Consejo de Gobierno extraordinario, no dud¨® un instante, en cambio, en fijar el ritmo ante la estrategia de "ritmo acelerado" que la izquierda abertzale, sin duda envalentonada por el ambicioso horizonte que atisba, le quiere exigir sin dilaci¨®n alguna. Frente a ello, el lehendakari quiere explicitar con claridad meridiana que "la convivencia ser¨¢ lo primero". En su empe?o tiene asegurado el respaldo de todas las fuerzas parlamentarias. Eso s¨ª, debe saber que el PNV, solidario sin fisuras con el reconocimiento a las v¨ªctimas, le pedir¨¢ la pr¨®xima semana que "no relegue" la b¨²squeda de acuerdos en materia penitenciaria "porque no hay una raz¨®n que justifique c¨®mo no se puede aplicar a los presos de ETA la misma reglamentaci¨®n que a un preso com¨²n", declar¨® ayer un portavoz del EBB.
La izquierda abertzale, de momento, tira por elevaci¨®n y sit¨²a el campo de juego en Espa?a y Francia para seguir as¨ª el hilo argumental de la banda terrorista y de la propia Conferencia de Paz y abordar, por tanto, cu¨¢l ser¨¢ el futuro de la pol¨ªtica penitenciaria, su objetivo m¨¢s perentorio. Este argumentario ser¨¢, de hecho, un eje nuclear de su proclama electoral para el 20-N para, a su vez, delegar en Bildu su relaci¨®n institucional con el lehendakari aunque, por supuesto, sustentada siempre sobre la exigencia expl¨ªcita de "resolver el conflicto, que pasa por el reconocimiento de la naci¨®n vasca y el derecho a decidir".
El lehendakari no quiere urgencias en la toma de decisiones. L¨®pez aspira a un equilibrio que le permita consolidar su liderazgo galvanizando la implicaci¨®n de partidos y organizaciones sociales -incluso ha invitado a los exlehendakaris-, pero sin dejarse presionar por las exigencias abertzales. Para que no hubiera dudas desde un principio, el presidente socialista expuso con rotundidad que defender¨¢ "el derecho a convivir y a la concordia" frente al "derecho a decidir". Con este pronunciamiento env¨ªa un mensaje a los nacionalistas que no han dudado en recuperar el discurso del derecho de autodeterminaci¨®n una vez que han visto encauzado el fin de ETA. Hoy mismo, el Acuerdo de Gernika ha convocado en Bilbao una manifestaci¨®n bajo el lema de que Euskal Herria quiere una soluci¨®n.
En este contexto, ha marcado dos escenarios para acompasar las posibles decisiones. Uno de ellos, sin salir de Euskadi, estar¨ªa focalizado en apuntalar el reconocimiento de las v¨ªctimas -ayer les volvi¨® a testimoniar su reconocimiento- para construir un clima s¨®lido de convivencia. M¨¢s tarde, como dijo ayer, se dirigir¨ªa al Gobierno central "para gestionar y encauzar las cuestiones que dejen atr¨¢s el final de la violencia", l¨¦ase pol¨ªtica penitenciaria.
En este empe?o tendr¨¢ tambi¨¦n el respaldo del PNV, pero es muy posible que I?igo Urkullu imprima otra velocidad una vez engrasada la v¨ªa de comunicaci¨®n con Mariano Rajoy. Adem¨¢s, el PNV, muy comprometido con la b¨²squeda de soluciones a la violencia como le consta al Gobierno socialista y al PP, tiene que cuidar el flanco que se le abrir¨¢ a partir del 20-N con Amaiur en Madrid, en el Congreso. De momento ya ha abierto el discurso de que "no permitir¨¢ que nadie" trate de arrogarse el ¨¦xito del final del terrorismo, porque "se trata de una victoria de la sociedad", como proclam¨® ayer Urkullu en un acto del partido al que asisti¨®, incluso, el veterano Xabier Arzalluz, muy alejado de la actual direcci¨®n del PNV.
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