Laboratorio de la raza
Un veterinario perfecciona la gen¨¦tica de toros y vacas madrile?os en una finca que se puede visitar
En el palomar, reconvertido ahora en una agradable estancia, se escucha hervir el agua de una cafetera el¨¦ctrica. Sobre la mesa se despliega una bandeja con pastas. La enorme cabeza de un toro que pes¨® 1.200 kilos (cuando a¨²n ten¨ªa el cuerpo adjunto) reposa junto a una chimenea. Se llamaba Carretero, seg¨²n se lee en una placa, y fue el primer morlaco que camp¨® a sus anchas por esta finca, la de Riosequillo, rodeado de un har¨¦n de vacas bravas. Carretero pod¨ªa aparearse m¨¢s de 700 veces durante un a?o, una cifra que intimida a cualquiera que venga aqu¨ª con aires de superioridad.
-Era un excelente animal.
El veterinario Juan Jos¨¦ Urqu¨ªa recorre la finca situada en Buitrago de Lozoya vara en mano. Es el encargado de este centro de investigaci¨®n tecnol¨®gico que busca mejorar la gen¨¦tica de la raza avile?a-negra ib¨¦rica, aut¨®ctona de la sierra madrile?a, para elevar as¨ª el cach¨¦ de las explotaciones ganaderas de la regi¨®n. Se puede visitar esta especie de laboratorio rural con cita previa (91 868 09 50). Lo suelen hacer los estudiantes de veterinaria, pero a cualquiera que le gusten los animales y el campo podr¨¢n pasar una ma?ana muy entretenida.
La ganader¨ªa se inscribi¨® en el libro geneal¨®gico de la raza en 1979, fecha en la que la extinta Diputaci¨®n Provincial de Madrid compr¨® la finca a unos particulares. Urqu¨ªa pasea esta ma?ana entre las vacas, bajo el cielo plomizo. A m¨¢s de una las conoce por su nombre. Acaricia el lomo de una que se llama Javier, sin reparar en que un par de pitones se sit¨²an cerca de su costado. "Esta se porta muy bien. Hay otras con peor car¨¢cter...", explica Urqu¨ªa.
Cada una de las 50 vacas que pastan por las 157 hect¨¢reas de terreno est¨¢ registrada y numerada en funci¨®n de la fecha de nacimiento y los datos familiares. Los animales est¨¢n en aparente calma hasta que escuchan un tractor que se acerca. "Hora de la comida", anuncia. Un mayoral se sube a un carro y con una horca lanza paja en peque?os montones que van poco a poco formando un c¨ªrculo. Las vacas dominantes copan los mejores montones y las otras, como una que tiene un cuerno partido, se buscan la vida. Pueden ser f¨¦rtiles durante 20 a?os y su di¨¢metro p¨¦lvico facilita el parto. Paren sin ayuda de nadie. El veterinario est¨¢ acostumbrado a rebuscar entre los matorrales para encontrar a las cr¨ªas que las madres intentan esconder.
Aparte se guardan los tres sementales. Cenicero, Guapo y Facoquero. Se miran y se bufan unos a otros a trav¨¦s de los vallados. Los ¨¢rboles han perdido la corteza de tanto rascarse en ellos estos toros que superan la tonelada. Miran desafiantes, pero al acariciarles con un rascador se quedan groguis. En sus manos est¨¢ la supervivencia de la raza.
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