El siluro acecha al Guadalquivir
El pez de agua dulce m¨¢s grande e invasivo de Europa ha sido introducido ilegalmente por el hombre en el embalse cordob¨¦s de Izn¨¢jar
El leviat¨¢n de los r¨ªos se ha instalado en el mayor pantano de Andaluc¨ªa. Y el temor ahora es que el siluro -un voraz pez que llega a alcanzar los dos metros de largo y los 100 kilos de peso- se pueda extender por la cuenca del Guadalquivir y el resto de embalses de la comunidad.
Entre los pescadores y moradores del entorno del embalse cordob¨¦s de Izn¨¢jar se hab¨ªan disparado los rumores desde hac¨ªa un par de a?os. Un extra?o, bigotudo y enorme pez nadaba en las aguas del pantano. Los expertos sospechaban que se trataba del siluro, el pez de agua dulce de mayor tama?o que existe en Europa. Se confirm¨® el pasado 20 de julio, cuando fue pescada una pieza de 877,5 gramos y 49 cent¨ªmetros. Un equipo de la Consejer¨ªa de Medio Ambiente solo tard¨® dos jornadas en dar con este ejemplar juvenil, lo que da una idea de lo extendido que puede estar este invasor en el embalse. "Que hab¨ªa siluros era un secreto a voces", reconoce Alejandro Ramos, uno de los pescadores que particip¨® en la batida y miembro de la Asociaci¨®n para la Conservaci¨®n Pisc¨ªcola y de los Ecosistemas Acu¨¢ticos del Sur (Acpes). "Ya es imposible erradicarlo", a?ade, pesimista.
"Es el invasor perfecto", detalla Luis Zamora, investigador del Instituto de Ecolog¨ªa Acu¨¢tica de la Universidad de Girona. Zamora conoce bien el problema ya que form¨® parte del equipo de expertos que estudi¨® durante cuatro a?os este animal y sabe de su capacidad para sobrevivir sin mucho ox¨ªgeno gracias a la elevada concentraci¨®n de hemoglobina que tiene en la sangre. Pero, para que se produzca la invasi¨®n perfecta, se necesita que el hombre intervenga, como ha ocurrido en Izn¨¢jar y como ocurri¨® en su d¨ªa en el r¨ªo Segre, afluente del Ebro.
A diferencia de lo que ha pasado en el embalse cordob¨¦s, donde no se ha conseguido localizar al culpable, en el caso del Segre s¨ª se sabe quien fue el responsable de que esta especie originaria del este de Europa y el oeste asi¨¢tico acabara en la Pen¨ªnsula. El bi¨®logo alem¨¢n Roland Lorkowsky fue quien introdujo en 1974 el siluro. Declar¨® haber soltado en el Segre 32 alevines procedentes del r¨ªo Danubio. Posteriormente, fueron los aficionados a la pesca deportiva los que extendieron este pez al resto de la cuenca y al tramo bajo del Ebro, donde hoy abundan los siluros, que han supuesto una inyecci¨®n econ¨®mica para la ribera del Ebro, ya que ha incrementado el turismo, fundamentalmente, de Alemania e Inglaterra.
En lo que va de siglo se han localizado tambi¨¦n ejemplares en la cuenca del Tajo. Andaluc¨ªa es el ¨²ltimo punto en el que se ha detectado esta especie.
Carlos Fern¨¢ndez-Delgado, catedr¨¢tico de la Universidad de C¨®rdoba, estima que la introducci¨®n del siluro en el embalse debi¨® realizarse hace cuatro o cinco a?os. "Dado su tama?o y sus h¨¢bitos predadores, el siluro supone un riesgo elevado para la abundancia y supervivencia de peces nativos y otros vertebrados (anfibios, aves y peque?os mam¨ªferos)" se indica en el informe elaborado para la Junta por Fern¨¢ndez-Delgado. "El curso medio y bajo del Guadalquivir se puede llenar de siluros", augura. Si llegara a extenderse por el bajo Guadalquivir podr¨ªa da?ar la reserva de pesca de la desembocadura del r¨ªo, una de las zonas m¨¢s importantes de cr¨ªa y engorde de muchas especies comerciales.
Ecologistas en Acci¨®n ha reclamado a la Junta que proh¨ªba la pesca en el Izn¨¢jar, algo que ha rechazado la Consejer¨ªa de Medio Ambiente.
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