El tiempo del BCE
La uni¨®n monetaria europea enfrenta estos d¨ªas momentos de crisis intensa que amenazan su supervivencia.
Los acuerdos alcanzados por la UE el 26 de octubre nuevamente han probado ser insuficientes. A pesar de la anunciada quita del 50% de la deuda griega en manos del sector privado, persisten las dudas sobre su sostenibilidad dada la fatiga reformadora en ese pa¨ªs. Por otro lado, el apalancamiento del EFSF como un seguro para alcanzar el tama?o que le permita servir de cortafuegos al resto de Europa se ve amenazado por la propia intensificaci¨®n de la crisis. Adem¨¢s, la falta de acuerdo en el G-20 para aumentar los recursos disponibles para Europa deja claro que los pa¨ªses fuera de la regi¨®n quieren que esta demuestre que tiene la crisis bajo control pol¨ªtico antes de comprometer recursos adicionales, directamente o a trav¨¦s del FMI.
Es la ¨²nica instituci¨®n que puede detener el p¨¢nico en los mercados de deuda soberana
A pesar de todo, existe a¨²n una posibilidad de ganar tiempo para acometer las reformas fiscales y estructurales que muchos pa¨ªses necesitan para crecer y evitar que un problema persistente de liquidez termine convenciendo a los mercados de que se han vuelto insolventes. Tiempo, adem¨¢s, para tener listos los cortafuegos que eviten el contagio de una implosi¨®n de Grecia al resto de pa¨ªses y al sistema financiero europeo en general. Tiempo, por ¨²ltimo, para acordar y presentar una hoja de ruta hacia la uni¨®n fiscal y los eurobonos que hagan cre¨ªble a la uni¨®n monetaria.
Afortunadamente, los acuerdos de octubre no han cerrado definitivamente la puerta a que el BCE pueda actuar como prestamista soberano de ¨²ltima instancia. Ahora mismo es la ¨²nica instituci¨®n que puede detener el p¨¢nico en los mercados de deuda soberana perif¨¦rica, a trav¨¦s de mayores compras de bonos en el mercado secundario. Mucho mejor a¨²n ser¨ªa que accediera a apalancar el EFSF para que este pueda introducir expl¨ªcitamente la condicionalidad que, en t¨¦rminos de reformas, debe acompa?ar a este apoyo. Pero lo que resulta esencial es que el BCE otorgue este apoyo de forma decidida y expl¨ªcita, prometiendo hacer uso de sus recursos casi ilimitados. Mientras su apoyo siga siendo anunciado como "limitado" y "temporal" carecer¨¢ de la fuerza necesaria para eliminar los ataques especulativos.
Por supuesto, esta decisi¨®n trae consigo la posibilidad de riesgo moral por parte de los rescatados. Pero, ?queremos focalizar la atenci¨®n en el riesgo moral en momentos de crisis intensa? Adem¨¢s, la provisi¨®n ilimitada de liquidez a trav¨¦s de un EFSF apalancado en el BCE vendr¨ªa acompa?ado de estricta condicionalidad. Otro riesgo es el posible efecto inflacionario de esta medida, pero es dif¨ªcil destacarlo en momentos en que la zona euro corre el riesgo de caer en recesi¨®n. Adem¨¢s, si la intervenci¨®n del BCE es decidida y expl¨ªcita, bastar¨ªa la amenaza para reducir las tensiones, por lo que no se terminar¨ªa produciendo un fuerte incremento de la base monetaria.
En suma, y como el escaso resultado de la reuni¨®n del G-20 dej¨® claro, la soluci¨®n a la crisis de Europa debe empezar desde Europa, y solo el BCE puede en este momento ganar el tiempo necesario para implementarla.
Juan M. Ruiz es economista jefe de Escenarios Econ¨®micos de BBVA Research.
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