Cintur¨®n y casco, por favor

Si tras el estreno del otro albee que est¨¢ en cartel en la ciudad, Un fr¨¢gil equilibri (Teatre Lliure), el t¨ªtulo de mis l¨ªneas era ?Abr¨®chense los cinturones!, con este he de pedirles que adem¨¢s se ajusten bien el casco y no se lo quiten en toda la funci¨®n. Tal es la furia del texto y la fuerza de los int¨¦rpretes en manos del argentino Daniel Veronese, aunque el montaje, de entrada, no parezca suyo. Acostumbrados como nos tiene, despu¨¦s de las versiones de Ch¨¦jov e Ibsen que le hemos visto, el sal¨®n montado sobre el escenario del Romea, con todo tan bien dispuesto en su deliberado desorden y tan lleno de detalles, cuando menos sorprende. Tampoco es muy propio de Veronese que no haya tocado ni el t¨ªtulo ni el texto de Qui t¨¦ por de Virginia Wolf?, m¨¢s all¨¢ de alg¨²n que otro peque?o recorte. Imagino que Edward Albee (1928) no se lo habr¨¢ permitido y v¨¦rselas con una traducci¨®n catalana del texto no le habr¨¢ sido f¨¢cil. Su huella, en cambio, s¨ª est¨¢ en la direcci¨®n de los actores, en el nivel de intensidad emocional de los embates entre los personajes, en la conseguida simultaneidad de los di¨¢logos y en la celeridad del conjunto.

Los juegos entre Martha y George con los que ejercitan, como dice ¨¦l, lo que les queda de ingenio son de una perversidad desmedida. La violencia verbal entre ambos responde a una especie de competici¨®n en destreza intelectual y su list¨®n se sit¨²a rozando la injuria. Con la aparici¨®n del matrimonio joven, la cosa sobrepasa toda compostura y se instala en la monstruosidad. Veronese se centra, como Mike Nichols en su pel¨ªcula, m¨¢s en el nivel emocional de los juegos que en el intelectual, ah¨ª es donde se dan los recortes, pero ese nivel lo lleva al extremo. El forcejeo entre la Martha de Emma Vilarasau y el George de Pere Arquillu¨¦ es tremendo, los dos mantienen la altura que exige la pieza y encuentran en el enfrentamiento cara a cara su expresi¨®n m¨¢s descarnada. Ella aborda el personaje sacando lo que no tiene para dominar la situaci¨®n, hacia fuera; ¨¦l lo hace desde dentro, bast¨¢ndose a veces con una mirada para provocarla. La pareja que usan para poder desplegar sus juegos, contrapunto perfecto tanto ella, la dulce Honey de Mireia Aixal¨¤, como el equilibrado Nick de Ivan Benet; ambos estupendamente compensados.