La batalla del d¨¦ficit sit¨²a a EE UU ante otra crisis de gobernabilidad
Dem¨®cratas y republicanos se muestran pesimistas a tres d¨ªas de que venza el plazo para alcanzar un acuerdo sobre la reducci¨®n de la deuda
La incapacidad de dem¨®cratas y republicanos para llegar a un acuerdo sobre la reducci¨®n de la deuda norteamericana ha colocado de nuevo a EE UU y al mundo al borde de una crisis pol¨ªtica que no solamente podr¨ªa volver a rebajar la nota de este pa¨ªs en las agencias de cr¨¦dito, sino someter a la econom¨ªa de otros muchos pa¨ªses a otro periodo de tensiones y mayores incertidumbres.
Despu¨¦s de m¨¢s de tres meses en busca de un acuerdo, el supercomit¨¦ parlamentario creado para reducir el d¨¦ficit est¨¢ resignado a reconocer su fracaso, dejando al pa¨ªs entero ante una sensaci¨®n de ingobernabilidad y frustraci¨®n que solo contribuir¨¢ a deteriorar la imagen de EE UU como principal pulm¨®n econ¨®mico mundial. Las consecuencias de ese fracaso pueden ser extensas y profundas, y afectan tanto a la estabilidad de los mercados como a la inminente campa?a electoral norteamericana. Por un lado, aumenta el riesgo de una nueva recesi¨®n mundial y por el otro, se crea un clima de abierta hostilidad pol¨ªtica en la principal potencia internacional.
Hay serio riesgo de que la nota de la deuda de Estados Unidos sea rebajada
La mayor pugna es si se deroga la rebaja fiscal a los ricos que adopt¨® Bush
El fracaso del supercomit¨¦ se puede explicar por una serie de diferencias pol¨ªticas y filos¨®ficas entre dem¨®cratas y republicanos sobre sus prioridades econ¨®micas y su modelo de sociedad. Pero es justo recordar que este fracaso es la ¨²ltima demostraci¨®n del grado de obstruccionismo que Barack Obama ha tenido que soportar de parte de una oposici¨®n controlada por su facci¨®n m¨¢s radical e intransigente.
El supercomit¨¦ -una comisi¨®n parlamentaria integrada por seis congresistas de ambas C¨¢maras y de ambos partidos- fue creado a comienzos de agosto pasado dentro del acuerdo in extremis que evit¨® entonces que EE UU hubiera tenido que declarar la suspensi¨®n de pagos. Ante la incapacidad de decidir en aquel momento de d¨®nde recortar el d¨¦ficit, se le dieron a ese comit¨¦ poderes especiales para hacerlo, con la condici¨®n de que, si no lo consegu¨ªa antes de thanksgiving (Acci¨®n de Gracias, este jueves), se aplicar¨ªa de forma autom¨¢tica a partir de 2013 una reducci¨®n del gasto p¨²blico de 1,2 billones de d¨®lares en una d¨¦cada, con el 50% aplicado al presupuesto de Defensa.
Los mismos obst¨¢culos que tuvieron al mundo en vilo en verano han impedido que ese supercomit¨¦ tuviera ¨¦xito, y son los mismos que pueden ahora dar lugar a una crisis may¨²scula. Los dem¨®cratas aceptan reducir el gasto p¨²blico, incluso el que afecta a algunos programas sociales que consideran prioritarios, pero quieren a cambio cierto aumento de los impuestos a los ingresos m¨¢s altos. Su argumento es que la deuda hay que reducirla con esfuerzos para todos y de forma equilibrada: menos gastos y m¨¢s ingresos.
Los republicanos, que prometieron en su campa?a electoral de 2010 que no elevar¨ªan los impuestos bajo ninguna condici¨®n, est¨¢n dispuestos a cumplir esa promesa y se niegan a toda f¨®rmula que incluya mayor carga fiscal, aunque sea solo para los m¨¢s ricos.
"No hemos venido aqu¨ª para darles nuevas ayudas a los millonarios mientras que reducimos los ingresos de los jubilados, las ayudas m¨¦dicas y la asistencia a los pobres", ha manifestado el senador John Kerry, uno de los dem¨®cratas en el supercomit¨¦.
Por su parte, John Kyrl, un senador republicano que tambi¨¦n integra esa comisi¨®n, se ha quejado de que los dem¨®cratas nunca han ido realmente al fondo en la reforma de los principales programas sociales, Seguridad Social (pensiones), Medicare (sanidad) y Medicaid (ayudas a los pobres), y que "no estaban dispuestos a hacer nada sin subir los impuestos".
La principal discordia estaba centrada en las ventajas fiscales concedidas durante el Gobierno de George Bush y que vencen -despu¨¦s de que Obama las extendiese un a?o m¨¢s- el pr¨®ximo diciembre. Los dem¨®cratas quieren eliminar esas exenciones, que han sido m¨¢s gravosas para el Tesoro p¨²blico que la guerra de Irak, con lo que todas las familias con ingresos superiores a los 750.000 d¨®lares anuales tendr¨ªan que pagar m¨¢s impuestos.
El fracaso de esta negociaci¨®n obligar¨ªa a Obama a eliminar esas exenciones de forma autom¨¢tica, con lo que ese asunto se convertir¨ªa en un tema capital en la campa?a electoral. Pero este problema tiene otras muchas implicaciones pol¨ªticas y estrat¨¦gicas. El Pent¨¢gono, por ejemplo, ha advertido ya del perjuicio que supondr¨ªa para la seguridad de EE UU una reducci¨®n tan brusca del presupuesto militar como el que se avecina. Muchos programas de armas se ver¨ªan afectados, as¨ª como el despliegue de bases, barcos y soldados en todo el mundo.
La peor consecuencia, sin embargo, es la que puede afectar a la imagen de EE UU. Existe una seria posibilidad de que la nota de la deuda norteamericana sea rebajada en cuanto se confirme el fracaso. Como ha advertido el senador Kerry, "los mercados van a mirar hacia Washington y van a decir: 'Ustedes no son capaces de hacer su trabajo'. Solo la confusi¨®n pol¨ªtica existente y esta par¨¢lisis son suficientes para decirle al mundo: EE UU es incapaz de actuar de forma conjunta".
Obama, que se ha mantenido hasta ahora al margen del trabajo del supercomit¨¦, va a asistir a un nuevo fracaso. Le corresponde a los votantes decidir qui¨¦n es el responsable de ese fracaso, pero este, en s¨ª mismo, contribuir¨¢ al abatimiento y el pesimismo que hoy domina en la sociedad.
Comit¨¦ bipartidista
- Los partidos Dem¨®crata y Republicano negocian durante el mes de julio la reducci¨®n del d¨¦ficit.
- En los primeros d¨ªas de agosto se alcanza un acuerdo que permite al Gobierno emitir deuda para financiarse, con la condici¨®n de que debe reducirse el d¨¦ficit. Se crea un comit¨¦ bipartidista para estudiar c¨®mo disminuir el d¨¦ficit. El plazo para la decisi¨®n concluye el jueves.
- A falta de acuerdo, ambos partidos acordaron que el d¨¦ficit debe reducirse en 1,2 billones de d¨®lares recortando el presupuesto de varias agencias, especialmente el del Pent¨¢gono, que ver¨¢ caer su presupuesto un 50%.
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