Al mil¨ªmetro
No s¨¦ c¨®mo intentan vendernos la idea de que los debates electorales est¨¢n medidos hasta el mil¨ªmetro, con ej¨¦rcitos de asesores ajustando cada detalle verbal y visual, si en realidad poco tienen de estudiado y nada de espectacular. Es cierto que para la prensa es interesante dotar de cierta ¨¦pica y algo de ciencia al enfrentamiento de los dos principales contendientes para la presidencia de Espa?a. Claro, eso vende peri¨®dicos e incrementa la cifra de espectadores y oyentes.
Hay un esfuerzo descomunal por hacerlo apasionante creando la sensaci¨®n de que la elecci¨®n de la corbata, la forma de mover las manos o la direcci¨®n de mirada son cruciales para decidir qui¨¦n manejar¨¢ los destinos de los espa?oles en los pr¨®ximos cuatro a?os.
Es una ¨¦pica del vac¨ªo, una ¨¦pica rid¨ªcula e inexistente, porque lo ¨²nico que tenemos en pantalla es a dos se?ores con un mont¨®n de papeles encima de la mesa -como si estuvieran haciendo las cuentas del mes o estudiando para una oposici¨®n- con escasa preocupaci¨®n por resultar atractivos para el espectador.
Si hay tantos asesores, tantos expertos a la hora de preparar un debate, ?por qu¨¦ parec¨ªa que Rajoy y Rubalcaba estaban participando en el viejo programa El tiempo es oro? Esta vez, por lo menos, llevaron gr¨¢ficos que se ve¨ªan, no como en otras ocasiones en que el candidato ense?aba un folio blanco con un texto en Times New Roman 12: ilegible, una mancha blanca en la pantalla, veneno televisivo.
Pero vamos, que no nos cuenten milongas de que estas cosas se preparan mucho. No lo parece. Quiz¨¢s lo pensamos o queremos pensarlo porque para nosotros resulta imposible concebir que en estos contextos todo es casual, todo es improvisado.
Como nuestra vida es as¨ª, nos imaginamos a pol¨ªticos y banqueros siendo fr¨ªos, eficaces, como malvados de James Bond. Yo creo que son igual de chapuceros que nosotros, que muchas veces les pilla el toro y tienen que estudiar la noche antes del examen. Lo bueno de la cutrez es que es universal, democr¨¢tica. Pensar en esa eficacia germ¨¢nica aplicada al debate resulta ingenuo.
En Estados Unidos, un posible candidato republicano acaba de demostrar que el chichinabo no es un producto exclusivamente espa?ol. Me refiero al gobernador de Texas Rick Perry, que olvid¨® su programa pol¨ªtico en medio de un debate con sus contendientes de partido. Y justamente son los americanos quienes inventaron estos cara a cara y toda la parafernalia que los rodea. Tanta ¨¦pica, tanta ¨¦pica y luego el gobernador se queda en blanco en uno de los momentos m¨¢s importantes de su carrera.
Eso hace que tenga dudas acerca de qu¨¦ profesi¨®n es la que se lleva la palma en cuanto a timo: community manager en Internet o asesor de imagen para un pol¨ªtico.
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