Los ladrones robaron la coca¨ªna a los jueces
La banda que saque¨® el dep¨®sito de droga de M¨¢laga ten¨ªa informaci¨®n privilegiada
Una banda de ladrones consigui¨® el fin de semana pasado en M¨¢laga un nuevo hito en la cr¨®nica de los asaltos a dep¨®sitos judiciales de droga. Se hicieron con m¨¢s de 300 kilos de coca¨ªna intervenida en diversas operaciones policiales sin que ninguna de las alarmas saltara. Dieron el golpe perfecto gracias a una mezcla de coraje, informaci¨®n privilegiada y suerte. La Guardia Civil, encargada de la seguridad del almac¨¦n, tard¨® 28 horas en darse cuenta de que hab¨ªan robado a 432 metros de su puesto de vigilancia. La Subdelegaci¨®n del Gobierno de M¨¢laga, m¨¢xima responsable de las instalaciones, habla de "sabotaje total" a los sistemas de seguridad. Los sindicatos policiales creen que los ladrones aprovecharon los constantes fallos de las c¨¢maras de seguridad para moverse como si estuvieran en su casa. En el mercado vuelve a haber coca¨ªna valorada en unos diez millones de euros.
"Hace un a?o que no escuchamos la alarma sonora", dice un guardia civil
El robo comenz¨® a gestarse en el coraz¨®n del dep¨®sito judicial del puerto de M¨¢laga. Los ladrones conoc¨ªan detalles de seguridad solo al alcance de los vigilantes, la empresa que instal¨® las alarmas o los empleados del ?rea de Sanidad Exterior, encargados del an¨¢lisis, pesaje y el almacenaje de la droga incautada en Andaluc¨ªa. Sab¨ªan c¨®mo desconectar las alarmas y el lugar exacto de las cajas fuertes de coca¨ªna. Fueron directos al disco duro que almacenaba las grabaciones de las c¨¢maras, oculto dentro de una c¨¢mara acorazada, y se lo llevaron para no dejar pistas.
Ese fin de semana hubo mucho tr¨¢fico portuario: lleg¨® el Queen Elisabeth, y en el recinto circulaban muchas furgonetas con suministros. "Hab¨ªa mucha permisividad en el control de veh¨ªculos porque el 29 de noviembre van a inaugurar unos bares y quioscos y se estaban abasteciendo", explican fuentes portuarias.
La noche del 12 de noviembre, d¨ªa del robo, la seguridad del recinto portuario depend¨ªa de cinco guardias civiles (lo habitual son siete). Desde el cuartel de la Parra, un edificio de dos plantas, no advirtieron ning¨²n ruido, nada extra?o. Sobre las 3.30, hubo un peque?o apag¨®n en la pantalla que recib¨ªa las im¨¢genes del dep¨®sito de droga. Dur¨® unos segundos, despu¨¦s se restableci¨® el suministro. Una pareja de agentes sali¨® para echar un vistazo. Regresaron sin novedad. En las 12 pantallas de su monitor de seguridad no advirtieron nada sospechoso. El sistema wifi que les serv¨ªa im¨¢genes del dep¨®sito de droga estaba inutilizado.
Los ladrones metieron dentro una furgoneta Iveco Daily, robada. "Parece que iban a tiro hecho", explica un inspector jefe. Su objetivo, la c¨¢mara acorazada de 100 metros cuadrados, dotada con 12 detectores s¨ªsmicos en las paredes y otros 10 puntos volum¨¦tricos. La abrieron con una lanza t¨¦rmica, una especie de soplete, que dio paso hacia otras cajas fuertes y a la droga. Desecharon los fardos de hach¨ªs. "Si vas a robar una joyer¨ªa, no te llevas la plata, sino los diamantes", razona un guardia civil.
Una vez cargada, la furgoneta se camufl¨® en el trasiego de veh¨ªculos y abandon¨® el puerto. Nadie ech¨® en falta la droga hasta las 7.30 del lunes. Mientras, a los cacos les dio tiempo a quemar el coche, ocultar la mercanc¨ªa y, tal vez, cruzar fronteras. Por el momento, no hay pistas.
El subdelegado del Gobierno, Hilario L¨®pez Luna, dice que nadie le alert¨® de las deficiencias de seguridad. "Hace un a?o que no escuchamos la alarma sonora. No sabemos si est¨¢ conectada o no, porque a su alrededor hay unos cables cortados... Hace tres meses vino un electricista para ordenar un mont¨®n de cables sueltos", cuenta un guardia. Otros compa?eros coinciden en que el sistema de c¨¢maras fallaba, sobre todo los fines de semana.
El subdelegado del Gobierno culpa del robo a los jueces por supuestamente permitir que se acumule tanta droga en estas dependencias, sin ser destruida.
El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa, Lorenzo del R¨ªo, asegura que, como norma general, se destruye la droga y solo se conservan unas muestras. Los investigadores aseguran que la droga robada ya hab¨ªa sido analizada, por lo que esos informes servir¨¢n de prueba en los juicios. Pero ya hay abogados que pedir¨¢n contraan¨¢lisis para intentar as¨ª anular las acusaciones contra sus clientes.
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