El bal¨®n, en el tejado chino
El pr¨®ximo martes, la ciudad portuaria de Tianjin, al sureste de Pek¨ªn, iba a ser el escenario de la XIV cumbre entre China y la Uni¨®n Europea, que finalmente ha sido aplazada por la crisis del euro. El primer ministro chino, Wen Jiabao, lleva semanas calentando el ambiente, desde que a principios de septiembre afirmara que su pa¨ªs estaba preparado "para extender una mano de ayuda" e invertir m¨¢s en Europa y Estados Unidos, siempre y cuando percibiera "pasos valientes" por parte de la UE respecto al reconocimiento de China como "econom¨ªa de mercado plena".
La delegaci¨®n europea, encabezada por el presidente del Consejo Europeo, Herman Rompuy; el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, y la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, ten¨ªa previsto viajar a China (todav¨ªa no hay fecha para el nuevo encuentro) en una posici¨®n de clara debilidad frente a sus socios orientales. No solo acud¨ªan sin haber realizado sus deberes (el problema de la deuda soberana de Grecia, y la consiguiente recapitalizaci¨®n de los bancos afectados por la quita, sigue sin soluci¨®n), sino que dif¨ªcilmente podr¨¢n alcanzar acuerdos de calado sin la presencia de los que realmente mandan en la eurozona: Angela Merkel y Nicolas Sarkozy.
No hay que olvidar que el 12% de la deuda soberana espa?ola est¨¢ en manos chinas
Europa llega a la reuni¨®n sin los deberes hechos y sin la presencia de quienes realmente mandan
Al otro lado de la mesa se iban a encontrar a una delegaci¨®n muy crecida, sabedores de que pueden desempe?ar un papel muy importante para ayudar a las econom¨ªas occidentales a evitar esa segunda recesi¨®n que ya se da por hecha en los mercados. Wen Jiabao se sienta sobre un enorme tesoro -3,2 billones de d¨®lares de reservas de divisas, de los que un tercio est¨¢n invertidos en bonos del Tesoro estadounidense-, cuyo destino puede inclinar la balanza del double dip hacia un lado o el contrario. El bal¨®n est¨¢ en su tejado.
China lleva dos d¨¦cadas, al menos, avanzando como una apisonadora hacia el liderazgo econ¨®mico mundial. Tras arrebatar a Jap¨®n la segunda posici¨®n en la clasificaci¨®n de las econom¨ªas mundiales, empez¨® a cerrar la brecha con Estados Unidos, mientras dejaba muy atr¨¢s a los principales pa¨ªses europeos. Con crecimientos anuales del PIB cercanos al 10% y una poblaci¨®n de 1.300 millones de habitantes, China desbancar¨¢ a EE UU como primera potencia econ¨®mica mundial en 2016, seg¨²n estimaciones realizadas por el FMI la pasada primavera.
Es una tendencia imparable, que se ha acelerado desde que en 2007 estallara la crisis financiera, que desemboc¨® en una gran recesi¨®n econ¨®mica. Y no solo China avanza frente a Occidente. India superar¨¢ en breve a Jap¨®n y ocupar¨¢ el tercer puesto y Brasil pasar¨¢ a Reino Unido y Francia en los pr¨®ximos a?os, situ¨¢ndose en la s¨¦ptima posici¨®n del ranking de los pa¨ªses m¨¢s ricos del planeta. La crisis ("causada por blancos de profundos ojos azules", en palabras del expresidente de Brasil Lula da Silva) ha disparado el cambio protagonizado por los pa¨ªses emergentes (algunos, ya emergidos).
Y no son solo los llamados BRICS. Seg¨²n el estudio El mundo en 2050, realizado por la consultora PwC, los 20 primeros puestos de la clasificaci¨®n de pa¨ªses por volumen del PIB en paridad de poder de compra estar¨¢n ocupados en 2050 por China, India, Estados Unidos, Brasil, Jap¨®n, Rusia, M¨¦xico, Indonesia, Alemania, Reino Unido, Francia, Turqu¨ªa, Nigeria, Vietnam, Italia, Canad¨¢, Corea del Sur, Espa?a, Arabia Saud¨ª y Argentina. ?Ning¨²n pa¨ªs europeo en el G-7, y Espa?a, en el puesto 18! (Ese es tema para otro art¨ªculo).
En este contexto, los l¨ªderes pol¨ªticos chinos se muestran p¨²blicamente como los "guardianes de la llave" de la recuperaci¨®n econ¨®mica mundial. Se permiten incluso dar consejos a sus colegas de EE UU y la UE. Todav¨ªa est¨¢ reciente el mensaje enviado desde Pek¨ªn a Washington en julio pidiendo a Obama que pusiera fin a su "adicci¨®n a la deuda, porque comerse en abril el grano de mayo nunca ser¨¢ la soluci¨®n permanente para un problema".
Esta misma semana, los consejos iban enviados a Europa. Un portavoz del Ministerio chino de Asuntos Exteriores afirmaba el martes pasado (despu¨¦s de que Moody's rebajara la calificaci¨®n de la deuda soberana de Espa?a) que "los pa¨ªses afectados deben centrarse en encontrar soluciones propias y en el consenso entre sus l¨ªderes y convertir sus palabras en acciones lo antes posible, con el fin de realizar progresos". No hay que olvidar que China posee el 12% de la deuda soberana espa?ola.
El Gobierno chino sabe que este es el mejor momento para sacar partido a su posici¨®n de fuerza respecto a Occidente. Ahora o nunca. Su modelo econ¨®mico (capitalismo estatal o comunismo de mercado, como se le quiera llamar) est¨¢ en una encrucijada que le obligar¨¢ a tomar decisiones pol¨ªticas, para dar respuesta a la presi¨®n social; o puramente econ¨®micas, para evitar un sobrecalentamiento de la econom¨ªa; o diplom¨¢ticas, para conseguir la consideraci¨®n de econom¨ªa de mercado plena o evitar una guerra comercial con EE UU y la Uni¨®n Europea.
Los analistas empiezan a destacar las tensiones inflacionistas, los primeros s¨ªntomas de una burbuja inmobiliaria incontrolada y la excesiva dependencia de unas exportaciones amparadas en una divisa (el yuan) artificialmente depreciada (hace menos de un mes, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, acus¨® a la divisa china de situarse un 15% por debajo de su valor y culp¨® a la pol¨ªtica de tipo de cambio de Pek¨ªn de haber impedido el ajuste econ¨®mico global). Y todo ello sin contar con la previsible tensi¨®n social y pol¨ªtica a medida que aumentan la corrupci¨®n y las desigualdades en la poblaci¨®n.
Esta situaci¨®n puede llevar a China a "hundir o a salvar al mundo", como explicaba hace dos domingos en estas mismas p¨¢ginas Pablo Bustelo. El profesor Bustelo descartaba los temores a una recesi¨®n en China e incluso un "aterrizaje abrupto" (una ca¨ªda del crecimiento de cuatro puntos o m¨¢s, desde el 10% actual). Tampoco se alineaba con las tesis m¨¢s optimistas de que China podr¨ªa salvar la econom¨ªa global limitando sus efectos a la demanda de importaciones, a la contenci¨®n de precios en productos b¨¢sicos y, por supuesto, a las compras de deuda p¨²blica europea y un eventual incremento de su financiaci¨®n en el FMI. Wen Jiabao sabe que este es su momento. Tiene que mover ficha frente a unas potenciales occidentales muy debilitadas pero que tambi¨¦n tienen llaves sobre el futuro de China. Para ser un l¨ªder global hay que aprovechar las oportunidades, pero no querer ganar el ¨²ltimo d¨®lar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.