Balones fuera
En un Estado pol¨ªticamente descentralizado como el nuestro, que est¨¢, adem¨¢s, integrado en una organizaci¨®n supranacional como es la Uni¨®n Europea, se celebran cuatro tipos diferentes de consultas a lo largo de los cuatro a?os que duran las legislaturas en los distintos niveles internos de nuestra f¨®rmula de gobierno o cinco en el caso de las elecciones europeas. A los efectos de lo que quiero decir, esto ¨²ltimo es irrelevante.
Cada tipo de elecci¨®n es distinto, ya que la voluntad general que se constituye en cada una de ellas mediante el ejercicio del derecho de sufragio tiene asignada una funci¨®n diferente en el sistema pol¨ªtico. Los distintos tipos de elecciones no son vasos comunicantes y, en consecuencia, no se pueden extraer consecuencias de los resultados de unas elecciones para proyectarlos despu¨¦s en los resultados que se produjeron en otras. Haber ganado unas elecciones municipales o auton¨®micas no debe conducir a que se considere que carece de legitimidad el Gobierno que se constituy¨® con base en la mayor¨ªa parlamentaria surgida de una elecciones generales, como ocurri¨®, por ejemplo, en 1994 y 1995, tras la celebraci¨®n de las elecciones europeas y andaluzas en el primer a?o y las municipales y auton¨®micas en el segundo. La exigencia de disoluci¨®n de las Cortes y convocatoria anticipada que se hizo entonces, no se ajustaba a lo constitucionalmente previsto.
Ahora bien, el hecho de que no sean vasos comunicantes, no quiere decir que sean compartimentos estancos. Jur¨ªdicamente no se pueden extraer conclusiones de los resultados de unas elecciones fuera del ¨¢mbito territorial propio de cada una de ellas, pero pol¨ªticamente es imposible no hacerlo. Es obvio que el resultado de las pasadas elecciones auton¨®micas y municipales est¨¢ gravitando sobre las elecciones generales del 20-N. Y es no menos obvio que el resultado de las elecciones del 20-N va a gravitar sobre los gobiernos municipales y, sobre todo, auton¨®micos que se constituyeron en mayo o antes en las comunidades del art¨ªculo 151 de la Constituci¨®n.
Las comunidades aut¨®nomas no existen jur¨ªdicamente para el 20-N. Sin embargo, es mucho lo que se juegan ese d¨ªa. Y es algo sobre lo que los ciudadanos deber¨ªan reflexionar antes de emitir su voto. Repasen, si no, la entrevista a Mariano Rajoy publicada en EL PA?S ayer jueves, en la que a la pregunta del director del peri¨®dico de si mantiene el compromiso que contrajo en el debate con el candidato socialista de que "no iba a tocar ni la educaci¨®n ni la sanidad", el presidente del PP responde literalmente: "La educaci¨®n y la sanidad son competencia de las comunidades aut¨®nomas" o a la pregunta sobre la ley de dependencia, a la que responde que: "Lo que hay que hacer es ir haciendo lo que se pueda".
Dicho en pocas palabras: el presidente del Gobierno de la naci¨®n, en caso de ser elegido Mariano Rajoy, se desentiende de la educaci¨®n y de la sanidad, porque son competencia de las comunidades aut¨®nomas y de la dependencia, que aunque es competencia estatal, son las comunidades aut¨®nomas las que gestionan la prestaci¨®n.
Esta manera de echar balones fuera es un mal presagio de lo que se nos puede venir encima. El que la gesti¨®n de los servicios p¨²blicos esenciales del Estado del bienestar est¨¦ atribuida a las comunidades aut¨®nomas, no puede traducirse en que el Gobierno de la naci¨®n se desentienda de ellos.
Escurrir el bulto puede que sea una buena estrategia para no perder votos, cuando se espera conseguir la victoria, pero es un p¨¦simo indicio de lo que puede ser la acci¨®n de gobierno. Y m¨¢s todav¨ªa, en un momento como el actual, en el que los ciudadanos deben tener una razonable confianza en que los gobernantes no escurrir¨¢n el bulto sino que dar¨¢n la cara.
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