Al sur con Las Grecas

Santiago Valenzuela (San Sebasti¨¢n, 1971), que acaba de ganar el Premio Nacional del C¨®mic por su obra Plaza El¨ªptica (Edicions de Ponent), recuerda un viaje con sus compa?eros de la Facultad de Bellas Artes: dos semanas en Marruecos en una furgoneta.

?Cu¨¢ndo era esto?

En el 96. El Lechugo, uno de mis colegas, ofreci¨® su furgoneta para hacer el viaje. Eso s¨ª, solo conduc¨ªa ¨¦l. El veh¨ªculo solo ten¨ªa ventanas en los asientos del conductor y del copiloto. Nada m¨¢s salir de Madrid paramos en una gasolinera, compramos una cinta de Las Grecas y rumbo al sur.

?Qu¨¦ rumberos!

En unas horas est¨¢bamos en el ferri cruzando el Estrecho. Pasamos la frontera y directos a Chauen, una ruta muy conocida, como Fez, donde los burros a¨²n recorr¨ªan las estrech¨ªsimas calles de la medina y todo ol¨ªa a cuero; parec¨ªa que nada hubiese cambiado desde la Edad Media.

?Llegaron hasta el desierto con esa ventilaci¨®n?

Casi, nos quedamos en el borde; no llegamos a ver las dunas. Pero antes pasamos por la garganta del Todra. En algunas laderas del ca?¨®n hab¨ªa vers¨ªculos del Cor¨¢n esculpidos.

Parece que no se dejaron nada.

Tambi¨¦n paseamos por la kasba de Ouarzazate, donde se rod¨® parte de El cielo protector, y visitamos Marraquech. El viaje fue bastante ca¨®tico. A veces, consegu¨ªamos una habitaci¨®n a cambio de whisky.