La figura de un gigante olvidado
La Filmoteca Vasca rinde homenaje a Antxon Eceiza en el Teatro Principal - Rebordinos: "Es un cineasta mucho m¨¢s importante de lo que se ha dicho"
"Antxon [Eceiza] es un cineasta mucho m¨¢s importante de lo que se ha dicho". El director del Festival Internacional de Cine de San Sebasti¨¢n, Jos¨¦ Luis Rebordinos, encabez¨® el viernes junto a Maialen Beloki el homenaje que la Filmoteca vasca brind¨® al director, fallecido el pasado 15 de noviembre. El Teatro Principal de San Sebasti¨¢n acogi¨® la proyecci¨®n del primer y ¨²ltimo trabajo de Eceiza, A trav¨¦s de San Sebasti¨¢n (1960), producido por El¨ªas Querejeta, y Felicidades Tovarich (1995), cuyo reparto encabez¨® Paco Rabal, un filme que nunca se lleg¨® a estrenar en las salas comerciales. Un viaje de ida y vuelta con el que "reivindicar el lugar que merece en la memoria del cine espa?ol y vasco", apunt¨® Beloki, autora, junto a Rebordinos, Jes¨²s ?ngulo y Antonio Santamarina del libro Antxon Eceiza: Cine, existencialismo y dial¨¦ctica.
"Tuvo una vida pol¨ªtica importante pero ya solo hablaba de cine"
Tal vez resulte parad¨®jico que un hombre de fuertes ideas independentistas, pr¨®ximo a la izquierda abertzale, contribuyese a la eclosi¨®n de lo que se ha llamado el Nuevo Cine Espa?ol. Pero no pod¨ªa de ser de otra forma. Cuando Eceiza desembarc¨® en Madrid junto a El¨ªas Querejeta el t¨¢ndem alumbr¨® cuatro pel¨ªculas -?ltimo encuentro (1967), El pr¨®ximo oto?o (1967), De cuerpo presente (1967) y Las secretas intenciones (1970)- que rompieron con "el tradicional cine espa?ol, muy de cart¨®n piedra y muy de temas hist¨®ricos", recuerda Rebordinos en una conversaci¨®n con este peri¨®dico. En definitiva, la pareja de creadores vascos -que llegaron a alcanzar un acuerdo que nunca cumplieron, con cada trabajo Querejeta y Eceiza se turnar¨ªan en los papeles de productor y director-, demostraron que hab¨ªa hueco, y, sobre todo, era posible, la creaci¨®n de un cine alejado de las instituciones, del franquismo.
Pero luego a Eceiza le lleg¨® el exilio, las estancias en M¨¦xico y en Francia y una brecha en su carrera. "Pag¨® un precio muy alto por sus opciones ideol¨®gicas", argumenta Rebordinos como justificaci¨®n al olvido de la figura de Eceiza. "Fue una ¨¦poca muy convulsa, los a?os previos a la muerte de Franco, los primeros de la Transici¨®n, su militancia en el Partido Comunista. La industria le dio la espalda", contin¨²a el director del Zinemaldia.
Eceiza regres¨® y entonces brind¨® al Pa¨ªs Vasco con el proyecto Ikuska (grabaci¨®n de documentales sobre la cultura euskaldun) una cantera espl¨¦ndida de creadores. Aunque el proyecto en s¨ª no terminara de funcionar, sostiene Rebordinos, "nunca se cre¨® un cine nacional vasco, que era el objetivo, se convirti¨® en una escuela para directores como Montxo Armend¨¢riz, Imanol Uribe, Pedro Olea o directores de fotograf¨ªa como Javier Aguirresarobe". Tambi¨¦n conseguir¨ªa otros hitos para el cine de casa con Ke arteko egunak (D¨ªas de humo, 1990), la primera cinta en euskera que se present¨® en un festival internacional de cine, en el Zinemaldia.
Eceiza, militante ante todo, siempre impregn¨® su cine de su ideolog¨ªa, de sus intereses sociales, inquietudes y denuncias. No es casualidad que en Felicidades Tovarich, un viejo comunista, desencantado con la vida se acabe suicidando en el Monte de los Ca¨ªdos. Tampoco parece fruto del azar que al final de D¨ªas de humo, una cinta con la que retrata la Euskadi convulsa con la que se encontrar¨¢ a su vuelta, el protagonista abandone el lugar donde la polic¨ªa y los manifestantes se estaban enfrentando. "Tuvo una vida pol¨ªtica muy importante pero en los ¨²ltimos tiempos ya no hablaba de pol¨ªtica, solo de cine".
"Un cin¨¦filo loco"
Antxon Eceiza "era un cin¨¦filo loco", describe el director del Festival Internacional de Cine de San Sebasti¨¢n, Jos¨¦ Luis Rebordinos. El cineasta no pudo acudir a la ¨²ltima edici¨®n del Zinemaldia, una cita a la que siempre estuvo ligado, ya fuese durante una temporada desde el departamento de prensa, como asesor de la ¨¦poca de Diego Gal¨¢n o como espectador. Rebordinos le recuerda -la imagen que con m¨¢s cari?o guarda de ¨¦l, seg¨²n explic¨® en el homenaje que el viernes rindi¨® la Filmoteca vasca al realizador-, a la salida del cine, pregunt¨¢ndole por la pel¨ªcula que hab¨ªa visto, intercambiando impresiones, sobre lo que le hab¨ªa gustado o no de la programaci¨®n.
Tambi¨¦n Eceiza era un gran conversador. Marcado por su fuerte influencia pol¨ªtica, de impecable dial¨¦ctica, "pod¨ªas pasar horas escuch¨¢ndole, discutiendo con ¨¦l", a?ade Rebordinos. El director del Zinemaldia no duda en afirmar que quiz¨¢s una de las grandes satisfacciones de haber participado con Maialen Beloki, Jes¨²s Angulo y Antonio Santamarina en una obra colectiva sobre la figura de Eceiza fue la oportunidad de quemar tardes enteras con ¨¦l. "Era un tipo extremadamente inteligente y simp¨¢tico", subraya Rebordinos.
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