El retorno del compromiso pol¨ªtico
De entre los intelectuales marxistas que lideraron la oleada revolucionaria que sigui¨® hace un siglo al triunfo de la Revoluci¨®n de Octubre, quien mejor ha soportado el paso del tiempo ha sido Antonio Gramsci. Como persona tuvo un destino sombr¨ªo, pues pas¨® muchos a?os hasta su muerte encerrado en la c¨¢rcel donde lo confin¨® Mussolini, y en la que escribi¨® buena parte de su obra. Pero como pol¨ªtico alcanz¨® un ¨¦xito excepcional, en tanto que fundador del Partido Comunista Italiano: el m¨¢s influyente de Europa occidental, el primero que defendi¨® la democracia y el ¨²nico que alcanz¨® mayor¨ªas electorales por su poder de convicci¨®n (ese mismo PCI luego dividido tras su reconversi¨®n socialdem¨®crata que lo ha reducido a la impotencia).
Y como pensador marxista, es el ¨²nico que todav¨ªa tiene algo que ense?ar a las generaciones actuales. Es verdad que no alcanza el prestigio est¨¦tico de un Walter Benjamin, cuya tr¨¢gica biograf¨ªa le adorn¨® con la aureola del genio rom¨¢ntico. Pero es que a diferencia de ¨¦ste, que camin¨® por libre sin comprometerse con nadie, Gramsci fue tanto un intelectual como un hombre de acci¨®n, incondicionalmente comprometido con las organizaciones populares y las movilizaciones colectivas. Por lo dem¨¢s, y a diferencia de sus colegas contempor¨¢neos como Lenin, Trotski y compa?¨ªa, cuya obediencia marxista ha envejecido irreversiblemente, la obra te¨®rica de Gramsci contin¨²a ejerciendo hoy una considerable influencia, hasta el punto de que a partir de su propuesta te¨®rica de la hegemon¨ªa cultural se le puede considerar el precursor intelectual tanto de los cultural studies anglosajones como de la teor¨ªa de la dominaci¨®n simb¨®lica de Pierre Bourdieu, que hoy goza del m¨¢ximo prestigio acad¨¦mico.
Pero el librito que comento, y que acaba de traducirse al castellano, no tiene que ver con su obra te¨®rica sino con su activismo militante. Se trata de una compilaci¨®n muy breve que s¨®lo contiene ciertos fragmentos escogidos de sus escritos de combate (y su oratoria parlamentaria como diputado) aparecidos entre la etapa final de la I Guerra Mundial y su encarcelamiento por Mussolini (1926). Casi todos los textos aparec¨ªan ya en sus obras completas editadas por Einaudi, pero aqu¨ª est¨¢n completados con los fragmentos que hab¨ªan sido expurgados o eliminados por la censura de la ¨¦poca. Y el que da t¨ªtulo al libro (de 1917), confiri¨¦ndole un sentido unitario, estaba in¨¦dito en castellano hasta hace muy poco tiempo, en que fue rescatado como voz de insurgencia por gramscianos de pro en publicaciones minoritarias.
En todo caso, si bien la presente edici¨®n espa?ola reproduce la italiana aparecida el a?o pasado, el sentido que adquiere su publicaci¨®n entre nosotros difiere y va m¨¢s all¨¢ del que busc¨® su compilador. En Berluscolandia, estas p¨¢ginas incendiarias estaban destinadas a excitar los ¨¢nimos contra el nuevo Duce bufonesco que se ha apoderado de la voluntad mayoritaria de los italianos. Y para ello se aporta el ejemplo del propio Gramsci interpelando al aut¨®crata fascista. De ah¨ª el 'odio a los indiferentes' del t¨ªtulo, que pretende sacudir la conciencia conformista y acomodaticia de todos cuantos consienten y toleran los desmanes del cavaliere encogi¨¦ndose de hombros, como si la degradaci¨®n de la cosa p¨²blica no fuera de su incumbencia.
Pero en la versi¨®n espa?ola esta indignada requisitoria contra el c¨¦sar corruptor carece de sentido, y por eso toda la carga de gramsciana indignaci¨®n se redirige contra el conformismo acomodaticio de la pasividad ciudadana, y especialmente contra los indiferentes de la izquierda vol¨¢til, de la ciudadan¨ªa esc¨¦ptica y de la juventud pasota, a los que se convoca hacia la movilizaci¨®n y el compromiso c¨ªvico. Y en este sentido, el libro hay que leerlo como un eco precursor del manifiesto ?Indignaos! de St¨¦phane Hessel, en el contexto de las movilizaciones del 15-M que anuncian el retorno del compromiso c¨ªvico.
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