Impredecible recapitalizaci¨®n
Desordenada, lenta, impredecible y descafeinada. As¨ª es como avanza la recapitalizaci¨®n bancaria europea estos d¨ªas. De cumbre en cumbre, la Uni¨®n Europea trata de deshojar la margarita en un entorno de enquistamiento y falta de resoluci¨®n pol¨ªtica considerables. Al menos, existe un consenso en que el problema de la deuda soberana y el de la recapitalizaci¨®n est¨¢n estrechamente vinculados y no hay soluci¨®n para el uno si no la hay para el otro.
Lo que ha trascendido hasta ahora son algunos acuerdos parciales que pueden ayudar en alguna medida pero que, desde luego, a¨²n no resuelven el problema. Para desesperaci¨®n de todos. Hasta el momento, lo que se sabe es que habr¨¢ una recapitalizaci¨®n que alcanzar¨¢ los 108.000 millones, seg¨²n las primeras estimaciones. Este c¨¢lculo es producto de dos medidas. La primera, elevar el capital m¨ªnimo de m¨¢xima calidad o core Tier 1 capital exigido hasta el 9%. Este aumento es, por un lado, una respuesta contundente a las incertidumbres del mercado pero, por otro, es tambi¨¦n el reconocimiento de la incapacidad de las autoridades financieras para establecer mecanismos que muestren con transparencia la calidad crediticia de los activos bancarios. En definitiva, elevar el nivel para todos en lugar de identificar los riesgos individualmente.
Aun quedan por conocerse muchos detalles pero una de las buenas noticias para las entidades espa?olas es que, al parecer, se va a permitir considerar los bonos convertibles como capital tambi¨¦n, lo que podr¨ªa reducir las tensiones de estos cambios de forma significativa.
La segunda medida es la valoraci¨®n mark-to-market (a precio de mercado) de la deuda soberana en los balances bancarios. Mejor as¨ª ya que es muy distinto valorar la deuda individualmente con relaci¨®n al mercado -como se ha aprobado ahora- que estigmatizar al conjunto del pa¨ªs con una p¨¦rdida arbitraria y sin sentido, como era la injustificada quita de la que se habl¨®. Adem¨¢s, cabe preguntarse por qu¨¦ solo hay que valorar la deuda soberana a precios de mercado y, por ejemplo, no otros activos -algunos t¨®xicos- que muchas entidades bancarias europeas siguen teniendo en sus balances. Ahora toca lo m¨¢s importante, evaluar el impacto cuantitativo de estas medidas. No es una tarea f¨¢cil porque a¨²n quedan muchos aspectos t¨¦cnicos por precisar y porque la informaci¨®n m¨¢s espec¨ªfica y clara sobre tenencias de deuda y otros elementos determinantes no se conoce p¨²blicamente.
En Espa?a, al menos, se han adelantado algunas de estas medidas porque ya se est¨¢ exigiendo de forma efectiva entre un 8% y un 10% de capital m¨ªnimo pero, en todo caso, habr¨¢ que evaluar cu¨¢nto capital adicional ser¨¢ necesario y, sobre todo, c¨®mo se va a aportar.
En todo caso, todav¨ªa queda un regusto amargo porque todos estos acuerdos podr¨ªan no atajar la desconfianza sobre la banca europea y, adem¨¢s, son condicionales a que haya soluci¨®n para la deuda soberana en la UE que frene la especulaci¨®n, por un lado, y, por otro, la descoordinaci¨®n en la disciplina fiscal. Y eso va a costar mucho m¨¢s.
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