Dimisi¨®n masiva en el Consejo de las Artes de Catalu?a
La vicepresidenta Pilar Parcerisas, entre los candidatos a dirigir el MNAC
Ha sido una dimisi¨®n masiva, uno de aquellos gestos que quieren quedarse grabados en la memoria colectiva: ayer, encabezados por su presidente, Francesc Guardans, 10 de los 11 miembros del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Catalu?a (Conca), -organismo creado en 2008 siguiendo el ejemplo de los arts councils anglosajones por el Parlamento catal¨¢n para tutelar la cultura al margen del poder pol¨ªtico, y formado por representantes de distintas ¨¢reas de la cultura y las artes-, se rebelaron contra las pretensiones del Gobierno de CiU.
Tan solo la vicepresidenta Pilar Parcerisas decidi¨® quedarse y esperar para ver en qu¨¦ estado deja a este organismo la ley ¨®mnibus que tiene previsto aprobar el Parlamento catal¨¢n. Seg¨²n los dimisionarios, la ley implica "una involuci¨®n pol¨ªtica y cultural que vac¨ªa de contenido la instituci¨®n y la convierte en un organismo irrelevante". Parcerisas, por su parte, piensa que el resto de miembros han tomado una "decisi¨®n precipitada". "Hay una serie de enmiendas presentadas a la ley y hasta que no se hayan discutido no tiene sentido dimitir", asegur¨®.
El principal motivo de enfrentamiento ha sido la forma de repartir subvenciones
Mascarell no quiere compartir el poder con organismos como el Conca. Prefiere lo que ¨¦l llama la "ventanilla ¨²nica". Seg¨²n el proyecto del consejero, las subvenciones ser¨¢n gestionadas por un ¨²nico organismo formado por tres personas: una nombrada por el Gobierno y otra por el Conca, m¨¢s un t¨¦cnico de prestigio consensuado entre ambos. "La ventanilla ¨²nica permite sintetizar y ordenar las ayudas, hacer m¨¢s ¨¢gil y transparente el proceso y ahorrar entre tres y cuatro millones de euros que se podr¨ªan reinvertir", se?ala Mascarell. Para los dimisionarios, "no solo no supondr¨¢ un ahorro, sino que habr¨¢ menos garant¨ªas de transparencia y objetividad, con el riesgo a?adido de que los criterios no prioricen la valoraci¨®n art¨ªstica". El Conca reparte actualmente entre ocho y nueve millones de euros, el 2,9% de las ayudas de Cultura, una cifra que se ha visto reducida este curso debido a los recortes.
Si las modificaciones prosperan, los miembros del Conca pasar¨ªan de 11 a 5 o 7, lo que supondr¨ªa que algunos de sus miembros perder¨ªan su silla. El debate que se perfila enfrenta claramente dos modelos: por un lado, el centralismo democr¨¢tico, representado por la voluntad de Mascarell de retomar las riendas globales de la pol¨ªtica cultural catalana y, por el otro, el sistema m¨¢s participativo e independiente, representado por el Conca.
Este episodio surge cuando el buque insignia de la cultura catalana, el Museo Nacional de Arte de Catalu?a, se halla sin director desde agosto. Hace una semana se cerr¨® la convocatoria para el concurso. Entre los nombres que suenan con insistencia, se encuentra precisamente el de Parcerisas, as¨ª como el de ?lex Susanna, director adjunto del Instituto Ramon Llull, y William Jeffett, conservador del museo Dal¨ª de Florida. El actual director del museo Picasso de Barcelona, Pepe Serra, es otro de los candidatos. Seg¨²n diversas fuentes, la posibilidad de que Serra se presentara al concurso estaba supeditada a sus negociaciones con el Ayuntamiento de Barcelona para dotar al Picasso de personalidad jur¨ªdica propia. Esta vieja reivindicaci¨®n fue retomada con m¨¢s fuerza cuando Manuel Borja-Villel, director del museo Reina Sof¨ªa de Madrid, consigui¨® del Ministerio de Cultura la autonom¨ªa jur¨ªdica del centro. El Ayuntamiento le concedi¨® sus deseos.
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