?Por qu¨¦ es fr¨¢gil la econom¨ªa espa?ola?
La falta de control y transparencia del sector financiero, de las grandes constructoras y del sector energ¨¦tico han contribuido a debilitar nuestra democracia y, adem¨¢s, han lastrado nuestro crecimiento y competitividad
En el a?o 2005 la iniciativa europea de transparencia lanzaba su Libro Verde, con tres objetivos: la transparencia del lobbying, la lucha contra el fraude y que se implantasen est¨¢ndares ¨¦ticos y control de los legisladores. Poco tiempo despu¨¦s, en el Congreso de los Diputados se discut¨ªan diferentes iniciativas para avanzar hacia un registro de lobbies, lo que permitir¨ªa tener un sistema de incompatibilidades efectivo despu¨¦s del escandaloso paso del se?or Taguas de la oficina econ¨®mica de La Moncloa a Seopan, el grupo de representaci¨®n y presi¨®n de las grandes empresas constructoras del pa¨ªs. Pero dichas iniciativas siempre contaron con el rechazo compartido de PSOE, PP, CiU y PNV. Esos partidos nunca han explicado que la falta de control y transparencia hoy no solo ha supuesto un claro debilitamiento de nuestras estructuras democr¨¢ticas sino que ha afectado poderosamente a nuestra econom¨ªa.
La l¨®gica que se aplica es la socializaci¨®n de p¨¦rdidas precedida de la privatizaci¨®n de ganancias
?Pueden los antiguos asesores de los pir¨®manos de la crisis ser sus actuales bomberos?
Se habla mucho de las debilidades de la econom¨ªa espa?ola: del excesivo d¨¦ficit p¨²blico, de los gastos superfluos, de la pretendida rigidez del mercado laboral... Pero si analizamos cada una de esas proclamas, los datos no acompa?an lo que se explica.
?Cu¨¢les son las principales debilidades de nuestra econom¨ªa? El problema no es la deuda p¨²blica (65,2% del PIB, mientras en el resto de la zona euro se llega al 85%), sino el fuerte endeudamiento privado. El problema no es haber invertido de m¨¢s en el Estado de bienestar (una inversi¨®n social que se sit¨²a en el 74% de la media europea, mientras nuestra renta media est¨¢ en el 94%), sino el haber sido campeones mundiales, en terminolog¨ªa de Zapatero, en inversiones y en infraestructuras caras e infrautilizadas. El problema de nuestra econom¨ªa no es la pretendida rigidez del mercado laboral (nuestro mercado laboral arroja cifras que expresan claramente su flexibilidad: somos los segundos de Europa en temporalidad y primeros en precariedad), sino nuestra fuerte dependencia energ¨¦tica. Y dichos problemas tienen mucho que ver con los or¨ªgenes de determinadas decisiones y la influencia de tres sectores, el financiero, el de las grandes constructoras y el el¨¦ctrico.
La gran debilidad de la econom¨ªa espa?ola para financiarse en el exterior es la excesiva deuda privada, de particulares y empresas, que asciende a un 217% del PIB (47% por encima de la media europea, siendo m¨¢s de la mitad de esta deuda del sector inmobiliario y de la construcci¨®n). El impago de deudas del sector inmobiliario es de 142.000 millones de euros. Y se ha llegado a estos porcentajes porque en los a?os en que se deb¨ªa legislar para evitar el sobreendeudamiento hubo quien se neg¨® a regularlo. En los a?os de crecimiento tampoco se permiti¨® regular las remuneraciones en el sector financiero ni para fijar un l¨ªmite a los sueldos de los directivos ni para evitar las altas remuneraciones asociadas a pr¨¢cticas de riesgo. Riesgos que acaba asumiendo el conjunto de la sociedad, con esa perversa l¨®gica que se aplica de la socializaci¨®n de las p¨¦rdidas precedida siempre por la privatizaci¨®n de las ganancias. Si nunca se avanz¨® de forma sustancial no es solo por la negativa a regular de la mayor¨ªa parlamentaria sino tambi¨¦n por la extraordinaria influencia del sector financiero.
La segunda debilidad de nuestra econom¨ªa no ha sido invertir en exceso en ¨¢reas que desarrollaban y ampliaban derechos. En cambio, se ha invertido en enormes infraestructuras infrautilizadas: aeropuertos sin aviones, carreteras sin coches y AVE sin pasajeros. Lo peor es que la previsi¨®n es continuar haci¨¦ndolo. Vamos a ser el segundo pa¨ªs del planeta en kil¨®metros de AVE, mientras que en Alemania, con un coste que no llega al tercio del kil¨®metro construido de AVE, llevan a?os invirtiendo en trenes que circulan hasta 250 kil¨®metros por hora, una infraestructura que adem¨¢s de m¨¢s barata permite compatibilizar transporte de mercanc¨ªas y transporte de pasajeros. Hemos construido autov¨ªas para que las utilicen menos de 3.000 veh¨ªculos al d¨ªa, con una tasa de rentabilidad negativa todos los d¨ªas del a?o (a lo sumo son ¨²tiles 10 o 15 d¨ªas al a?o). Si esto es as¨ª no es por casualidad o por una mayor estupidez de nuestros pol¨ªticos, sino por el peso de las grandes constructoras en las decisiones que toman nuestros Gobiernos y nuestro legislador. Y como muestra, uno de los ¨²ltimos botones: en plena crisis se ha conseguido dinero y cr¨¦dito para ayudar a las concesionarias de aquellas autopistas (las radiales en el entorno de Madrid) por donde no pasan suficientes coches para amortizar las inversiones realizadas, volviendo a la socializaci¨®n de las p¨¦rdidas.
La tercera debilidad es nuestra dependencia energ¨¦tica. Nuestro pa¨ªs es el que m¨¢s depende energ¨¦ticamente del exterior en la zona euro, si entre las dependencias contamos el uranio, siendo especialmente vulnerables ante un escenario de subida del precio de los carburantes. Pero las pol¨ªticas energ¨¦ticas se basan m¨¢s en las necesidades de las empresas energ¨¦ticas que en las necesidades econ¨®micas del pa¨ªs. Un ejemplo paradigm¨¢tico es el debate el¨¦ctrico. Se habla del d¨¦ficit tarifario, en cambio, no se explica que a?o tras a?o, por una mala regulaci¨®n, las el¨¦ctricas ganan miles de millones de euros en lo que se conoce como los beneficios ca¨ªdos del cielo, ya que venden la electricidad generada en instalaciones ya amortizadas (nucleares e hidr¨¢ulicas) al mismo precio de la tecnolog¨ªa m¨¢s cara. Pero los diferentes Gobiernos solo hablan de lo que cuestan las renovables, quiz¨¢s porque hay quien invirti¨® en ciclos combinados que no funcionan las horas previstas y ahora temen que un mayor impulso de las energ¨ªas renovables les imposibilite amortizar dichas inversiones. De esta manera pagamos todos, no pudiendo reducir nuestra dependencia energ¨¦tica porque lo prioritario es que las el¨¦ctricas amorticen sus inversiones.
He puesto estos tres ejemplos en un contexto, el europeo, en el que quieren que creamos que es necesario tener Gobiernos m¨¢s tecnocr¨¢ticos. Lo vemos en el caso de Grecia e Italia: en ambos casos los Gobiernos est¨¢n formados por exmiembros de compa?¨ªas como Goldman Sachs, uno de los bancos en que recae parte de la responsabilidad de la crisis. Uno no puede dejar de preguntarse si los antiguos asesores de los pir¨®manos de la crisis pueden ser sus actuales bomberos. Dudo que los antiguos asesores tomen ahora decisiones contrarias a los intereses de sus antiguos patrones. Pretenden que dichos Gobiernos impongan medidas impopulares, que no busquen el respaldo de las urnas, introduciendo una l¨®gica perversa y alarmante: las decisiones pol¨ªticas, cuanto menos populares, incluso cuanto menos democr¨¢ticas, mejores resultar¨¢n para la econom¨ªa. Es otra versi¨®n de lo acontecido en la campa?a electoral con un PP que ha basado su estrategia en no explicar lo que har¨ªa.
Pero los tres ejemplos expuestos, si algo demuestran, es lo contrario: con m¨¢s transparencia y con mayor independencia, las decisiones defienden m¨¢s el inter¨¦s general que el particular. La garant¨ªa de que un Gobierno defienda el inter¨¦s general es que tenga que cumplir y servir a la ciudadan¨ªa. Y para que sea posible, lo que necesitamos es m¨¢s informaci¨®n y mayor independencia, m¨¢s democracia y no menos, como algunos sibilinamente parecen asumir.
Philip Petit, uno de los fil¨®sofos de referencia de Zapatero, dec¨ªa que el "el Estado tiene el poder, precisamente, para evitar que unos fuertes tomen como s¨²bditos a unos d¨¦biles". Pero la actuaci¨®n del anterior Gobierno en su pol¨ªtica econ¨®mica se balance¨® en una pol¨ªtica econ¨®mica de equilibrios que no ha cambiado la insostenibilidad e ineficiencias de nuestro modelo productivo, siguiendo la estela de otro Petit, Philippe, el funambulista franc¨¦s que se pase¨® sobre una cuerda entre las torres gemelas. Lamentablemente, esta manera de gobernar que tiene como ¨²ltima expresi¨®n el indulto a un banquero condenado, lo que hizo es desarmar a la izquierda, para que ahora se abra paso una derecha que no lleva ni por asomo en su agenda la mejora del funcionamiento democr¨¢tico. Hoy, la transparencia, el control e independencia de la pol¨ªtica respecto al sector financiero, las grandes constructoras o el sector energ¨¦tico, se ha convertido en una cuesti¨®n no solo de supervivencia de la democracia sino en una garant¨ªa para la mejora econ¨®mica del conjunto de la sociedad. Y por mucho que contin¨²e sin estar en la agenda del actual Gobierno, deber¨ªamos conseguir que empiece a estar en la hoja de ruta de la oposici¨®n que queda.
Joan Herrera es secretario general de ICV y fue diputado al Congreso de 2004 a 2010.
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