Bu?uel ¨ªntimo y en movimiento

El primer punto de destino en el exilio del cineasta Luis Bu?uel tras la Guerra Civil espa?ola fue Estados Unidos. En Nueva York consigui¨® un empleo en el Museo de Arte Moderno (MoMA) y pas¨® sus primeros a?os en la ciudad sin rodar un plano. Aparentemente...

Porque, en realidad, y sin que hasta ahora se supiera nada, el autor de La edad de oro film¨® unas escenas ¨ªntimas con su esposa Jeanne, sus hijos Juan Luis y Rafael -reci¨¦n nacido- y amigos del exilio como Juan Negr¨ªn, hijo del presidente de la Rep¨²blica, y la actriz Rosita D¨ªaz Gimeno.

El documento, que ma?ana saca a la luz El Pa¨ªs Semanal y del que se pueden ver algunas im¨¢genes a partir de hoy en www.elpais.com, ha aparecido entre los papeles del archivo Luis Bu?uel, que custodia la Filmoteca Espa?ola. Javier Herrera, bibliotecario de la misma y estudioso del cineasta, las ha analizado a fondo. Cuentan aspectos de la vida cotidiana de su familia. Est¨¢n rodadas en su peque?o apartamento de Manhattan, en Central Park y en la casa del escultor Alexander Calder en el Estado de Maine, que les ayud¨® a instalarse desde el primer d¨ªa de su llegada.

El director rod¨® escenas ¨ªntimas de su esposa e hijos en Nueva York

El verano en Nueva York era tan duro que unos d¨ªas de descanso fresco junto a los lagos aligeraban la carga. Las ilusiones de la familia Bu?uel en Estados Unidos quedan claras en sus memorias, tituladas Mi ¨²ltimo suspiro.

Era un pa¨ªs que le fascinaba en principio y donde hab¨ªa pasado ya temporadas en Hollywood a principios de los a?os treinta. Pero el estigma de haber rodado una pel¨ªcula tan iconoclasta como La edad de oro acab¨® pes¨¢ndole. Fue sometido a tal presi¨®n por sectores intransigentes, aut¨¦nticos antecedentes del macarthismo y la caza de brujas que se avecinaba, que decidi¨® irse y no comprometer a los amigos que le apoyaban sin fisuras en Estados Unidos.

Curiosamente acab¨® en M¨¦xico, uno de esos pa¨ªses donde hab¨ªa dicho a quien quisiera escucharle que no lo buscaran. All¨ª rod¨® durante m¨¢s de 20 a?os con plena libertad, ajustando sus pel¨ªculas a bajos presupuestos, cumpliendo con los costes y salvaguardando as¨ª una libertad creativa que, a?os despu¨¦s y seg¨²n confes¨® al cineasta Nicholas Ray, no hubiese conseguido en Hollywood. Aquellas pel¨ªculas lo convirtieron en una aut¨¦ntica leyenda, acaso mayor que la que ya le legitimaba ante el mundo del arte por haber sido uno de los grandes referentes del surrealismo.