Un templo de religi¨®n cin¨¦fila llamado Para¨ªso
En plena crisis de las salas, un empresario intr¨¦pido nacido entre celuloide reabre un gran cine abandonado
Dice que pr¨¢cticamente naci¨® en un cine de Navalperal de Pinares, hace "m¨¢s de 70 a?os"; y que le salieron los dientes manejando pel¨ªculas en las salas que su familia ten¨ªa en aquel pueblo de ?vila. Lo de crecer entre cintas de celuloide ("que son altamente inflamables") ha marcado su vida y sus coqueteos con el riesgo.
Aunque el empresario Jos¨¦ Gago se vino a Madrid a estudiar Ciencias, acab¨® haciendo experimentos cinematogr¨¢ficos mucho m¨¢s inflamables, como montar en los a?os sesenta una de las primeras salas de pruebas de cine, Boga Films, en el n¨²mero 14 de la calle de Carretas. Y despu¨¦s, en los setenta, el Peque?o Cine Estudio ("La sala m¨¢s antigua en versi¨®n original que permanece abierta hasta el d¨ªa de hoy", dice). Luego se meti¨® en distintas sociedades relacionadas con laboratorios de cine y materiales t¨¦cnicos ad hoc. Y hace dos semanas, insaciable, abri¨® unos cines, mientras en el resto del mundo los cierran y los convierten en centros comerciales.
Gago acaba de invertir m¨¢s de un mill¨®n de euros en recuperar un antiguo cine que se alquilaba con cualquier posible uso. "Siempre fui contrario a la ley de cambio de uso, fue un atentado a la cultura, los cines deben seguir siendo cines. Como mucho, teatros o espacios destinados a la exhibici¨®n cultural", defiende con pura religi¨®n cin¨¦fila.
Lo cierto es que lo de este hombre es algo m¨¢s que una forma de pensar o una cuesti¨®n de fe, porque los cines Para¨ªso abrieron hace dos semanas en la calle de Nuria, 27, en el barrio de Mirasierra. "Aunque suene a t¨®pico, es un peque?o gui?o a la pel¨ªcula Cinema Paradiso", cuenta. Y templo frente a templo: justo al otro lado de la calle est¨¢ la iglesia.
Surge as¨ª un nuevo centro de peregrinaje en un barrio bastante se?orial, conformado por chal¨¦s y urbanizaciones, en el que hasta ahora no hab¨ªa ning¨²n cine (el m¨¢s cercano era el del centro comercial de La Vaguada). "Desde que abrimos hace dos semanas, no nos podemos quejar", comenta Gago que, por supuesto, como buen cin¨¦filo, ha apostado tambi¨¦n por la versi¨®n original: "Soy un defensor a ultranza del cine en V. O., es el Cine con may¨²sculas y, si se hubiera promovido, en este pa¨ªs se hablar¨ªan m¨¢s lenguas".
Pero no todas las pel¨ªculas son en V. O. "De momento estamos intentando que haya cine para todo tipo de p¨²blicos y edades, estamos prob¨¢ndonos".
Las antiguas salas abandonadas que encontraron all¨ª Gago y su familia (su hija Natalia y su sobrino Javier) hace un a?o se han convertido, con la ayuda del arquitecto e interiorista Francisco Moya, en un nuevo templo cinematogr¨¢fico, con un divertido estilo retro. El cartel de la entrada recuerda a los neones americanos de Las Vegas. Y la decoraci¨®n interior, con su "cielo de estrellas" y su barra con antiguos carteles de la Coca-Cola, es tambi¨¦n de un estilo muy a?os cincuenta.
A la entrada un gran vest¨ªbulo y una amplia escalera central que se bifurca, a derecha e izquierda, hacia las dos salas gemelas de 180 localidades cada una que est¨¢n en el primer piso. Desde la barandilla ovalada que perimetra toda esa primera planta, se puede ver la escalinata de entrada del cine.
Las salas, tipo anfiteatro, cuentan con la mejor tecnolog¨ªa anal¨®gica. No obstante, los proyectores digitales ya est¨¢n preparados para sumarse al proceso de digitalizaci¨®n que se extender¨¢ por todas las salas del mundo a partir de 2013. Entretanto, Transgression, Nannerl, la hermana de Mozart, Cars (2) y Phineas y Ferb, ya en sus pantallas.
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