El charlat¨¢n

La literatura no es hinchaz¨®n verbal ni mera sonoridad. La literatura es creaci¨®n y graf¨ªa. Si tienes ese don, te expresas con sentimiento y discernimiento. Pongamos unas memorias: si hay sinceridad y ma?a, el autor trazar¨¢ su autorretrato con alguna pesadumbre y el resultado emocionar¨¢.

He le¨ªdo Camisa blanca, de Esteban Gonz¨¢lez Pons, su autobiograf¨ªa. Frecuento el g¨¦nero: memorias, diarios, quiero decir. No recuerdo nada igual, nada tan afectado. No hace da?o alguno: en sus p¨¢ginas no hay laceraci¨®n que lastime. El volumen es una sucesi¨®n de esl¨®ganes sonoros que frecuentemente te abochornan, de met¨¢foras manidas, de im¨¢genes presuntamente po¨¦ticas, pero de gran vulgaridad.

"La pol¨ªtica es dura y a veces dur¨ªsima. Y a veces inmoral, podrida, corrupta. Y a veces salvaje, inhumana. No tiene entra?as. Es adictiva. S¨®lo gana el que resiste y es dificil¨ªsimo bajar vivo y entero de su monta?a rusa". La formulaci¨®n pretende ser inspirada y las frases entrecortadas parecen revelar grandes sinceridades. En realidad, es una pose artificiosa.

"Ver¨¦is", dice en otra parte de su autobiograf¨ªa, "he tratado de no ponerme pesado y por eso el libro es corto y espero que f¨¢cil de leer". El volumen no es corto: tiene m¨¢s de doscientas p¨¢ginas y buena parte de las mismas son frases hechas, rehechas y redichas: ideas recibidas, t¨®picos expresivos de un pol¨ªtico que nos tutea y que trata de captar nuestra benevolencia con gui?os insustanciales y archisabidos, con declaraciones complacientes.

"Pero, ?estoy escribiendo el tipo de libro que me gustar¨ªa leer de un pol¨ªtico? A ver. Repasemos. Sigo en activo, soy un pol¨ªtico en ejercicio y por tanto no tiene sentido que haga balance de los aciertos y desparrames de mi carrera p¨²blica. No puedo considerarme un fil¨®sofo". S¨®lo una persona aquejada de un narcisismo inflamado puede decir algo as¨ª. "A lo mejor no redacto con suficiente soltura o me pierdo en reflexiones m¨¢s personales que otra cosa". No, no, es justamente al rev¨¦s: redacta con verbosidad, pero no se le ve ni una reflexi¨®n personal; todo es com¨²n y prestado.

Gonz¨¢lez Pons quer¨ªa titular su libro Casi al desnudo. Finalmente se ha inclinado por un r¨®tulo menos obsceno: Camisa blanca. Resumo: nos promete abrirse en canal, una expresi¨®n muy m¨¦dica. Lo que sigue es una retah¨ªla de cursiladas. Lamento decirlo as¨ª: la existencia de uno, la de cualquiera, no es irrelevante y, por ello, nadie tiene derecho a juzgar con soberbia o jactancia las vidas de los dem¨¢s. Pero si quieres pasar por autor sincero, el relato de esa peripecia debe hacerse con arte y parte, con expresi¨®n ajustada y no recargada, con autocr¨ªtica veraz. Nada de eso encontrar¨¢n en este libro charlat¨¢n. Nada de eso encontrar¨¢n en el candidato Gonz¨¢lez Pons.

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