Mozart y Bj?rk, a d¨²o en Reikiavik
Un montaje de 'La flauta m¨¢gica' y un directo de la autora de 'Biophilia' inauguran el imponente edificio de la ?pera de Islandia, obra de Olafur Eliasson
El s¨¢bado fue un d¨ªa hist¨®rico para la l¨ªrica en Reikiavik. Tambi¨¦n para la arquitectura. Se representaba por primera vez una ¨®pera en Harpa, el edificio a orillas del mar dise?ado con caleidosc¨®picas estructuras de cristal por el artista Olafur Eliasson con la colaboraci¨®n del estudio de arquitectura Henning Larsen. La flauta m¨¢gica de Mozart compart¨ªa horario con Biophilia de Bj?rk, la primera en la sala de nombre volc¨¢nico Eldborg, dedicada al fuego; la segunda, en otra sala m¨¢s peque?a, con alusiones a la tierra. Tiene a¨²n Harpa otros dos espacios para conciertos con vinculaciones al agua y al aire. Las capacidades son de 1.800, 750, 450 y 195 localidades, respectivamente. La naturaleza pesa mucho en Islandia,un pa¨ªs con 319.000 habitantes, de los que el 60% viven en su capital, Reikiavik. La densidad de poblaci¨®n en la isla es de tres habitantes por kil¨®metro cuadrado.
La ilusi¨®n de la cultura puede, por unas horas, con la realidad de la crisis
Solo en ciudades de Brasil y Polonia se ve tanta gente joven en la ¨®pera
Todo tipo de m¨²sicas conviven en Harpa, un lugar pensado como ¨¢gora de la ciudad -est¨¢ a escasa distancia del centro hist¨®rico- en una respuesta de regeneraci¨®n moral a trav¨¦s de la cultura de los esc¨¢ndalos financieros y el correspondiente deterioro econ¨®mico de la otrora isla de la felicidad. "Hubo pol¨ªticos que vieron en la aceleraci¨®n del proceso de construcci¨®n de Harpa una soluci¨®n de tipo art¨ªstico para reactivar la esperanza frente al esc¨¢ndalo econ¨®mico que envolv¨ªa una isla de enorme serenidad y alto nivel de calidad de vida", afirma Steinunn Birna Ragnarsd¨®ttir, directora de Harpa. Tal vez esa obsesi¨®n por la convivencia marque un lugar como este: un espacio que abre desde primeras horas de la ma?ana y en el que conviven tiendas de ropa o discos, restaurantes de precios diversos y espacios de actividades educativas sobre ciencia y m¨²sica para ni?os, con todo tipo de g¨¦neros musicales.
Obviamente, los que asisten a un recital pop y los que van a la ¨®pera se diferencian por la indumentaria pero en modo alguno por la media de edad. Solamente en algunas ciudades de Brasil y Polonia he visto semejante porcentaje de gente joven en la ¨®pera. Las seis representaciones previstas de La flauta m¨¢gica han tenido que aumentarse a ocho. Da lo mismo. No hay una sola entrada. Sin figuras internacionales, con un reparto totalmente local, cantada en island¨¦s. El p¨²blico disfruta de lo lindo, aplaude a rabiar todas las escenas con esos grititos propios de los conciertos de m¨²sica ligera. Va a la ¨®pera m¨¢s por Mozart que por los divos de turno y est¨¢ mas pendiente de las soluciones teatrales que de los sobreagudos, tan venerados por los especialistas.Se han vendido 12.000 localidades, imag¨ªnense. En una poblaci¨®n del tama?o de Valladolid.
La Islenska ?peran, Opera de Islandia, tiene ya 30 a?os de existencia en los que se han representado 70 t¨ªtulos l¨ªricos, de los cuales cinco son de autores de la tierra. Utilizaban un formato peque?o, pues su sede era un viejo cine de 470 localidades con ac¨²stica deficiente. Harpa cambia por completo la dimensi¨®n de sus proyectos. Adem¨¢s la sonoridad de las diferentes salas ha levantado elogios superlativos del mism¨ªsimo Jonas Kaufmann. Stefan Baldursson, director de la ?pera de Islandia, valora muy positivamente el desaf¨ªo de la ciudad para hacer frente a este proyecto en ¨¦poca de crisis. Ve que la educaci¨®n musical de la isla se ver¨¢ correspondida por las posibilidades que a partir de ahora van a tener los j¨®venes islandeses en el terreno musical, estimando que "la convivencia entre ¨®pera, rock, pop y cl¨¢sica" en la programaci¨®n es fundamental para que los j¨®venes se interesen por los repertorios tradicionales de la l¨ªrica, sin que les resulten asociados a mentalidades de otras ¨¦pocas.
La Sinf¨®nica de Islandia es la ¨²nica orquesta profesional de la isla. Llevan ya medio siglo de existencia a sus espaldas. Tienen 4.000 abonados y su temporada de conciertos se desarrollar¨¢ a partir de ahora en Harpa. La plantilla es de 90 m¨²sicos, de los cuales el 80% son islandeses. "Es el resultado de una educaci¨®n general musical eficiente", afirma Sigurdur Nordal, m¨¢nager de la orquesta. Nordal se muestra orgulloso de la combinaci¨®n de repertorio tradicional, conciertos familiares, m¨²sica moderna, jazz, electr¨®nica y eventos audiovisuales en la planificaci¨®n de la orquesta, y valora con especial agrado la recuperaci¨®n discogr¨¢fica de m¨²sicos islandeses como J¨®n Leifs.
En los primeros escarceos han actuado en Harpa artistas como Gustavo Dudamel, Mar¨ªa Joao Pires, Maxim Vengerov, el citado Kaufmann o Jamie Cullum. La flauta m¨¢gica -T?fraflautan, en island¨¦s- ha obtenido un ¨¦xito arrollador, no tanto por ser de una calidad excepcional sino por la ilusi¨®n y coherencia que desprende y, en definitiva, por la reivindicaci¨®n del Mozart m¨¢s popular que lleva consigo. Fueron especialmente aplaudidas Dora Einarsd¨®ttit, una Pamina a lo Bj?rk, y el joven director musical Daniel Bjarnason. Lo fundamental fue, en cualquier caso, la atm¨®sfera festiva que se vivi¨® durante toda la representaci¨®n, lo bien que se lo pas¨® el p¨²blico que asisti¨®. La ilusi¨®n de la cultura ha aplastado, al menos durante unas horas, las incertidumbres de las crisis.
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