N¨¢ufragos de s¨ª mismos
Hubiera sido mejor perderse este espect¨¢culo ofrecido por la UE, que presenciamos desde platea preferente, pues si ya en s¨ª mismo se trata de un p¨¦simo gui¨®n y de unos actores muy secundarios, faltaba la traca final, que no desenlace: el refer¨¦ndum griego. Semejante anuncio sorpresa, en la m¨¢s insolidaria l¨ªnea de pol¨ªtica interna, ha sobresaltado a todo el mundo -dicho esto en sentido estricto- enviando de paso al hospital al rotundo ministro heleno de finanzas, indigestado con el marr¨®n endilgado por su jefe. Ya se ha repuesto, quiz¨¢ por efecto de la terapia convencional o con la ayuda de la vuelta atr¨¢s que viene de protagonizar el patr¨®n, quien, inseguro cual son¨¢mbulo, al modo de un equilibrista que encoge el coraz¨®n del p¨²blico con sus ansias de retar los l¨ªmites de la gravedad, acab¨® por encontrarse con la cordura.
Las pol¨ªticas concretas son opinables, pero las cuentas de la Xunta tienen el rigor indispensable
Si la Uni¨®n hubiera hecho lo que ten¨ªa que hacer en su d¨ªa, aun sabiendo de las dificultades formales de la exclusi¨®n de un miembro, Grecia pod¨ªa haber vuelto a?os atr¨¢s a su dracma cl¨¢sico, confesarse consigo misma, ba?arse en el caos, ordenarlo despu¨¦s y, llegado el caso, reingresar en el club. Ahora es demasiado tarde para evitar multitud de da?os colaterales de la hipot¨¦tica salida, entre ellos una estampida bancaria, tensiones insufribles entre deudores y acreedores, empresas a la quiebra y asalariados a la calle, desabastecimiento en los hospitales, m¨¢s paro, menor protecci¨®n social, probable inestabilidad social y pol¨ªtica. En definitiva, m¨¢s dolor y sacrificios que los impuestos por los sucesivos planes de austeridad. Y no vale el ejemplo argentino, porque aquel pa¨ªs carbura si lo hace Brasil, gran valedor de su demanda, y no es el caso.
Todo ello pone bien a las claras el fuste de la apuesta por estar en la UE, que no es una frivolidad, no s¨®lo porque la mala gobernanza perjudica al que la practica, sino que extiende el perjuicio a los socios. Quiz¨¢ por eso es legalmente inconcebible abandonar la moneda sin salirse de la Uni¨®n, nadie se lo pod¨ªa imaginar y ahora habr¨ªa que protocolizar un anexo a los Tratados acordando un estatuto derogatorio para Grecia en lo que concierne al euro, precisando las consecuencias jur¨ªdicas de esa retirada sobre las deudas en ¨¦l nominadas. Probablemente, sin embargo, la pol¨ªtica griega, entrando en raz¨®n, lleve a un gobierno de salvaci¨®n y se recupere la sensatez.
En cualquier caso, y a prop¨®sito de la reuni¨®n del G-20 celebrada hace poco en Cannes, resulta cada vez m¨¢s pl¨¢sticamente observable que la mundializaci¨®n no ha encontrado la escala pertinente de gesti¨®n, estando abocados a mantener una regulaci¨®n olig¨¢rquica que, bien a su pesar, le hace el rendib¨² a los emergentes. Pa¨ªses estos que est¨¢n m¨¢s que acostumbrados a contar con los dem¨¢s, lo que al rico occidente -y, por supuesto, a la Uni¨®n- no le es familiar y tendr¨¢ que acostumbrarse.
Los griegos no son irlandeses, pero habr¨¢n de mirar a Dubl¨ªn para seguir su ejemplo, y todos a ilustrarse -nosotros tambi¨¦n y de los primeros- acerca de lo apropiado que resulta tener un cobertizo donde refugiarse ante la tormenta, por m¨¢s que se cuele la lluvia por los agujeros. Y Galicia, por lo que nos toca, ha presentado sus presupuestos en tiempo y forma, con profesionalidad y diligencia, interpretando un rigor indispensable, aunque las pol¨ªticas concretas sean, por definici¨®n, opinables. Cosa relevante si tenemos en cuenta que la pol¨ªtica regional de la UE est¨¢ girando progresivamente hacia una mayor condicionalidad macroecn¨®mica, por lo que la premisa sentada con el documento presupuestario resultar¨¢ cada vez m¨¢s imprescindible. Entender esto deber¨ªa ayudarnos a comprender que, de hundirse la embarcaci¨®n, los n¨¢ufragos no eligen puerto, por lo que el peque?o detalle de una embarcaci¨®n gobernable no es balad¨ª.
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