"La crisis europea es m¨¢s una crisis de matrimonio"
Nordea es la mayor instituci¨®n financiera de los pa¨ªses n¨®rdicos y las rep¨²blicas b¨¢lticas. Cuenta con 11 millones de clientes y su valor burs¨¢til es de 33.000 millones de euros. Entre sus principales accionistas est¨¢ el Estado sueco, con el 19,9%. Leena M?rttinen (Helsinki, 1977) se desempe?¨® como economista jefa de Nordea antes de ocuparse de la reci¨¦n creada divisi¨®n de asuntos europeos en 2009. Los pa¨ªses n¨®rdicos no han sido tocados directamente por la actual crisis de deuda soberana. Tres pa¨ªses son miembros de la UE (Finlandia, Suecia, Dinamarca) y solo Finlandia es miembro de la eurozona. Los pron¨®sticos de crecimiento son notablemente superiores a la media europea. Se espera que Suecia crezca un 4,3% este a?o; Finlandia, un 3,4%, y Dinamarca, un 1%. En cuanto a la deuda p¨²blica, estos pa¨ªses tambi¨¦n obtienen un notable: Suecia, 40% del PIB; Dinamarca, 43%, y Finlandia, 51%.
"Tan pronto como adoptamos una soluci¨®n, Alemania la desautoriza"
Pregunta. ?Ve luz al final del t¨²nel de la crisis de deuda europea?
Respuesta. El acoso contin¨²a. Hemos perdido la idea de la Uni¨®n Europea. La crisis de la deuda no afecta solo a los pa¨ªses del sur de Europa, tambi¨¦n a los que tienen super¨¢vit. Aqu¨ª nadie puede apuntar con dedo acusador a los pa¨ªses con dificultades. En las ¨²ltimas semanas, los pa¨ªses con triple A tambi¨¦n han sufrido el acoso. Espa?a est¨¢ siendo castigada por el rumbo err¨¢tico de la UE. Yo personalmente lo siento mucho. Por ahora el t¨²nel se mantiene en penumbras.
P. ?La quita de la deuda griega o los cambios de Gobiernos no son suficientes?
R. Estamos siendo testigos de grandes cambios en Europa. Nuevos gobernantes toman el mando, algunos de ellos tecn¨®cratas, pero todos como denominador com¨²n se han comprometido a llevar a sus pa¨ªses por la senda del crecimiento y los cambios estructurales. Pero nos falta un eslab¨®n, el de la confianza mutua.
P. En 2008, tras el colapso de Lehman Brothers, Europa pudo salvaguardar la estabilidad del euro. ?Qu¨¦ ha pasado ahora?
R. Desde que tenemos el problema griego sobre la mesa lo hemos hecho todo mal. Tan pronto como adoptamos una soluci¨®n, Alemania o alg¨²n otro pa¨ªs la desautoriza. Hemos cambiado muchas veces las reglas del juego y eso pone a los mercados y a los inversores muy nerviosos. En cuesti¨®n de dos a?os, los pol¨ªticos han minado su credibilidad.
P. ?C¨®mo valora la propuesta de la Comisi¨®n de crear eurobonos para atajar la crisis?
R. La propuesta de la Comisi¨®n abre un gran debate. Aceptar los eurobonos implicar¨ªa que deber¨ªamos compartir responsabilidades y obligaciones. Esto puede incluso llevarnos a modificar el Tratado de Lisboa, y no es nada f¨¢cil. Pero me temo que los mercados no estar¨¢n satisfechos por otra medida de menor calibre.
P. ?Qu¨¦ le parece esa tesis de una Europa a dos velocidades, con los pa¨ªses triple A como n¨²cleo duro?
R. No podemos aceptar la voluntad de los mercados, que quieren dividirnos en peque?os grupos de pa¨ªses. Tenemos que recordar las ra¨ªces del proyecto europeo. Se trataba de que ganar¨ªamos juntos y no que nos empobrecer¨ªamos juntos, como sucede ahora. Juntos tenemos un gran potencial, pero hay que avanzar con las reformas. Alemania no puede insistir en que cada uno de nuestros pa¨ªses se comporte como ellos lo hacen. Alemania deber¨¢ consumir m¨¢s para promover el crecimiento en otros pa¨ªses.
P. ?Espera que la crisis traiga consigo mayor integraci¨®n?
R. Si queremos un crecimiento sostenible, la crisis concluir¨¢ con mayor integraci¨®n. Pr¨¢cticamente todos los pa¨ªses tenemos a¨²n por delante reformas estructurales que hacer, abrir nuestros mercados, las fronteras y que los servicios, incluidos el sector bancario, y la mano de obra puedan circular libremente. M¨¢s integraci¨®n significar¨¢ tambi¨¦n mayor disciplina en los mercados. El federalismo se ha vendido muy mal. Deber¨ªamos atraer a la gente de nuevo a nuestro proyecto. Es sorprendente que la mayor¨ªa de los europeos no se enteran de lo que se discute en el Europarlamento.
P. ?Las econom¨ªas n¨®rdicas est¨¢n a salvo de esta crisis?
R. No. En concreto, la deuda soberana de Finlandia ha sufrido un cierto acoso en las ¨²ltimas semanas. Somos econom¨ªas maduras que hemos mantenido por a?os una disciplina fiscal y cuentas saneadas a la vez que se ha manteniendo un crecimiento estable y generado riqueza. Es verdad que tenemos un excelente Estado de bienestar, pero necesitamos avanzar. Necesitamos crecimiento tanto como Europa. Si tuvi¨¦ramos ca¨ªdas por un periodo de tres o cuatro a?os, ser¨ªa fatal para la supervivencia de nuestro modelo. De los tres pa¨ªses n¨®rdicos miembros de la UE, el pa¨ªs m¨¢s expuesto a las turbulencias es Finlandia, pues tiene la poblaci¨®n que envejece m¨¢s r¨¢pidamente en Europa y con importantes reformas pendientes: reforma laboral o el aumento de la edad de jubilaci¨®n.
P. ?Es positivo para Suecia mantenerse al margen del euro?
R. En alguna medida, Suecia se ha beneficiado al menos a corto plazo. Su moneda, la corona, est¨¢ siendo utilizada como moneda refugio y se ha revalorizado un 15% en los 10 a?os del euro. Incluso hay informes que dicen que hay hombres de negocios griegos que, escapando de la incertidumbre de su pa¨ªs, han aparecido en los ¨²ltimos meses buscando oportunidades de inversi¨®n en Suecia.
P. ?Pero esta tendencia se mantendr¨¢ a futuro?
R. A medio y largo plazo, tambi¨¦n Suecia y la corona sufrir¨¢n por la actual situaci¨®n del euro. Las previsiones de crecimiento de Suecia para 2012 han sido rebajadas al 0,7%. Incluso el director del Banco de Suecia advirti¨® que las turbulencias de los mercados internacionales pasar¨¢n factura, en un futuro pr¨®ximo, al crecimiento del pa¨ªs.
P. En Suecia se discut¨ªa la posibilidad de un refer¨¦ndum sobre el ingreso del pa¨ªs en el euro.
R. Suecia realiz¨® un refer¨¦ndum en 2003 y el voto popular decidi¨® mantener la corona. En la actualidad, Suecia esperar¨¢. Cualquier pa¨ªs, excepto los m¨¢s desesperados, esperar¨¢ que salgamos de este embrollo para subirse a bordo. Tenemos que reinventar Europa y revestir el euro con ropas atractivas. Pasamos por una grave crisis, pero no es una crisis existencial, es m¨¢s bien una crisis de matrimonio.
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