Otro peaje para la crisis
La presidenta regional, Esperanza Aguirre, promueve la construcci¨®n de una autopista en el norte, la R-1, para la que Fomento no encontr¨® ninguna empresa interesada por el profundo fracaso de las radiales de pago
Dos coches compiten en velocidad a 55 kil¨®metros de Oca?a (Toledo), en la radial 4. Son solo dos coches, a las 11 de la ma?ana, en una larga recta. Un Mercedes 4 - 4 negro y un Volkswagen Polo blanco. Un ¨²nico empleado atiende una sola de las 14 garitas de la playa de peaje. En la cafeter¨ªa que recibe al otro lado del p¨¢ramo de Sese?a la Nueva, cinco clientes. "Cada vez viene menos gente, es una carretera muy cara", dice el encargado, que paga cinco euros cada d¨ªa para llegar hasta all¨ª. Su cafeter¨ªa gemela, al otro lado de la autopista, lleva cuatro a?os cerrada con un cartel de "perdonen las molestias".
La carretera de pago que termina en Oca?a, con sus 52 kil¨®metros y medio de trazado limpio, es una de las cuatro R, las autopistas de peaje para salir de Madrid. Son las hermanas peque?as de las grandes autov¨ªas que se disparan al extrarradio. Se inauguraron al calor de la prosperidad con unas perspectivas que han pinchado en viajeros, ingresos y expectativas. Tanto, que el Congreso de los Diputados tuvo que salir al rescate y aprob¨® en 2009 salvarlas de la quiebra con 1.375 millones de euros inyectados por el Ministerio de Fomento en cr¨¦ditos. Entre otras razones, porque el dinero que deb¨ªan pagar para ocupar los terrenos se multiplic¨® un 600%.
Ninguna alcanza el centro de Madrid: salen de un atasco y llegan a otro
Los empresarios de peaje piden que se eliminen los l¨ªmites de velocidad
Ninguna de estas autopistas llega al centro de Madrid. Salen de un atasco y dejan al viajero en otro. Sobre el papel esperaban cada una m¨¢s de 30.000 coches al d¨ªa, y apenas rondan el 40% de esa cifra. Conductores con cuentagotas que circulan solos y pagan solos ante una m¨¢quina que avisa mientras escupe el justificante: "Su recibo se est¨¢ imprimiendo". La radial 3 a Arganda del Rey, con 12.777 coches de media diarios, es la que mejor va. La segunda es la R-5. Pero no salen los n¨²meros. La empresa que gestiona ambas, Accesos de Madrid, tiene una deuda de 600 millones de euros que vence en 11 meses. Esperaban ganar 40 millones anuales, y la realidad ha recortado las expectativas a la mitad. "Estamos mal pero a¨²n vivos. No hemos muerto gracias a la ayuda de Fomento", explica Jos¨¦ Antonio L¨®pez Casas, director general de la empresa.
En mitad de este escenario de ruina, la Comunidad de Madrid ha sacado del caj¨®n uno de los proyectos que su presidenta, Esperanza Aguirre (PP), persigue desde hace a?os. El d¨ªa despu¨¦s de un viaje a Burgos por una de las autov¨ªas con m¨¢s atascos, la A-1, la dirigente regional anunci¨® su intenci¨®n de recuperar la R-1. La llama "autopista low cost". Ha puesto encima de la mesa una iniciativa m¨¢s barata que la que qued¨® desierta en la ¨²ltima intentona de Fomento, y espera que las concesionarias se la quiten de las manos. La patronal del sector aplaude su iniciativa: un proyecto para reactivar la piqueta, movimiento, dinero, obras... Pero ?es realmente viable, visto lo visto?
La historia de la R-1 es la de un querer y no poder. Qued¨® desterrada en el primer grupo de autov¨ªas que impuls¨® el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar (PP), que cort¨® las cintas de las otras cuatro a finales de la d¨¦cada de los noventa. En 2006, con el PSOE al frente, Fomento reactiv¨® el proyecto y lo licit¨® un a?o despu¨¦s por 210,85 millones. El concurso qued¨® desierto. En 2009 hizo un segundo intento m¨¢s caro, por 240 millones. Tampoco le salieron pretendientes. Desisti¨®.
La Comunidad de Madrid, que ya se top¨® con el Tribunal Constitucional en 2006 por intentar hacer la carretera por su cuenta, recupera ahora la idea en mitad de la crisis. Y lo hace a la baja, con un 30% menos de dinero para la obra. Los plazos est¨¢n ajustados para tenerla lista antes de que acabe la legislatura, antes de las elecciones auton¨®micas de 2015. La semana que viene sale a informaci¨®n p¨²blica para posibles alegaciones.
Ecologistas en Acci¨®n ya ha dicho que se opondr¨¢ porque considera una "aberraci¨®n" una nueva autopista tras la "ruina" de las anteriores y porque el trazado "amenaza" el corredor ecol¨®gico del r¨ªo J¨²car. La declaraci¨®n de impacto ambiental estar¨¢ lista en enero, dicen desde la Comunidad. Se cerrar¨¢ la adjudicaci¨®n en marzo, y se construir¨¢ entre 2013 y 2015. La previsi¨®n de veh¨ªculos es m¨¢s modesta: entre 9.000 y 10.000 coches al d¨ªa. En la autov¨ªa paralela, la A-1, se concentran hasta 142.000 en una de las salidas m¨¢s concurridas a un pol¨ªgono comercial.
"Las anteriores radiales fueron una irresponsabilidad pol¨ªtica y esta lo es a¨²n m¨¢s". El profesor titular de Transportes de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid, ?ngel Aparicio, se opone al proyecto. Trabaj¨® dos d¨¦cadas en Fomento, hasta 2009, y dirigi¨® el Centro de Estudios y Experimentaci¨®n de Obras P¨²blicas (Cedex) durante cinco a?os. Aparicio, que vivi¨® la licitaci¨®n de las otras cuatro radiales, asegura que "se inflaron" las previsiones de tr¨¢fico para que parecieran viables. "Se fue a la hip¨®tesis m¨¢s optimista, y aun as¨ª se descart¨® la R-1 porque era la que peores previsiones ten¨ªa", asegura. "Me extra?a que no hayamos aprendido de estos a?os".
Los costes de obra han bajado de 180 millones (sobre una inversi¨®n total de 240) a 120 millones (sobre un total de 160). "Hemos simplificado el proyecto", dice Borja Carabante, viceconsejero regional de Transportes e Infraestructuras. La radial se parecer¨¢ m¨¢s a una autov¨ªa que a una autopista de pago. Tendr¨¢ menos estructuras, con lo que se espera ahorrar 31 millones. "Nos hemos acomodado al terreno para evitar algunos puentes", explica el viceconsejero. En las cuatro salidas (M-12, M-50, M-100 y El Molar) se han reducido los enlaces, recortando as¨ª otros 14 millones. Los 12 restantes salen del aprovechamiento de tierras de un tramo en otro, seg¨²n estos c¨¢lculos. La Consejer¨ªa ha prometido adem¨¢s adjudicar el proyecto al que cobre menos a los conductores. A¨²n no han cerrado el coste de las expropiaciones de terreno, la gran espina en las otras cuatro radiales. "La posibilidad de que la R-1 se ponga en marcha es muy baja", explica Jos¨¦ Antonio L¨®pez Casas, de Accesos Madrid. "Hace tres a?os nos interesamos por la licitaci¨®n de Fomento y no nos sal¨ªan las cuentas". El ministerio valor¨® en 12 millones los terrenos. La empresa estim¨® unos 70.
Las concesionarias de las cuatro radiales tienen que devolver los cr¨¦ditos que consiguieron por la subida de precio del suelo antes de que acaben los periodos de explotaci¨®n (hasta 60 a?os, en alg¨²n caso). El coste de los terrenos super¨® los 1.800 millones, frente a los 300 previstos al empezar a construir. A eso se debe el empuj¨®n econ¨®mico del Gobierno y que se haya permitido aumentar las tarifas de los peajes, lo que, pescadilla que se muerde la cola, ahuyenta a los clientes potenciales.
El sector pide m¨¢s apoyos e incluso apunta iniciativas novedosas. "Se deber¨ªa cobrar por utilizar las otras autov¨ªas, que al final pagamos todos", pide L¨®pez Casas. La Comunidad no ve con malos ojos desterrar los peajes en la sombra, que consisten en que la Administraci¨®n pague a la concesionaria por el tr¨¢fico generado en su carretera. "No habr¨¢ m¨¢s mientras yo sea presidenta y haya crisis", dijo Aguirre cuando present¨® la R-1. Este segundo modelo de peaje se lleva gran parte del presupuesto para carreteras, con casi el 70% de las inversiones (103,6 de 149 millones) por esas cuatro v¨ªas.
Los empresarios de las radiales piden adem¨¢s que se elimine el l¨ªmite de velocidad en sus v¨ªas y que les dejen disminuir el gasto en luces, especialmente durante las noches. Uno de los motivos por los cuales las otras radiales no son rentables es porque los terrenos expropiados dispararon sus precios. Los jurados de expropiaci¨®n y los tribunales acabaron considerando urbanizable el suelo r¨²stico que las rodea. Con la Ley de Suelo de 2008 este riesgo desaparece, ya que un terreno debe valorarse seg¨²n su calificaci¨®n previa. Es decir, si es r¨²stico, r¨²stico, y si es urbano, a precio de urbano.
Pero la radial que auspicia la Comunidad de Madrid podr¨ªa sufrir otro tipo de problemas, esta vez legales. El Gobierno central recurri¨® al Tribunal Constitucional en 2005 para evitar que la Comunidad licitara anteproyectos de la R-1. El fallo qued¨® en tablas: permiti¨® los trabajos previos pero no entr¨® en si pod¨ªa o no construir la autopista. El Ejecutivo considera que la Comunidad no debe construir una infraestructura que es competencia del Estado. Aguirre se ve legitimada porque qued¨® desierto en dos ocasiones. "Si tienen alguna objeci¨®n, que lo planteen cuando salga a informaci¨®n p¨²blica", sugiere su viceconsejero de Transportes. Ser¨¢ dif¨ªcil que Mariano Rajoy (PP), al que todas las encuestas colocan al frente del Gobierno tras el 20 de noviembre, se oponga a los deseos de la presidenta regional Esperanza Aguirre. O no.
440 millones para 1.641 coches
La AP-41 puede ser considerada el claro ejemplo de un fracaso. Quiz¨¢ por eso nadie la inaugur¨®. Todo lo contrario a lo sucedido con las radiales madrile?as. A la apertura de la R-2, en 2003, fueron el exministro de Fomento Francisco ?lvarez-Cascos, el expresidente del Gobierno Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallard¨®n. Los due?os de la AP-41, una obra que cost¨® 440 millones y tiene una media de utilizaci¨®n de 1.641 veh¨ªculos diarios, han ganado una sentencia a Fomento, al que le ped¨ªan una indemnizaci¨®n de 300 millones porque no ampli¨® la v¨ªa hasta C¨®rdoba. La empresa asegura que la Comunidad de Madrid le ha perjudicado al construir la M-407.
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