Una campa?a nada ciudadana
Todos los partidos evitan actos en que puedan quedar expuestos a las quejas de los electores - La estrategia se ha acentuado tras la irrupci¨®n del 15-M
Hace cinco a?os, el ¨²ltimo d¨ªa de la campa?a de las auton¨®micas de 2006, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, acompa?ado de su esposa, Sonsoles Espinosa, se zambull¨® por las calles de Santa Coloma de Gramanet, donde fue agasajado por los vecinos. Con el ba?o de masas se pretend¨ªa dar un empuj¨®n final a Jos¨¦ Montilla en su carrera para que el tripartito revalidara su presencia en la Generalitat. Un lustro da para mucho: no solo Zapatero no estar¨¢ hoy en el mitin estrella del PSC, sino que Alfredo P¨¦rez Rubalcaba tiene una agenda tan sobria como poco colorista: una reuni¨®n con los sindicatos, una comida en un hotel con un colectivo de mujeres simpatizantes del PSC y un mitin final en el F¨®rum, en Barcelona.
El encorsetado programa, que reh¨²ye el contacto directo con la ciudadan¨ªa, no es exclusivo de los socialistas. Todos los partidos sin excepci¨®n evitan cuanto pueden actos que comporten riesgo de quedar expuestos a las quejas de los electores. Se han acabado las visitas a los mercados, los paseos por las plazas y las puertas de los colegios. Y los contactos con los periodistas que cubren las campa?as son m¨ªnimos.
La tendencia arranc¨® en las elecciones municipales de mayo por la explosi¨®n del 15-M y se ha consolidado en estas generales tras el intento de asalto del Parlament por parte de grupos de indignados. Para muestra, un bot¨®n: en 2006, Montilla, por ejemplo, incluy¨® en su agenda un viaje en metro, y en 2010, los m¨ªtines expr¨¦s, consistentes en dar un discurso en cualquier parte sin cita previa. Eso ha pasado a mejor vida: la socialista Carme Chac¨®n solo ha visitado el Parque de Investigaci¨®n Biom¨¦dica y una empresa de Cornell¨¤. Tras ellos, acept¨® un breve contacto con la prensa.
CiU sigue la misma l¨ªnea: actos en lugares cerrados para explicar su programa sectorial y desayunos en hoteles y almuerzos. Josep Antoni Duran Lleida acepta al final de los mit¨ªnes, si es que ha lanzado alguna andanada, repetir las frases en castellano. El Partido Popular ha sido m¨¢s osado. El candidato Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz se ha paseado por dos mercados: por el de Collblanc y el lunes por el de la Boqueria junto con Alberto Ruiz-Gallard¨®n, una de las caras m¨¢s amables del PP.
La mayor¨ªa de los actos se celebran ante un p¨²blico af¨ªn para evitar protestas del 15-M o de trabajadores en empresas en crisis. Aun as¨ª, ni Mariano Rajoy ni Rubalcaba se han librado de ellas.El l¨ªder popular, por ejemplo, abri¨® la campa?a en Castelldefels y se top¨® con un centenar de afiliados del sindicato CGT que, a las puertas del pabell¨®n, hac¨ªan campa?a por la abstenci¨®n. Rubalcaba, en Sabadell, en un mitin de precampa?a, se encontr¨® con una peque?a concentraci¨®n del 15-M. El acto se celebr¨® un d¨ªa despu¨¦s de las manifestaciones de indignados en todo el planeta. El candidato socialista no mencion¨® el acontecimiento.
Los partidos han programado actos con la militancia y Esquerra (ERC) e Iniciativa (ICV-EUiA) no son una excepci¨®n. Las dos formaciones estrenan candidato y tampoco han prodigado mucho su contacto con los ciudadanos. Casi es un arma de doble filo: el republicano Alfred Bosch y el ecosocialista Joan Coscubiela son rostros menos conocidos y corren menos riesgos de sufrir cr¨ªticas en p¨²blico. Pero tambi¨¦n pueden vivir momentos inc¨®modos: es lo que le pas¨® a Bosch, que visit¨® el mercado de Sant Antoni de Barcelona y fue eclipsado por el concejal de ERC por Barcelona Jordi Portabella, mucho m¨¢s conocido entre los tenderos.
En uno de los actos m¨¢s originales de la campa?a, Bosch tomar¨¢ hoy un tren en Sants. Eso si: solo hasta la Sagrera, informa Ivanna Vallesp¨ªn. Los dos partidos han optado por reunirse con sus votantes potenciales. ERC se reuni¨®, como han hecho religiosamente todas las formaciones, con patronales y sindicatos, y los ecosocialistas ampliaron su radar al colectivo de mujeres, homosexuales y j¨®venes.
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