Castigo al crecimiento
La recapitalizaci¨®n bancaria impuesta en Bruselas puede atascar un poco m¨¢s del flujo del cr¨¦dito
Aunque los mercados de inversi¨®n han reaccionado con intensa euforia a los acuerdos de la cumbre de Bruselas, debido a la ampliaci¨®n del Fondo de Estabilidad a un bill¨®n de euros, lo cierto es que las resoluciones de la cita noct¨¢mbula de los jefes de Estado o de Gobierno europeos dejan muchas inc¨®gnitas sobre la mesa y algunas decisiones discutibles que cuestionan la seriedad de los mecanismos de an¨¢lisis financiero en Europa. La decisi¨®n un¨¢nimemente alabada (la ampliaci¨®n del FEF) es, qui¨¦n lo duda, acertada, y contribuir¨¢ a calmar la especulaci¨®n contra las deudas nacionales. Dotar de m¨¢s dinero al fondo no resuelve el problema de que Europa necesita un marco institucional nuevo, es decir, un Tesoro del euro que impida las convulsiones especulativas, de la misma forma que el Tesoro de Washington garantiza la solvencia del d¨®lar. La ampliaci¨®n del fondo est¨¢ bien, pero, como reconoci¨® Angela Merkel, no es la soluci¨®n definitiva.
La recapitalizaci¨®n dictada en la cumbre es un sinsentido financiero. Ni el sofista m¨¢s agudo podr¨ªa explicar c¨®mo es que la banca espa?ola, que en lo que va de a?o ha ca¨ªdo en Bolsa en torno al 15%, necesita una recapitalizaci¨®n de 26.000 millones de euros, mientras que la banca francesa, que en el mismo periodo se ha desplomado en casi el 50%, necesita 5.000 millones. Lo mismo que de la francesa cabe decir de la alemana. ?Se equivocan los inversores cuando calculan que el peso de los bonos griegos y otros activos t¨®xicos en los bancos alemanes y franceses los colocan en peor situaci¨®n que los espa?oles? Pues no.
Pero como una medida correcta de los da?os causados por la crisis de la deuda en cada uno de los bancos europeos llevar¨ªa a declarar en quiebra a algunos del eje franco-alem¨¢n, la cumbre, Autoridad Bancaria Europea mediante, opt¨® por una recapitalizaci¨®n universal por el extra?o m¨¦todo de admitir que las plusval¨ªas de los activos en deuda alemana compensen las p¨¦rdidas de las deudas perif¨¦ricas. Genera inquietud que se tomen decisiones de este calibre con instrumentos tan irrelevantes como las pruebas de resistencia, en los que solo Espa?a present¨® a examen un porcentaje significativo de su sistema bancario.
Pero el problema de la banca europea no se resuelve con esa recapitalizaci¨®n artificiosa. La casu¨ªstica bancaria demuestra que en la mayor¨ªa de los casos el problema no es la deuda, ¨²nico criterio utilizado por el Consejo Europeo, sino los activos t¨®xicos cruzados que est¨¢n produciendo un atasco en los balances y una obstrucci¨®n en el cr¨¦dito. En el caso de Espa?a, para entender la cuesti¨®n parece ¨²til recordar que el 70% de los activos de riesgo es suelo y que ese riesgo solo est¨¢ provisionado en el 28%.
No es realista suponer que va a ser f¨¢cil la recapitalizaci¨®n de la banca espa?ola obligada desde Bruselas. Para unas entidades s¨ª (Santander y BBVA) y para otras, como alguna caja recientemente convertida en banco, no tanto. Menos realista todav¨ªa es pretender que las exigencias de capital no van a obturar m¨¢s el cr¨¦dito. Acabar¨¢n por trasladarse a los pr¨¦stamos minoristas y retrasar¨¢n un poco m¨¢s la recuperaci¨®n econ¨®mica. De nuevo aparece en el meollo de la crisis europea una de esas espirales endiabladas de causa y efecto que se retroalimentan: sin crecimiento econ¨®mico los bancos no podr¨¢n desatascar sus balances; una recapitalizaci¨®n forzosa limita la normalizaci¨®n del cr¨¦dito y, por tanto, el crecimiento.
Pero la cumbre de Bruselas tampoco afront¨® la necesidad de crecimiento econ¨®mico. Ni siquiera roz¨® la cuesti¨®n. Resolvi¨® el problema de la deuda griega (quita del 50%), dio una salida artificial a la crisis bancaria, que es en apariencia la m¨¢s perjudicial para las expectativas de crecimiento econ¨®mico de Espa?a, y se qued¨® a medio camino en la definici¨®n del marco institucional (Fondo de Estabilidad).
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