Quinquis del pasado
La Alh¨®ndiga presenta la muestra sobre la cultura de la marginalidad de los a?os ochenta - Recopilar el material ha supuesto cuatro a?os
"Persona que pertenece a cierto grupo social marginado de la sociedad por su forma de vida". Esta es la definici¨®n que ofrece la Real Academia Espa?ola de la palabra quinqui. Sin embargo, cualquiera que haya nacido antes de la d¨¦cada de los ochenta coincidir¨¢ en que detr¨¢s del calificativo hay mucho m¨¢s: todo un fen¨®meno sociol¨®gico y cultural. As¨ª queda reflejado en la exposici¨®n Quinquis de los 80. Cine, prensa y calle, inaugurada ayer en La Alh¨®ndiga de Bilbao, donde permanecera hasta el pr¨®ximo 8 de enero.
Amanda Cuesta y Mery Cuesta ?sin relaci¨®n de parentesco entre ellas?, comisarias de la muestra, una coproducci¨®n del Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona y La Casa Encendida, tardaron cuatro a?os en recopilar todo el material. "Hemos querido reflejar la mistificaci¨®n de la delincuencia", coinciden.
'Perros callejeros' se mantiene como el quinto filme m¨¢s visto del cine espa?ol
La muestra repasa las andanzas de El Vaquilla o El Jaro, entre otros
Los quinquis surgieron a ra¨ªz de la crisis de los setenta, fundamentalmente en los barrios perif¨¦ricos de las grandes ciudades, como Otxarkoaga en Bilbao o La Mina en Barcelona. Sin recursos para salir adelante y abocados a un futuro incierto, multitud de j¨®venes vieron c¨®mo la delincuencia y la droga se convert¨ªan en caminos dif¨ªciles de evitar. No tardaron en surgir los iconos. Las fechor¨ªas de El Jaro y El Vaquilla, entre otros, pod¨ªan seguirse en la prensa casi a diario.
El cine reflej¨® con gran fidelidad esta realidad: m¨¢s de 30 pel¨ªculas realizadas en siete a?os (entre 1978 y 1985) sobre delincuencia juvenil, con dos directores destacados: Jos¨¦ Antonio de la Loma y Eloy de la Iglesia. El celuloide es el punto de partida de la muestra.
Entre los objetos que se pueden contemplar figuran carteles de pel¨ªculas como Perros callejeros, que sigue siendo el quinto filme m¨¢s visto del cine espa?ol, Colegas, El Pico o La patria del rata. "Era un cine de primera fila, muy visto, que recog¨ªa en tiempo real lo que pasaba en la calle. Los guiones se alimentaban de los sucesos de los peri¨®dicos", apunta Mery Cuesta.
Otra parte de la muestra se dedica a los barrios y detalla c¨®mo surgieron estos "territorios germinales del quinqui". M¨¢quinas del mill¨®n y videojuegos ya prehist¨®ricos ambientan los espacios centrados en el sexo ?uno de los puntos de tir¨®n de este cine? y las drogas. No faltan los vinilos ?triunfaba la rumba, con Los Chicos a la cabeza, y el punk-rock de grupos como Eskorbuto?, las casetes y los c¨®mics. Un panel exhibe portadas y p¨¢ginas del peri¨®dico El Caso, "vocero de la delincuencia que se viv¨ªa".
Tambi¨¦n hay numerosos recortes de prensa sobre El Jaro y El Vaquilla, biograf¨ªas, documentales... Otro panel recoge palabras del argot quinqui y una sala recrea las c¨¢rceles de esa ¨¦poca. El Juli¨¢n cuenta: "La vida en el talego es ¨¦sa. Si te cuento un d¨ªa, ya te los he contado todos".
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