San Expedito hace la pausa
Di Mar¨ªa, devoto del patrono de la urgencia, se convierte en el primer asistente de la Liga
"Mi mam¨¢ y mi novia me bendicen cada vez que juego", dice ?ngel di Mar¨ªa para evocar el ritual dom¨¦stico. La familia del futbolista profesa un arraigado fervor por un santo muy popular en Sicilia al que la Iglesia Cat¨®lica, por no estar incluido en el Martirologio Romano, no acaba de reconocer con todos los t¨ªtulos. Se trata de san Expedito, patr¨®n de las causas urgentes. Diana, la madre del jugador, le pone velas cada vez que su hijo sale a la cancha. Las velas arden desde que este extremo zurdo jugaba en las categor¨ªas inferiores del Rosario Central, en los campos de Cosecha. El propio jugador ha expresado su fe en el poder que le brinda el santo. "Yo creo mucho en eso", dice.
El madridista ha pasado de un regate cada 13 minutos a uno cada 16
La primera temporada de Di Mar¨ªa en el Madrid fue un canto a su devoci¨®n por la velocidad. Se comport¨® como si en cada pelota se dirimiera un asunto urgentemente animado por san Expedito. Fue el reflejo de lo que le exig¨ªa su entrenador, Jos¨¦ Mourinho: acabar las jugadas lo m¨¢s r¨¢pidamente posible. Di Mar¨ªa cumpli¨® con rigor. Es m¨¢s: ejecut¨® la consigna con tal excitaci¨®n que frecuentemente incurri¨® en la precipitaci¨®n, el choque y las imprecisiones. La obediencia es, junto con la capacidad atl¨¦tica, la caracter¨ªstica m¨¢s notable de este argentino nacido en Rosario hace 23 a?os. No por nada es, junto con Pepe y Coentr?o, el futbolista m¨¢s protegido por Mourinho.
Pero Di Mar¨ªa ha cambiado. La Copa Am¨¦rica le oblig¨® a incorporarse con retraso y en septiembre se le vio menos vigoroso. Quiz¨¢ la falta de energ¨ªa le llev¨® a pensar un poco m¨¢s en lo que hac¨ªa en el campo. Administr¨® mejor sus movimientos. Si la temporada pasada intent¨® un regate cada 13 minutos, ahora se le ve menos encarando y m¨¢s haciendo la pausa y buscando a sus compa?eros. Su promedio de regates es de uno cada 16 minutos. Su transformaci¨®n acompa?a el nuevo modo de jugar del Madrid, m¨¢s tendente a elaborar cada jugada con la participaci¨®n de todos que a terminarla cuanto antes con unos pocos. En vez de perseguir el mano a mano, el tiro o el centro, Di Mar¨ªa da m¨¢s pases interiores. Y lo hace muy bien. Disputadas nueve jornadas de la Liga, suma siete pases de gol, m¨¢s que nadie. Le siguen Messi y Cristiano Ronaldo, que llevan cinco asistencias cada uno.
Los pases de gol definen una tendencia. En la temporada pasada Cristiano acab¨® en el s¨¦ptimo puesto de la lista de asistentes del campeonato con nueve, por detr¨¢s de Messi, ?zil, Alves, Xabi Prieto, Mata y Di Mar¨ªa, que dio 11. Hasta hace unos meses, Cristiano y Di Mar¨ªa fueron los elegidos por Mourinho para desequilibrar por velocidad en un Madrid que se caracterizaba por su contragolpe. Ahora Cristiano y Di Mar¨ªa son quienes encabezan la jerarqu¨ªa que determina la intenci¨®n de jugar en equipo. Ya no corren tan solo. Acompa?an a sus compa?eros y les dan la pelota para que marquen.
En el curso anterior Di Mar¨ªa dio un pase de gol cada 219 minutos y Cristiano cada 339. En este el argentino lo da cada 75 minutos y el portugu¨¦s cada 155. Desde hace una semana, Di Mar¨ªa da, como m¨ªnimo, un gol por partido. Contra el Villarreal (3-0) tir¨® de repertorio. El 1-0 fue un pase desde la raya del medio campo a la medialuna del ¨¢rea para Benzema. El 2-0 fue un ejercicio en espacios reducidos, un toque con el exterior entre la defensa rival para que Kak¨¢ definiera. El 3-0 lo meti¨® ¨¦l mismo corriendo 50 metros al espacio para culminar frente al portero un contraataque.
Como el f¨²tbol es un juego que premia la asociaci¨®n, la generosidad con los compa?eros suele encontrar retribuci¨®n por otros caminos. En su nueva versi¨®n, Di Mar¨ªa pasa m¨¢s, pero tambi¨¦n remata m¨¢s. Tiraba una vez cada 32 minutos y ahora ve puerta una vez cada 29. Los devotos dir¨¢n que gracias a san Expedito.
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