Edgar Villchur, inventor de un avance decisivo de la alta fidelidad
Su sistema, la suspensi¨®n ac¨²stica, logr¨® una calidad de sonido sin precedentes
El 17 de octubre nos dej¨® Edgar Villchur, un pionero de la reproducci¨®n sonora de alta calidad que nos leg¨® una obra que supuso una peque?a revoluci¨®n en la entonces incipiente alta fidelidad. Descendiente de inmigrantes rusos -su nacimiento, en 1917, coincidi¨® con el del pa¨ªs de los soviets- y neoyorquino de adopci¨®n, la formaci¨®n inicial de Villchur fue human¨ªstica aunque la participaci¨®n de Estados Unidos en la II Guerra Mundial le permiti¨® recibir una s¨®lida formaci¨®n en el campo de la electr¨®nica, en aquel entonces basada ¨²nica y exclusivamente en las efectivas pero toscas, grandes y delicadas v¨¢lvulas de vac¨ªo.
Una vez terminada la contienda y convertido su pa¨ªs de adopci¨®n en la potencia mundial dominante, Villchur continu¨® su formaci¨®n t¨¦cnica, que le proporcion¨® las bases para aportar su granito de arena a la reproducci¨®n del sonido grabado, a su vez el punto de partida de lo que hoy conocemos como electr¨®nica de consumo. Porque, aunque a muchos les cueste creerlo, durante la d¨¦cada de los cincuenta y, sobre todo, de los sesenta, la alta fidelidad (en ingl¨¦s high fidelity o Hi-Fi) era en esos a?os lo que ahora el cine en casa, la inform¨¢tica personal, el audio personal o la telefon¨ªa m¨®vil. Cuando Edgar Villchur se puso a trabajar en serio en su nueva pasi¨®n -principios de la d¨¦cada de los cincuenta- la tecnolog¨ªa disponible para reproducir m¨²sica grabada en el hogar (el disco de vinilo de larga duraci¨®n, el entra?able LP, acababa de ser lanzado al mercado -1948- por la estadounidense CBS) obligaba a utilizar sistemas de altavoces de dimensiones muy grandes. Esto era consecuencia de la baja potencia de los amplificadores disponibles comercialmente en la ¨¦poca, lo que conllevaba la necesidad de dise?ar complejos recintos ac¨²sticos para obtener buenos niveles de presi¨®n sonora y una respuesta en graves realista. Problema recurrente en la hasta hace poco permanentemente dif¨ªcil entente entre productos tecnol¨®gicos y estilo de vida, la necesidad de reducir el espacio ocupado por las dos cajas ac¨²sticas requeridas para hacer posible la reproducci¨®n del sonido estereof¨®nico llev¨® a Villchur a desarrollar en 1952 (obtuvo la patente correspondiente en 1953) la invenci¨®n por la que se hizo c¨¦lebre hasta el punto de ser considerado una de las personas m¨¢s influyentes de la historia del audio: la suspensi¨®n ac¨²stica.
La idea era tan revolucionaria que nadie quiso adquirir su patente
Compleja desde el punto de vista te¨®rico, la suspensi¨®n ac¨²stica consiste esencialmente en utilizar el aire de un recinto herm¨¦tico. Hasta entonces, todas las cajas ac¨²sticas existentes se basaban en el uso grandes paneles abiertos o bafles en los que se montaban altavoces tambi¨¦n de muy grandes dimensiones... una soluci¨®n aceptable para las salas de cine y los puristas afortunados, pero no para los consumidores normales y corrientes. El sistema de Villchur permit¨ªa amortiguar el cono de un altavoz en movimiento con una linealidad -es decir, progresividad- muy superior a la de los sistemas mec¨¢nicos empleados hasta aquel momento.
El uso de un dise?o ac¨²stico muy preciso basado en las analog¨ªas existentes entre los sistemas mec¨¢nicos y el¨¦ctricos hizo que Villchur diese con su particular versi¨®n de la piedra filosofal: un esquema de carga de los altavoces en los recintos ac¨²sticos (la explicaci¨®n t¨¦cnica detallada la public¨® en el Journal de la Audio Engineering Society) capaz de permitir el uso de cajas de dimensiones compactas manteniendo a la vez la respuesta en graves.
El resultado fue tan revolucionario que nadie quiso comprar la patente: se pensaba que la suspensi¨®n ac¨²stica ofrec¨ªa algo imposible de obtener. Esta circunstancia hizo que en 1954 Edgar Villchur fundase junto a Henry Kloss (que hab¨ªa sido alumno suyo en la Universidad de Nueva York) Acoustic Research, una empresa dedicada a la fabricaci¨®n de cajas ac¨²sticas (y tambi¨¦n giradiscos) que obtuvo un ¨¦xito instant¨¢neo y a la que se deben productos m¨ªticos de la historia de la alta fidelidad como los monitores compactos AR-1 y AR-3 (este ¨²ltimo expuesto en el prestigioso Museo Smithsonian de Washington, DC). Villchur presidi¨® la empresa hasta 1967, a?o en que la vendi¨® al potente grupo Teledyne. A partir de entonces, Villchur dedic¨® su talento al ¨¢mbito de la audiometr¨ªa, al que aport¨® notables mejoras tanto a las t¨¦cnicas de evaluaci¨®n como a los dispositivos existentes.
Salvador Dangla es director t¨¦cnico de la revista Alta Fidelidad.
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