"?C¨®mo es posible que funcione el sistema si no hay consumidores?"
La ensayista Barbara Ehrenreich ataca la trampa del pensamiento positivo
"Si tienes c¨¢ncer y no te curas es porque no tienes una actitud positiva; si te despiden de tu trabajo y no encuentras otro es por la misma raz¨®n; si eres pobre es tu culpa, porque odias la riqueza". Barbara Ehrenreich (Butte, Montana, 1941) es una representante cl¨¢sica del pensamiento de izquierdas norteamericano y adora desmontar mitos y supercher¨ªas como las arriba se?aladas. Bi¨®loga de formaci¨®n, pas¨® pronto a dedicarse al an¨¢lisis pol¨ªtico y a la cr¨ªtica social. Es autora de m¨¢s de una veintena de libros y acaba de publicar Sonr¨ªe o muere. La trampa del pensamiento positivo (Turner).
Estuvo en Barcelona y dio una conferencia en el Centro de Cultura Contempor¨¢neo (CCCB) insistiendo en que no es cierto que el vaso siempre est¨¦ medio lleno, nunca medio vac¨ªo. Ehrenreich tuvo c¨¢ncer de mama y le irrit¨® profundamente el activismo positivo del que se vio rodeada durante su enfermedad, y descubri¨® que se trataba de un aut¨¦ntico movimiento social, no solo relacionado con el c¨¢ncer. Su teor¨ªa es que no es m¨¢s que una treta para justificar las desigualdades.
"Es cruel decir a un enfermo o a quien pierde su empleo: 'trabaja tu actitud"
La escritora cree que esta filosof¨ªa est¨¢ en el origen de la crisis econ¨®mica
"Me irrit¨® mucho esta filosof¨ªa, porque b¨¢sicamente supon¨ªa que yo era responsable de mi enfermedad. Cuando empec¨¦ a investigar sobre el problema de los ejecutivos que perd¨ªan su empleo me di cuenta de que era lo mismo que con el c¨¢ncer: si te han despedido es porque no tienes un pensamiento positivo, les dec¨ªan, y si no encuentras trabajo es porque no has visto lo que de positivo tiene esta oportunidad. Y sobre esto se ha creado una gigantesca industria que b¨¢sicamente consiste en decir que uno puede conseguirlo todo si solo cambia su manera de pensar. Es simplemente cruel decirle a alguien que ha perdido su trabajo o a quien le han diagnosticado una enfermedad importante que debe trabajar en su actitud".
En su opini¨®n, esta filosof¨ªa tambi¨¦n est¨¢ en el origen del desbarajuste econ¨®mico y financiero que ha provocado la crisis por la que atravesamos. "A principios de la d¨¦cada de 1980 hubo un cambio profundo en la cultura de las grandes empresas norteamericanas, consistente en abandonar la racionalidad de manera plenamente consciente. 'No queremos pensar demasiado. Un aut¨¦ntico l¨ªder no tiene que pensar demasiado porque es alguien genial que debe seguir su inspiraci¨®n', dec¨ªan. Todo lo que hasta entonces se hab¨ªa hecho: analizar los riesgos y estudiar las distintas opciones ya no serv¨ªa, la palabra clave era carisma: las cualidades carism¨¢ticas del l¨ªder. Sobre este principio se cre¨® una cultura del negocio que lleva a los empleados a retiros sobre el espiritualismo de los nativos americanos...".
Para Ehrenreich, los l¨ªderes empresariales y financieros que nos han llevado a esta situaci¨®n son gente que vive en otro mundo. "Cuando vales cientos de millones de d¨®lares no ocupas el mismo mundo que la gente corriente; no vas en vuelos comerciales, usas el helic¨®ptero en la ciudad, te alojas solo en hoteles de cinco estrellas, vives en una burbuja en la que todo lo que deseas se hace realidad. Si est¨¢s en tu casa de Palm Beach y piensas que no tienes un buen borgo?a para ofrecer a tus invitados, mandas a un empleado en tu avi¨®n privado a tu casa en la Costa Este para que traiga unas cuantas cajas a tiempo para la cena. Es m¨¢gico. Porque adem¨¢s esta gente es m¨¢s rica que nunca y tiene aut¨¦nticos poderes m¨¢gicos comparado con nosotros".
Cree que las soluciones al desbarajuste no tienen por qu¨¦ ser demasiado radicales y que lo que exigen los j¨®venes indignados es perfectamente razonable. "No se puede tener una econom¨ªa basada exclusivamente en el juego, ni tampoco es posible mantener una proporci¨®n tan alta de pobreza en la poblaci¨®n. Est¨¢ afectando profundamente al sistema. Simplemente hay que parar y razonar. ?C¨®mo es posible que funcione el sistema si no hay consumidores? Se ha olvidado el principio b¨¢sico de Henry Ford, que pensaba que cualquiera de sus empleados deber¨ªa ser capaz de comprarse uno de sus coches para que realmente su negocio, basado en la producci¨®n en cadena, pudiera funcionar".
?Y c¨®mo ha sido posible llegar a este punto? ?No hay nadie pilotando el avi¨®n? "Esto es lo que estamos descubriendo ahora", responde, "que los grandes chicos listos, los masters del universo son gente de la que es imposible fiarse, y es precisamente a ellos a quienes les dimos nuestra confianza y nuestro dinero. Por eso ahora hay este movimiento de quienes se dan cuenta de que estos tipos son unos timadores y que esto no puede continuar".
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