Tras la 'huella dactilar' del c¨¢ncer
Un programa busca los genes que determinan el ¨¦xito o el fracaso de los tratamientos antitumorales - El objetivo son las mutaciones de segunda l¨ªnea
El objetivo es crear un cat¨¢logo de tipos de c¨¢ncer, con los genes que lo determinan y los que representan las segundas v¨ªas para su desarrollo. Una combinaci¨®n de genes que conforma la huella dactilar de cada tipo de c¨¢ncer. Y hacia su determinaci¨®n se orienta un nuevo programa que, financiado por la Fundaci¨®n BBVA, van a llevar a cabo conjuntamente el Massachusetts General Hospital y el Vall d'Hebron de Barcelona, con la direcci¨®n de Josep Baselga (Barcelona, 1959). El programa cuenta con una aportaci¨®n de 2,5 millones en cinco a?os y trata de elaborar un cat¨¢logo de tumores y sus mutaciones que permita adecuar los tratamientos.
"Vamos a poder hacer algo absolutamente revolucionario, que es conocer y controlar la respuesta adaptativa de los tumores cuando se bloquea su oncog¨¦n principal", explica el investigador. La idea es el ¨²ltimo paso en la lucha contra los tumores dentro de lo que se ha venido a llamar tratamiento personalizado. "Aunque no es que se haga un f¨¢rmaco para cada paciente. Eso ser¨ªa demasiado caro y llevar¨ªa demasiado tiempo", matiza el m¨¦dico. De lo que se trata es de caracterizar gen¨¦ticamente el tumor que se desarrolla en cada uno para darle la respuesta farmacol¨®gica adecuada y no someter al paciente a los efectos secundarios de tratamientos que no le van a funcionar. Poniendo un s¨ªmil con la alta costura, "se trata de hacer medicina pr¨ºt-¨¤-porter, no a medida", afirma el onc¨®logo.
Con el trabajo se evitar¨¢ dar f¨¢rmacos in¨²tiles a los enfermos
La base del trabajo est¨¢ en el comportamiento de los tumores ante los f¨¢rmacos de ¨²ltima generaci¨®n. "Los oncogenes se hacen los due?os de la c¨¦lula; dirigen toda su actividad", aclara el m¨¦dico. Pero la sorpresa -y el desencanto- lleg¨® despu¨¦s de identificarlos y crear tratamientos espec¨ªficos (por ejemplo, los hormonales para algunos tipos de c¨¢ncer de mama, que es una de las especialidades de Baselga). "Ve¨ªamos que en muchos casos la respuesta era inferior a la esperada", dice.
La causa es que "la muerte de un oncog¨¦n reactiva otros". El m¨¦dico utiliza un s¨ªmil para explicarlo: "Es como cuando decimos que Estados Unidos -la c¨¦lula- es dependiente del petr¨®leo -el oncog¨¦n-. Pero si lo dej¨¢ramos sin petr¨®leo, otras fuentes de energ¨ªa, como la solar o la e¨®lica, que no se han desarrollado porque no hac¨ªa falta, avanzar¨ªan". En este caso, ocurre algo similar: al seguirse un tratamiento se inhibe el oncog¨¦n principal, pero, a cambio, se activan otros.
Esta idea es la clave del trabajo que se quiere llevar a cabo. "Afortunadamente, el repertorio adaptativo de las c¨¦lulas tumorales es limitado, de la misma manera que hay un n¨²mero limitado de fuentes energ¨¦ticas alternativas", dice Baselga. Por eso, "si establecemos un programa en el que demos un tratamiento para combatir un oncog¨¦n A, por ejemplo, y al cabo de unas horas biopsiamos y analizamos, podremos saber qu¨¦ v¨ªas se est¨¢n reactivando". As¨ª que el siguiente paso ser¨ªa "atacarlas, hasta que la c¨¦lula tumoral muere".
Esta aproximaci¨®n no es solo una teor¨ªa. En el ¨²ltimo congreso de la Asociaci¨®n Americana de Oncolog¨ªa Cl¨ªnica (ASCO) se presentaron los datos de un nuevo f¨¢rmaco contra el c¨¢ncer de mama, el everolimus. "No hay duda de que el f¨¢rmaco cierra una v¨ªa cr¨ªtica y que se bloquea la respuesta, pero el efecto es m¨ªnimo y el tumor incluso se reactivaba en algunos casos", explica Baselga. Pero si el f¨¢rmaco se combina con otro de los que act¨²an sobre una de las v¨ªas secundarias m¨¢s frecuentes, se consegu¨ªan resultados muy esperanzadores. El resultado ha sido m¨¢s que prometedor. Se pas¨® de una supervivencia de cuatro a 11 meses. "Con esto se demuestra que un medicamento poco efectivo multiplica su efecto al combinarlo con el tratamiento de la v¨ªa de rescate", dice.
Ir a la base gen¨¦tica de la respuesta de los distintos tumores tiene otra ventaja: que una vez que se establecen las bases comunes, bastan ensayos cl¨ªnicos m¨¢s peque?os de posibles tratamientos, lo que los abaratar¨ªa.
La idea, que va a empezar a trabajarse en los cuatro tumores m¨¢s frecuentes (mama, pulm¨®n, pr¨®stata y colon), puede extenderse a los dem¨¢s. Adem¨¢s, Baselga cree que la ciencia farmacol¨®gica ya est¨¢ preparada para dar soluciones a los hallazgos de segundas v¨ªas de reactivaci¨®n de las c¨¦lulas tumorales. Esto es importante, porque si no podr¨ªa darse el caso, como en otras enfermedades, en que conocer los genes implicados no supone que haya tratamientos. "En este caso, si no tenemos tratamiento se puede sintetizar muy f¨¢cilmente", dice.
Hay excepciones. "Es el caso de los tumores causados por el gen k-ras, involucrado en c¨¢nceres de p¨¢ncreas, pulm¨®n y colon. Los americanos los llaman no tratables", afirma. Pero, en general, ¨¦l ve con optimismo esta v¨ªa de trabajo, que cree que pondr¨¢ la base para que se puedan generalizar las terapias personalizadas, con menos molestias y a menores precios. "La qu¨ªmica [fabricar f¨¢rmacos] est¨¢, falta la biolog¨ªa [saber contra qu¨¦]", concluye.
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