La telara?a del euro
Entre los factores que explican la actual depresi¨®n econ¨®mica mundial se debe citar dos que est¨¢n muy vinculados a la coyuntura europea. Antes de la crisis, el crecimiento en la zona euro depend¨ªa fundamentalmente del comercio internacional y debido a la reducci¨®n de los cr¨¦ditos internacionales las exportaciones disminuyeron, afectando de manera muy directa a las econom¨ªas nacionales. Asimismo, los problemas con que se encontr¨® el sector bancario europeo ha provocado un colapso en la provisi¨®n de cr¨¦ditos para las empresas no financieras que afectan a la mayor parte de las unidades de producci¨®n ya sean grandes o peque?as. Esta situaci¨®n condujo a una reducci¨®n de la inversi¨®n y a unas pesimistas expectativas.
Necesitamos m¨¢s seguridad y confianza, que no se retrasen las repuestas a la crisis
Los economistas llevan tiempo escudri?ando datos para poder explicar nuevas razones que permitan esclarecer los or¨ªgenes de la crisis. Y, claro est¨¢, hay acuerdo global en afirmar que el nudo gordiano de esta crisis financiera se inicia en EE UU, y luego se contagia al resto del mundo. Uno de los principales impactos se refleja en el hecho de que los bancos dejan de prestarse fondos entre s¨ª ante el temor de tener graves dificultades en sus balances o que mostraran alguna incapacidad de devolver el pr¨¦stamo. Y otra de las manifestaciones fue la disminuci¨®n de la producci¨®n y una ralentizaci¨®n de los ritmos de crecimiento.
Ante este panorama los gobiernos respondieron de forma keynesiana al comienzo de la crisis. Adoptaron medidas fiscales de expansi¨®n; esto es, una combinaci¨®n de incremento del gasto p¨²blico y una reducci¨®n de impuestos. De esta forma, se amortiguaban los impactos de la recesi¨®n, compensando la ca¨ªda de la demanda agregada surgida de la disminuci¨®n de la inversi¨®n y de los flujos exportadores.
Pero la puesta en marcha de estas medidas de impulso de la demanda generaron una consecuencia a?adida. Supuso que los presupuestos gubernamentales (afectados por el coste de los paquetes de rescate de las instituciones financieras) m¨¢s la aplicaci¨®n de los programas econ¨®micos keynesianos junto a la disminuci¨®n de impuestos, hicieran que los d¨¦ficits p¨²blicos se incrementaran en demas¨ªa.
Los primeros impactos de la crisis fueron frenados; pero, sin embargo, en algunos pa¨ªses la falta de disciplina y del rigor necesario hicieron que emergiera un nuevo problema: la deuda p¨²blica empieza a ser relevante.
El aumento de la deuda se debe tanto a los programas de expansi¨®n fiscal como a la ca¨ªda de los ingresos p¨²blicos. En alg¨²n pa¨ªs europeo los ratios de inquietud econ¨®mico-financiera son muy elevados y desproporcionados, necesitando de ayudas urgentes. De ah¨ª, la aplicaci¨®n de mecanismos de ajuste, tales como las ayudas a los Gobiernos, la intervenci¨®n p¨²blica de los bancos, la reducci¨®n de inversiones, o la disminuciones de los salarios.
La Uni¨®n Europea aprob¨® el denominado Fondo Europeo de Estabilizaci¨®n Financiera con una dotaci¨®n inicial de 440.000 millones de euros al objeto de paliar, en un primer momento, la cr¨ªtica situaci¨®n. Pero todav¨ªa siguen en el aire varias preguntas y dos grandes problemas. En primer t¨¦rmino, una especulaci¨®n en exceso, debido al elevado d¨¦ficit de algunos pa¨ªses; y una inquietante y lenta respuesta por parte de las instituciones europeas.
Se exigen actuaciones urgentes, inmediatas e ineludibles. La primera se centra en la obligada voluntad por parte de los Gobiernos de la UE en pactar condiciones de defensa y de coordinaci¨®n para evitar los ataques especulativos y desestabilizadores de las econom¨ªas, sobre las deudas y sobre los tipos de cambio; y la segunda, se hace necesario introducir y adoptar criterios de responsabilidad para poder imponer una estabilidad financiera mediante la emisi¨®n de eurobonos que permitan garantizar la estabilizaci¨®n de los mercados y, consiguientemente, del funcionamiento normal y regular de la econom¨ªa real.
En suma, la econom¨ªa europea est¨¢ ante una telara?a. Lo que une es muy fr¨¢gil, pues un simple viento o una leve agitaci¨®n del pilar que sostiene los d¨¦biles v¨ªnculos lleva consigo la ruptura y descomposici¨®n de toda la estructura. As¨ª, las diferentes evoluciones de los salarios y las productividades en el seno de la UE hacen que los d¨¦ficits comerciales de los pa¨ªses del sur sean m¨¢s heterog¨¦neos y distantes de la media europea. Y al tener que ser financiados mediante pr¨¦stamos bancarios, los d¨¦ficits se pueden retroalimentar. De otra parte, un crecimiento econ¨®mico desequilibrado en la zona euro requiere de actuaciones coordinadas de todos los pa¨ªses. Por tanto, se demandan actuaciones de pol¨ªticas econ¨®micas conjuntas, lo que supone incluir la fiscal, las referentes a las inversiones y las que hacen referencia a las transferencias financieras.
O sea, necesitamos m¨¢s seguridad y confianza; esto es, que no se retrasen las repuestas pol¨ªticas y lograr evitar toda especulaci¨®n que est¨¢n rondado los rincones mundiales.
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