La Movida llega a las bibliotecas
Xerais publica, pasados 30 a?os, el primer libro sobre el movimiento cultural vigu¨¦s
En el Vigo de los 80, los m¨²sicos no se pod¨ªan pagar los modelos que dise?aban los fundadores de Galicia Moda. Iban a comprar a la feria de Valen?a y a Zara, que no hac¨ªa mucho hab¨ªa abierto tienda en la calle Progreso. Se peinaban con imaginaci¨®n y como pod¨ªan, mostrando alguna foto de revista en las mismas peluquer¨ªas que cardaban y marcaban cabezas de respetables se?oras. En Portugal tambi¨¦n surg¨ªan grupos, y su "cultura musical era muy superior", pero aqu¨ª "hab¨ªa un cierto racismo con respecto a ellos". Y m¨¢s que con las drogas, en los locales de moda se traficaba con maquetas cutremente grabadas, car¨¢tulas montadas con Letraset y fotocopias de canciones y fanzines. "Un gramo de coca costaba lo mismo que ahora, 10.000 pesetas; 60 euros", recuerda Emilio Alonso Pimentel, autor del primer libro, aunque parezca mentira, que se publica sobre la movida viguesa. "Se consum¨ªa mucha m¨¢s en O Areal, la zona del pijer¨ªo, que era donde hab¨ªa dinero". En las calles de la Movida, los bares "estaban petados de gente, pero era una marcha de viernes y s¨¢bados, y el resto de los d¨ªas se trabajaba para poder pagar las copas. Un gramo de coca se compraba, con suerte, en Fin de A?o para repartir entre toda la pandilla".
"Vigo era una mierda. En el 84 hubo 42 conciertos. Ahora los hay un fin de semana"
"Un gramo de coca se compraba, con suerte, en Fin de A?o para repartir entre varios"
Vigo a 80 revoluci¨®ns por minuto, unha cr¨®nica da movida saldr¨¢ a la venta a mediados del mes de Difuntos para desmontar unos cuantos mitos alimentados durante tres d¨¦cadas. Porque ha pasado ya todo ese tiempo desde la que se considera "fecha fundacional" de un movimiento que no ten¨ªa conciencia de serlo. El 27 de diciembre de 1981, Siniestro tocaba en el escenario del cine Salesianos, all¨¢ donde la r¨²a Venezuela perd¨ªa su nombre para transformarse en Divisi¨®n Azul, dando paso a la Cruz de los Ca¨ªdos y la pol¨¦mica casa consistorial promovida por el alcalde Ramilo.
Pod¨ªa haberle tocado la fama, el golpe de ¨¦xito a A Coru?a tanto como a Vigo, pero la ciudad del norte (con grupos emergentes como la del sur, de los que solo sobrevivi¨® "el nombre de Radio Oc¨¦ano") hab¨ªa "salido mucho" en la prensa y en el Nodo "durante el Franquismo" y hab¨ªa quedado marcada su imagen, explica el autor del libro que va a publicar Xerais. "Vigo era raro, gris, sucio", andaba noqueado por la reconversi¨®n, y eso, en aquellos tiempos de hartazgo y hu¨ªda de un pasado disciplinado, "atra¨ªa mucho". La trascendencia m¨¢s all¨¢ del llamado tel¨®n de grelos, a Vigo le lleg¨® de la olivetti de Mar¨ªa Xos¨¦ Porteiro, que con el tiempo se convertir¨ªa en edil de Cultura pero a la saz¨®n ejerc¨ªa de jefa de prensa en el Ayuntamiento. En abril de 1984, la asesora de Manuel Soto (un alcalde encaramado a la modernidad de aquellos d¨ªas) public¨® un art¨ªculo en EL PA?S que se ley¨® en toda Espa?a.
El trabajo llevaba fotos de un desfile de moda en el Kremlin, cuartel de la Movida en la parroquia de Coruxo y sala heredera de aquel Satchmo primigenio que cerr¨® por falta de espacio para tantos que quer¨ªan estar. A partir de ah¨ª, unos pocos entre el centenar de grupos que nacieron aquellos a?os se hicieron famosos, ven¨ªa mucha gente de fuera a salir de noche y la movida de Vigo se tute¨® sin traumas con la madrile?a.
"Vigo era una mierda. En todo el a?o 84, en plena Movida, entre la ciudad y su comarca se celebraron 42 conciertos. Hoy, 40 los hay cualquier fin de semana", comenta Alonso Pimentel. Pero entonces se produjo eso que no sucede casi nunca a lo largo de un siglo, una explosi¨®n de "espontaneidad" que en este caso, seg¨²n el autor, tuvo m¨¢s que ver con el t¨²nel largo y oscuro del que se sal¨ªa que con la recesi¨®n del momento. Hoy, sumidos en otra crisis, en opini¨®n del escritor, articulista, presentador radiof¨®nico, testigo y cronista de aquellos d¨ªas no cabe esperar una nueva Movida. Los m¨²sicos van al conservatorio y saben muchos m¨¢s acordes, los pintores estudian Bellas Artes y en Vigo hay Escuela Superior de Arte Dram¨¢tico. La oferta cultural y est¨¦tica es inmensa comparada con aquella, pero ya no hay nada tan nuevo bajo el sol.
Quiz¨¢s, tambi¨¦n, es que m¨¢s que el sol era la sombra del Scalextric la que daba cobijo a tanta osad¨ªa. Aquel viaducto disparatado que atravesaba en vuelo rasante la calle Lepanto, casi rozando los edificios, refugiaba a los j¨®venes que hoy pasan del medio siglo las noches de lluvia. "Era el icono" de la ciudad, defiende el escritor. "A un lado estaba El Manco [otro local m¨ªtico de la Movida] y al otro El Var¨®n, una casa de citas. Con lo que cost¨® demolerlo [en 1986], tendr¨ªan que haberlo dejado para hacer conciertos y desfiles".
La Movida apareci¨® porque ten¨ªa que aparecer y se desvaneci¨® en los aleda?os del 88 porque ten¨ªa que desvanecerse, por "aburrimiento de los medios" que ven¨ªan todas las semanas a hacer reportajes y "porque todo se termina". "Tambi¨¦n el Rom¨¢nico deriv¨® en el G¨®tico y el Renacimiento acab¨® cuando acab¨®", concluye Alonso. Entre los mejores grupos, elige tres que no tuvieron mucha suerte pero se la merec¨ªan: "Moncho e mailos Sapoconchos, Los Cafres y Bromea o qu¨¦?".
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