La poes¨ªa de los descampados
La actriz, vinculada desde ni?a al paisaje urbano de Madrid, estrena en el Mar¨ªa Guerrero el mon¨®logo 'protAgonizo', un ejercicio de desnudez con el que ha triunfado en salas peque?as
1. El descampado de RENFE. Es aut¨¦ntico, como los de antes, con escombros y restos de construcciones derruidas. El de la estaci¨®n de Delicias tiene unas viejas v¨ªas de tren que le dan un punto po¨¦tico. Me cri¨¦ rodeada de un paisaje similar cerca del barrio de Hortaleza. Los descampados eran mi escenario de juego hasta que llegaron las excavadoras. Entonces tuvimos que irnos: nuestra casa fue demolida para construir pisos. En este lugar memoric¨¦ los textos de protAgonizo.
2. Retiro. He disfrutado de muchos paseos solitarios y de otros gratamente compartidos. All¨ª apago mi sed de ¨¢rboles y de tierra. Me encantan sus charcos cuando llueve, las hojas a montones por sus caminitos en oto?o, el olor de las celindas en primavera, el de las rosas de t¨¦ que presiden la entrada a la Rosaleda, o¨ªr los tambores a lo lejos, tumbarme en el c¨¦sped...
3. Cementerio de los fusilados del Dos de Mayo. Este lugar, en la monta?a de Pr¨ªncipe P¨ªo, me lo descubri¨® mi padre. Siempre que paso por all¨ª con ¨¦l me recita una poes¨ªa que habla de ese lugar y de su historia: "Que no la llamen del pr¨ªncipe / que la llamen bien llamada / que en la monta?a de Madrid...". Cuando le escucho hacerlo, veo al ni?o que fue.
4. Ateneo de Madrid. Todos los mi¨¦rcoles desde hace casi 10 a?os participo en la tertulia de Agust¨ªn Garc¨ªa Calvo. Es una cita sagrada, el sitio tiene una atm¨®sfera muy singular: esos sof¨¢s, esos cuadros, esas salas grandes tan desoladas, esa biblioteca... Se respira un aire intelectual a?ejo que le da mucha solera.
5. Filmoteca Espa?ola. Me encantan las pel¨ªculas en blanco y negro, el cine mudo..., engancharme a ver un buen ciclo. Recuerdo uno bien largo de Lubitsch que disfrut¨¦ much¨ªsimo. Tambi¨¦n es un lugar muy agradable donde tomar un caf¨¦.
6. Callej¨®n del Gato. Me gustan las patatas bravas y los espejos que devuelven la imagen de uno deformada. Aquellos a los que hac¨ªa alusi¨®n Valle-Incl¨¢n en Luces de bohemia.
7. Calle Mesena, 95. El lugar donde estaba mi casa, donde me cri¨¦, de donde fui arrancada. Un lugar demolido que sigue vivo en mi memoria y en mi coraz¨®n.
8. Teatro Mar¨ªa Guerrero. Siempre lo he visto como un teatro muy importante y dif¨ªcil de acceder para m¨ª. No solo por ser un Nacional, sino por su est¨¦tica, su nombre, no s¨¦, por los espect¨¢culos que suele programar... Es un teatro que impone. Vamos, que no contaba con ello.
9. La calle Argumosa. En la calle Argumosa tengo el recuerdo de una pareja de viejitos enamorados plat¨®nicamente que me contaron, entre horchata y horchata, su historia. ?l hab¨ªa sido el mejor amigo del marido de ella (fallecido hac¨ªa 30 a?os), pero por respeto y cari?o al difunto no hab¨ªan consumado nunca su amor.
10. Dehesa de la Villa. De vez en cuando quedo con mi padre para andar. Nos encontramos en Moncloa y bajamos por Ciudad Universitaria hasta la Dehesa. Una vez all¨ª cogemos el camino que va por encima del conducto del agua hasta la Residencia de Estudiantes. Subimos entonces la cuesta y nos sentamos un ratito en el poyete a descansar y a admirar el paisaje, despu¨¦s tiramos por Cuatro Caminos. Antes de tomar la ca?a de despedida, compramos unos tomates en una fruter¨ªa. Luego, en el metro, cada uno tira para un and¨¦n.
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