Austeridad o muerte, valga la redundancia
A principios de los a?os noventa del siglo pasado vi un enorme mural en La Habana que, con la est¨¦tica al uso, ten¨ªa escrito este lema: "Revoluci¨®n o muerte". Alguien, de forma subrepticia y precipitada, hab¨ªa escrito debajo: "Valga la redundancia".
El lema era la respuesta a la ca¨ªda de la URSS y a la crisis econ¨®mica de inicio de los noventa, que hab¨ªa puesto en evidencia el fracaso del castrismo. Pero de poco val¨ªa la evidencia de que la revoluci¨®n era sin¨®nimo de miseria y agon¨ªa para la mayor parte de la poblaci¨®n. El castrismo se mantuvo en su error.
Aunque distinto y distante, me viene ahora ese lema a la memoria cuando tengo delante las previsiones de crecimiento para 2012 publicadas el lunes pasado por los principales organismos econ¨®micos internacionales y nacionales para la zona euro. La conclusi¨®n es un¨¢nime: estamos ante un frenazo en seco del crecimiento y, por tanto, en la reca¨ªda en la recesi¨®n. El corolario l¨®gico ser¨¢ mayor desempleo, desigualdad y pobreza. Pero ante esa evidencia nuestros Gobiernos parecen actuar como lo hizo el castrismo.
La econom¨ªa de la zona euro est¨¢ bajo los efectos de un 'shock' generalizado de demanda
La OCDE se?ala que el PIB de la eurozona crecer¨¢ en 2010 un raqu¨ªtico 0,3%, en vez del 2% que hab¨ªa pronosticado hace solo cinco meses. Rompiendo todas las normas del protocolo pol¨ªticamente correcto de la organizaci¨®n, su secretario general, el mexicano ?ngel Gurr¨ªa, fue coloquialmente concluyente: "El mensaje que queremos dar es que esto no tiene buena pinta".
Y, la verdad, es que no la tiene. El deterioro avanza de forma acelerada. F¨ªjense en este dato: en sus Perspectivas Econ¨®micas Internacionales de finales de septiembre, el FMI revisaba dr¨¢sticamente a la baja sus previsiones publicadas en primavera y afirmaba que la econom¨ªa de la zona euro crecer¨ªa en un 1,1 % en 2012. Solo un mes despu¨¦s, la OCDE lo rebaja ahora a un 0,3%. Y seguimos en ca¨ªda libre.
Viniendo a nuestro pa¨ªs, los pron¨®sticos son a¨²n m¨¢s sombr¨ªos. El servicio de estudios del Banco de Espa?a, en su informe trimestral dado a conocer esta misma semana, avala el pron¨®stico de la OCDE y lo concreta: crecimiento cero. Por lo tanto, estamos abocados a volver a la recesi¨®n pura y dura.
?Cu¨¢l es la conclusi¨®n que podemos extraer de esos informes? Que la austeridad compulsiva y generalizada que aplican desde a?o y medio todos los Gobiernos europeos ha llevado a la econom¨ªa a recaer en la recesi¨®n.
?No era previsible que ocurriera algo as¨ª? Lo era. Cualquier manual de iniciaci¨®n a la macroeconom¨ªa le dir¨¢ que sin gasto la econom¨ªa de mercado no funciona. El gasto de una persona o de un sector econ¨®mico es el ingreso de otra. Si nadie gasta, la renta del conjunto de la econom¨ªa se hunde. Y eso es lo que est¨¢ ocurriendo.
El consumo privado est¨¢ hundido. Por tres razones: la necesidad de muchas familias de ahorrar m¨¢s para desendeudarse, el elevado desempleo y el temor a lo desconocido por parte de los que a¨²n tienen empleo pero no saben si ma?ana lo conservar¨¢n. En este escenario, los empresarios no tienen incentivo para invertir. Por lo tanto, la demanda del sector privado se desploma. Si en esas circunstancias el sector p¨²blico decide tambi¨¦n practicar la austeridad, la demanda total interna de la econom¨ªa desaparece.
Podr¨ªa pensarse que la ca¨ªda de la demanda interna puede ser suplida por la demanda externa, por la exportaci¨®n. Pero si todos los pa¨ªses est¨¢n en la misma situaci¨®n y sus Gobiernos practican a la vez la misma pol¨ªtica de austeridad, la demanda externa tambi¨¦n se hunde. Y eso es lo que est¨¢ ocurriendo.
Por lo tanto, ahora mismo, el diagn¨®stico adecuado es que la econom¨ªa de la zona euro est¨¢ bajo los efectos de un shock generalizado de demanda.
En este escenario, las recomendaciones de m¨¢s reformas para mejorar la vertiente de la oferta que hace la OCDE y el propio Banco de Espa?a suenan a m¨²sica celestial. El sentido com¨²n nos dice que por m¨¢s reformas que hagamos en el motor de un coche para mejorar sus prestaciones, si se olvida de la gasolina el motor no funciona. Y el problema que tenemos a corto plazo es la falta de gasolina, no que el motor tenga algunos defectos que despu¨¦s haya que reparar. Si hacemos lo contrario, la situaci¨®n se parecer¨¢ a la del cirujano que a la salida del quir¨®fano dijo: "La operaci¨®n fue muy bien, pero el enfermo muri¨®".
Mayor sentido de la realidad est¨¢ manifestando el FMI. Leer la breve introducci¨®n que hace Olivier Blanchard, el economista jefe, al mencionado informe sobre perspectivas reconcilia con la profesi¨®n y con el sentido com¨²n. Dec¨ªa Blanchard que "la consolidaci¨®n fiscal no puede ser demasiado r¨¢pida o destruir¨¢ el crecimiento. No puede ser demasiado lenta o destruir¨¢ la credibilidad". Ese era el dilema hace unos meses. Ha ocurrido lo primero: la austeridad demasiado r¨¢pida y generalizada ha matado al crecimiento.
Pero he aqu¨ª que los Gobiernos europeos practican el sostenella y no enmendalla, haciendo verdad aquello de que lo malo no es equivocarse, sino mantenerse en el error a sabiendas de sus efectos dram¨¢ticos. Es decir, est¨¢n parodiando el lema castrista: "Austeridad o muerte".
?Por qu¨¦ nuestros Gobiernos est¨¢n obcecados en el error de la austeridad? Solo encuentro una explicaci¨®n: est¨¢n dirigiendo la econom¨ªa m¨¢s por consideraciones ideol¨®gicas que por un an¨¢lisis serio de las consecuencias de la austeridad sobre la actividad econ¨®mica, el empleo y la democracia.
La ideolog¨ªa del conservadurismo radical -con su defensa de los mercados libres de todo control, del small government y de las reducciones de impuestos- fue la causante de la exhuberencia irracional. Pero cuando se pensaba que la crisis ser¨ªa su tumba, ha vuelto a dominar la pol¨ªtica con su propuesta de austeridad radical. Un misterio. Tiempo habr¨¢ para encontrarle explicaci¨®n.
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