Brigitte Fontaine, artista del pueblo
Cada vez que articula una frase Brigitte Fontaine hace justicia a su fama de enfant terrible. "Estoy en un sitio muy ruidoso; date prisa y aprovechemos que ahora mismo hay calma", dice estirando las palabras como si saliera de un pesado letargo. Haya ruido ambiental o no, la reina del underground franc¨¦s no parece una interlocutora f¨¢cil para una entrevista telef¨®nica. De su biograf¨ªa se desprende que se trata de una artista que solo se compromete con ella misma. Despu¨¦s de algunos cambios de fecha y hora, Fontaine comparece para hablar por tel¨¦fono sobre su nuevo disco, L'un n'emp¨ºche pas l'autre (una cosa no quita la otra). Lo mismo que su autora, es un ¨¢lbum que no admite los t¨®picos. "Todas las canciones son m¨ªas, est¨¢n escritas por m¨ª", ataja impaciente mientras se escucha la intensidad con la que aspira el humo de su cigarro. "Mi compa?¨ªa de discos quer¨ªa este disco. Yo me negaba. Al final ced¨ª. Eleg¨ª canciones que aprecio por diversas razones y muchas de ellas las he cantado con viejos amigos y con algunos artistas a los que no conozco pero que me gusta lo que hacen. Todos aceptaron encantados colaborar. Pero no digas que es un disco de duetos porque hay dos canciones que las canto yo sola".
Brigitte Fontaine es una leyenda viva de la cultura francesa. Sus or¨ªgenes art¨ªsticos se remontan a los d¨ªas en que Boris Vian cantaba en locales como Bobino, a principios de los sesenta. En esa escena de la naciente chanson irrumpi¨® Fontaine, una actriz vocacional que descubri¨® en los cabarets que tambi¨¦n quer¨ªa cantar. "Nunca so?¨¦ con hacerlo, lo ¨²nico que sab¨ªa desde bien ni?a es que quer¨ªa ser actriz y escribir mis propias obras, pero jam¨¢s me imagin¨¦ cantando. Mi llegada a la m¨²sica fue un accidente". Nacida en 1940 en Marlaix, Francia, Fontaine es hija de dos profesores que la instruyeron desde peque?a y la iniciaron en la m¨²sica. Pero ella solo quer¨ªa leer obras de teatro que luego interpretaba en su cuarto. Se dedic¨® al teatro amateur hasta que, con 12 a?os, fue descubierta por un director profesional. Su arrebatadora personalidad y su talento natural hicieron de ella una especie de acontecimiento, y cuando se produjo ese "accidente" al que se refiere, la intelectualidad parisiense se rindi¨® ante su particular manera de interpretar la m¨²sica. "Nunca he sabido muy bien cu¨¢les son mis intenciones, tampoco me he propuesto conocerlas. Dejo que las cosas salgan a la superficie y no les doy m¨¢s vueltas, no necesito una justificaci¨®n intelectual para comprender lo que hago".
Participando en una obra experimental en 1964, conoci¨® al m¨²sico Jacques Higelin, con el que ha colaborado docenas de veces a lo largo de los a?os. Higelin est¨¢ presente en su nuevo disco, en la canci¨®n Duel, como tambi¨¦n lo est¨¢ Areski Belkacem, su c¨®mplice musical desde 1968, el artista que la llev¨® a experimentar con sonidos ¨¢rabes en Je ne connais pas cet homme (1973) y L'incendie (1974), ¨¢lbumes vanguardistas que acrecentaron su estatus de artista visionaria. En realidad, su m¨²sica nunca sigui¨® los cauces establecidos. "Por eso, cuando en 1968 grab¨¦ mi primer disco en solitario, a la discogr¨¢fica no se le ocurri¨® nada mejor que titularlo Brigitte Fontaine est... folle [Brigitte Fontaine est¨¢... loca] y ni siquiera se molestaron en consult¨¢rmelo". Cuatro d¨¦cadas despu¨¦s, sigue fomentando su fama de artista dif¨ªcil de manejar. Cuando se le pregunta por Grace Jones, con la que ya lleva grabados tres temas, dos de ellos incluidos en su ¨²ltimo ¨¢lbum, se limita a decir que es su alma gemela. "Es ¨²nica", apostilla despu¨¦s de un suspiro que en realidad es el humo de la ¨²ltima calada al cigarro saliendo de su cuerpo. Su est¨¦tica y su actitud son evidente inspiraci¨®n en Bj?rk o la propia Jones. "A m¨ª la imagen me da igual, yo soy as¨ª. Lo que se ve es lo que hay. Siempre he sido as¨ª". Hace a?os que Sonic Youth reivindica sus hallazgos sonoros y el grupo anglofranc¨¦s Stereolab le dedic¨® una canci¨®n (Brigitte) y la invit¨® a cantar en otra titulada Calimero. No obstante, lo mejor es no sacar a relucir la "m¨²sica experimental". Es un t¨¦rmino que aborrece.
Tampoco parece muy entusiasmada si hay que hablar de L'un n'emp¨ºche pas l'autre y prefiere contar que se encuentra trabajando en Le Grand Soir, "una pel¨ªcula muy divertida y muy revolucionaria". Fontaine ha construido su leyenda sin hacer concesiones, y eso ha ocasionado ¨¦pocas bajas en su popularidad. As¨ª y todo, su obra es apabullante: discos, novelas, obras de teatro escritas e interpretadas, colaboraciones con figuras como Moustaki, Etienne Daho, Matthieu Chedid, Emmanuelle Seigner, la Chicago Art Ensemble, Philippe Katerine, Gotan Project... "Siempre ser¨¦ una artista del pueblo", asegura. Y a continuaci¨®n responde a rega?adientes cuando se le pregunta por las causas sociales y pol¨ªticas por las que ha peleado a lo largo de su trayectoria: los sin techo, los afectados por el sida, la igualdad de g¨¦nero. "Odio el t¨¦rmino feminismo, pero siempre he sido y ser¨¦ solidaria con todas las mujeres". Y tras dar una larga y sonora calada que se mezcla con su voz, concluye: "Mi obra ha estado siempre llena de pol¨ªtica, de izquierdas, por supuesto. Siempre he luchado por aquellos que no tienen nada y seguir¨¦ haci¨¦ndolo, sobre todo ahora que los pobres cada vez son m¨¢s pobres y los ricos se hacen m¨¢s ricos".
L'un n'emp¨ºche pas l'autre est¨¢ editado por Universal. brigittefontaine.artistes.universalmusic.fr.
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