Fot¨®grafa en ruinas
Naves demolidas, casas abandonadas. Y en medio, Cecilia de Val, mitad retratista y mitad 'performer'
La primera vez que a Cecilia de Val (Zaragoza, 1975) le entr¨® el veneno de la fotograf¨ªa en las venas fue cuando hered¨® la c¨¢mara Pentax de su padre. Cuatro clics con aquella reliquia de los a?os sesenta y se enganch¨®, reconoce, a crear mundos paralelos inspirados en Kafka, Edgar Allan Poe o Borges. Despu¨¦s llegaron sus estudios en la Escuela Espectrum de Zaragoza y posteriores cursos, aunque su tormentosa visi¨®n del mundo apareci¨® sola.
Uno de sus ¨²ltimos mundos on¨ªricos, Tiempo y ruinas, se expone en la galer¨ªa C¨¢mara Oscura (Alameda, 16) hasta el pr¨®ximo 31 de diciembre. Ni?as-monstruo que habitan edificios abandonados y personajes atrapados como fantasmas en espacios vac¨ªos componen una exposici¨®n que roza lo inquietante. Lo ir¨®nico es que ella misma protagoniza la mayor¨ªa de los autorretratos y que, adem¨¢s, se divierte provocando sensaciones extra?as en el p¨²blico. "Para m¨ª lo importante es que la foto llegue al espectador. El hecho de transmitir algo, aunque sea miedo, ya resulta excitante. Y lo de aparecer en mis propias fotos es porque me gusta preparar el escenario y trabajar como si fuera una performance", explica la fot¨®grafa, que destin¨® la beca otorgada por la Fundaci¨®n Arte y Derecho a esta investigaci¨®n sobre las ruinas como met¨¢fora del tiempo. En esta ocasi¨®n, la artista abandon¨® el retoque digital que protagonizaba otras series fotogr¨¢ficas anteriores como Nunca te promet¨ª un jard¨ªn de rosas o El otro reino y se dedic¨® a viajar buscando naves industriales y casas abandonadas.
"Puede sonar raro, pero curiosamente cada vez que fotografiaba un sitio, lo demol¨ªan pocos d¨ªas despu¨¦s. Se podr¨ªa decir que la met¨¢fora del tiempo que estaba buscando ya solo aparecer¨¢ en mis fotograf¨ªas porque esos lugares no existen", reflexiona. Como si fuera el coche de un titiritero, De Val contin¨²a viajando con el maletero lleno de disfraces y vestidos de segunda mano, m¨¢scaras y cuerdas que a veces atan a sus personajes y varias c¨¢maras. Solo a veces saca a pasear la vieja Pentax de su padre que, como las ruinas, tambi¨¦n acab¨® abandonada.
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