El reto de ser competitivos
Tras el crash del 29, la crisis del petr¨®leo de 1973, el crash burs¨¢til de 1987 y las burbujas inmobiliarias uno ten¨ªa la sensaci¨®n de haberlo vivido todo. Sin ¨¢nimo de suplantar a ning¨²n economista, la mayor¨ªa calificar¨ªa hoy estas situaciones de "sencillas y simples" comparadas con los ¨²ltimos a?os. Si algo tiene de particular esta crisis es la sensaci¨®n permanente de que los ciudadanos tenemos de estar revolvi¨¦ndonos en la ola, sin tener claro ni d¨®nde estamos ni cu¨¢l es el camino m¨¢s r¨¢pido y seguro hacia la superficie. Hemos perdido incluso la conciencia de ser "actores" con capacidad de influir en el desenlace, para pasar a ser espectadores de una situaci¨®n de la que, sin embargo, somos los aut¨¦nticos protagonistas.
Semana a semana, parece que se supera un obst¨¢culo y aparecen otros de una complejidad y alcance a¨²n mayores. La forma en c¨®mo se combinan el espacio y el tiempo en esta crisis no tiene precedentes en la historia: afecta a todo el planeta (por mucho que haya econom¨ªas en crecimiento) y no se resuelve m¨¢s all¨¢ del presente. Ante esta situaci¨®n, el ciudadano parece que se queda sin opciones de actuar. La reacci¨®n de aquellos ciudadanos indignados ha sido un claro ejemplo de que algo no ha funcionado y debe cambiarse, aunque no tengo el convencimiento de que sea la mejor plataforma para aportar propuestas constructivas que no representen una amenaza a¨²n mayor para el propio sistema.
?Qu¨¦ opciones quedan? Tengo una gran confianza en nuestra capacidad para superar la crisis, aunque es muy probable que tambi¨¦n lo sea el sacrificio que haya que hacer. El primer paso es darnos cuenta de que hemos vivido muy por encima de nuestras posibilidades. Eso nos permitir¨¢ aceptar el aterrizaje al que nos vamos a someter durante bastante tiempo. A partir de entonces, nuestro compromiso es volver a rehacer el camino pero esta vez sin cometer los errores de los ¨²ltimos 15 a?os.
Es ahora cuando tenemos que demostrar que, adem¨¢s de querer vivir a un nivel similar al de los pa¨ªses m¨¢s ricos, estamos dispuestos a asumir el reto de ser competitivos. ?Qu¨¦ duda cabe de que los cambios de los ¨²ltimos 30 a?os han sido espectaculares y que, en much¨ªsimos ¨¢mbitos, nuestras empresas est¨¢n hoy entre las m¨¢s avanzadas del mundo! Pero tambi¨¦n es verdad que nos queda much¨ªsimo por hacer, especialmente en educaci¨®n y mercado de trabajo.
El nuevo Gobierno se encontrar¨¢ con su programa de actuaci¨®n ya redactado desde Europa. Y nadie discute que el primer punto ser¨¢ reducir el d¨¦ficit que permita recuperar la confianza. Pero ser¨ªa imperdonable que se desaprovechara esta segunda oportunidad sin acometer las dos grandes asignaturas pendientes: poner al alcance de los j¨®venes los medios necesarios para acceder al mercado laboral con una preparaci¨®n mejor y acabar con un sistema laboral excesivamente proteccionista, que no solo impide el acceso a los j¨®venes mejor preparados, sino que fomenta mantener en su puesto a quienes, sin estarlo, no tienen est¨ªmulo alguno para esforzarse en hacer una sociedad m¨¢s competitiva y justa.
Leopoldo Rod¨¦s es presidente de Media Planing Group.
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