El doble perdedor de pulsos
La influencia de Granados se ha ido disipando tras desafiar a Ignacio Gonz¨¢lez
Francisco Granados Lerena, nacido en Valdemoro hace 47 a?os, estaba muy tranquilo a la hora del desayuno. Entonces, compart¨ªa mesa con el alcalde de Majadahonda, Narciso de Foxa, y ten¨ªa tiempo de publicitar el evento en su cuenta de Twitter. Unas horas m¨¢s tarde volv¨ªa a compartir mantel, pero esta vez con algunos periodistas. Seg¨²n los asistentes a esta comida, tampoco transmiti¨® la menor inquietud y cuestion¨®, en alguna ocasi¨®n, a Ignacio Gonz¨¢lez, su sucesor en el cargo de secretario general de los populares y su enemigo declarado. O no se esperaba la destituci¨®n fulminante del cargo org¨¢nico que ostentaba desde 2004 o es un maestro del disimulo, revelan los asistentes a esa comida. Aunque lo que s¨ª sab¨ªa a esas alturas es que la batalla entre ¨¦l y Gonz¨¢lez, en lo que a las preferencias de Esperanza Aguirre se refiere, estaba perdida.
En la comida de ayer, sin saber a¨²n nada, critic¨® a su sucesor en el cargo
En el partido todos sab¨ªan que perder¨ªa el pulso con el vicepresidente
La carrera pol¨ªtica de Granados, analista financiero especializado en el¨¦ctricas (trabaj¨® en Endesa, Caja Madrid, Ibercaja y Societ¨¦ Generale) comenz¨® en Valdemoro. All¨ª, en su pueblo, fue un alcalde muy respaldado y popular, entre otras cosas porque su familia es muy conocida en el municipio -los socialistas le han acusado en varias ocasiones de ser un cacique en su poblaci¨®n-.
De Valdemoro salt¨® en 2003 a las listas a diputado auton¨®mico. Y sali¨® elegido. Pero el verdadero salto cualitativo en su trayectoria fue presidir la comisi¨®n de investigaci¨®n del tamayazo (la deserci¨®n de dos diputados de las filas socialistas que hurt¨® la investidura de Rafael Simancas y permiti¨® a Esperanza Aguirre acceder a la presidencia de la Comunidad en 2003). En los Gobiernos regionales fue consejero de Transportes e Infraestructuras. Desde 2007 asumi¨® la cartera de Presidencia, Justicia e Interior. Una responsabilidad en la que tuvo sus primeros tropezones pol¨ªticos. Manifiestamente enfrentado con el vicepresidente Ignacio Gonz¨¢lez, se vio envuelto en un turbio asunto de espionaje a varios compa?eros de su partido. Entre ellos, el propio Gonz¨¢lez. El caso sigue abierto por decisi¨®n de la Audiencia Provincial de Madrid, pese a su archivo en dos ocasiones anteriores. En junio de este a?o abandon¨® el cargo de "superconsejero". Ya hab¨ªa ca¨ªdo en desgracia. El pulso ya estaba perdido.
Dicen quienes conocen bien las interioridades del PP madrile?o que Granados nunca tuvo la menor oportunidad de ganarle el pulso al vicepresidente. "Ignacio est¨¢ mucho m¨¢s cercano a la presidenta y nunca ha sentido ninguna amenaza por parte de Granados", asevera una amiga personal del vicepresidente y militante popular.
Francisco Granados es un hombre de trato cercano. Un tipo simp¨¢tico, muy aficionado al Atl¨¦tico de Madrid y participante en tertulias deportivas, que no suele rechazar nunca la oportunidad de hablar frente a un micr¨®fono. De hecho, desde su salida del Gobierno regional hab¨ªa multiplicado sus apariciones. El desayuno de ayer, el ¨²ltimo como secretario general, fue un invento suyo llamado "los desayunos populares", al que acud¨ªan los periodistas para escuchar sus opiniones. Con una agenda de actos multiplicada y muy activo, Granados buscaba encontrar una buena posici¨®n ante los cambios que se avecinaban en su formaci¨®n. Buscaba "su sitio".
Por el momento, su sitio es el de diputado regional y senador auton¨®mico. Aunque su nombre suena como posible delegado del Gobierno en Madrid. Durante los ¨²ltimos meses, dicen, ha intensificado sus contactos con gente de la planta noble de G¨¦nova. A fin de cuentas, le quedaba cerca de su despacho de secretario general. El mismo que, desde ayer, le han obligado a abandonar.
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