"Si se rompe el proceso, esto ser¨¢ Vietnam"
Thierry, jefe de ETA, amenaz¨® a Jes¨²s Eguiguren 19 d¨ªas antes del atentado de la T-4 - El Gobierno se comprometi¨® a evitar detenciones y los terroristas a dejar de atentar
"Lo que yo diga va a misa. Podemos atentar donde queramos y como queramos. Si se rompe el proceso, esto va a ser Vietnam. Responderemos a las detenciones con un atentado en Espa?a". Quien amenaza as¨ª es Francisco Javier L¨®pez Pe?a, Thierry, jefe pol¨ªtico de ETA. Le escucha Jes¨²s Eguiguren, presidente de los socialistas vascos.
Es 11 de diciembre de 2006. Thierry y Eguiguren se sientan a comer frente a frente en un restaurante de Oslo (Noruega) muy pr¨®ximo al hotel donde se han celebrado ya varias conversaciones entre el Gobierno y ETA que han conducido a un callej¨®n sin salida; ambas partes se reprochan incumplimientos de compromisos pactados. Tras o¨ªr la diatriba del jefe de ETA, Eguiguren siente que el proceso de di¨¢logo para el fin del terrorismo est¨¢ a punto de naufragar. Solo 19 d¨ªas despu¨¦s de aquella comida entre amenazas, ETA hace estallar un coche bomba en la terminal 4 del aeropuerto de Madrid-Barajas y mata a dos ciudadanos ecuatorianos: Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio.
"Recog¨ª la carta en Francia y la entregu¨¦ a Rubalcaba en Santander"
Eguiguren llam¨® a La Moncloa, pregunt¨® por Zapatero, pero no se puso al tel¨¦fono
"Responderemos a las detenciones con un atentado", avis¨® L¨®pez Pe?a
Eguiguren y Otegi hablaban desde 2000 sobre soluciones al terror
"Para ETA, introducir Euskadi en lugar de vascos significaba excluir Navarra"
Josu Ternera dijo que era interlocutor de ETA, no su comandante en jefe
"Se trataba de buscar f¨®rmulas para alcanzar el objetivo de que ETA parara"
"La reuni¨®n con Batasuna facilitar¨ªa considerarla como interlocutora pol¨ªtica"
Esos dos asesinatos truncaron el proceso de di¨¢logo para el fin del terrorismo m¨¢s largo de la democracia, que empez¨® a negociarse en 2005 y se desarroll¨® entre junio de 2006 y mayo de 2007. Concluy¨® en fracaso, aunque son muchos los que piensan que ese final frustrante sent¨® las bases que dieron lugar, cuatro a?os despu¨¦s, al cese definitivo de la violencia por parte de ETA al enfrentar a la izquierda aberztale con la banda.
Jes¨²s Eguiguren (Aizarna, Gipuzkoa, 1954) fue uno de los principales promotores de aquella iniciativa y estuvo presente en el origen y en el final de las conversaciones. En paralelo al di¨¢logo con ETA, hubo otra negociaci¨®n pol¨ªtica entre Batasuna, PNV y PSE, tambi¨¦n fracasada donde el presidente de los socialistas vascos jug¨® un papel principal.
Eguiguren ha decidido ahora contar el proceso desde dentro a trav¨¦s de un libro -ETA, las claves de la paz, Editorial Aguilar-. En este libro se desgranan las claves del proceso que concluy¨® en mayo de 2007 y tambi¨¦n las del fin de ETA tras la declaraci¨®n del abandono definitivo de la actividad armada del 20 de octubre.
- Primeros contactos. "Todo empez¨® en el caser¨ªo de Txillarre a principios de 2000", cuenta Eguiguren. Desde aquella fecha y en aquel lugar, el presidente de los socialistas vascos habl¨® en numerosas ocasiones con Arnaldo Otegi, l¨ªder de Batasuna, para buscar soluciones al problema del terrorismo en Espa?a poniendo en contacto a ETA con el Gobierno. Cuando en marzo de 2004 ganaron los socialistas, Eguiguren llam¨® varias veces al palacio de la Moncloa y pregunt¨® por Jos¨¦ Luis Zapatero, al que no conoc¨ªa personalmente, para contarle sus gestiones. Pero el nuevo presidente no se puso al tel¨¦fono. "Por aquellas fechas", recuerda Eguiguren, "se celebr¨® un congreso del partido de Gipuzkoa, en San Sebasti¨¢n, al que acudi¨® Jos¨¦ Blanco. Nos encerramos en un cuartucho y le cont¨¦, de arriba abajo, todo lo sucedido hasta entonces. Me dijo que hablar¨ªa con quienes ten¨ªa que hablar y que se comunicar¨ªa conmigo. A partir de ah¨ª se estableci¨® un cauce m¨¢s o menos oficial a trav¨¦s de Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, que fue nombrado por Zapatero portavoz del PSOE en el Congreso. Lo que me dej¨® realmente sorprendido fue que con cuatro cosas que le dije, lo entendi¨® todo al instante. Lo que ten¨ªamos entre manos y el riesgo que corr¨ªamos. Nunca he conocido a nadie tan r¨¢pido de reflejos".
La versi¨®n de los hechos que circul¨®, seg¨²n la cual ETA hab¨ªa tomado la iniciativa de forma unilateral, enviando una primera carta a La Moncloa cuando Zapatero gan¨® las elecciones, es una leyenda, seg¨²n Eguiguren. "Personalmente cruc¨¦ a Francia, recog¨ª la carta de manos de Maitia [un dirigente socialista franc¨¦s, que hab¨ªa recogido la misiva de manos de un sacerdote], y la traje a Espa?a. La carta la envi¨® ETA en el verano de 2004 porque nosotros ya hab¨ªamos establecido la manera de hacerlo. Me hab¨ªan avisado, estando de vacaciones en Badajoz, de que el cartero "llamaba". Recog¨ª la carta y se la entregu¨¦ a Rubalcaba en Santander, para que a su vez la entregara en La Moncloa".
- Primera carta, verano de 2004: "Di¨¢logo para resolver el conflicto". "En aquella carta, ETA se dirig¨ªa al Gobierno de Espa?a manifestando su disposici¨®n a comenzar un di¨¢logo conducente a resolver el conflicto. Previamente, tuve que confirmarle que tendr¨ªa respuesta. Al final del verano se le transmiti¨® a ETA, mediante f¨®rmulas intermedias, la respuesta del Gobierno (...) Era yo el que entregaba al cartero de Francia las respuestas. En uno de aquellos viajes me par¨® la Polic¨ªa Nacional cuando llevaba en la parte trasera del coche todos los documentos. Al reconocerme, despu¨¦s de haberme enfocado concienzudamente con sus linternas, me dejaron pasar".
- Segunda carta, febrero de 2005. Encuentro en fechas pr¨®ximas.
"Hubo una segunda carta de ETA en febrero de 2005 por los mismos canales. En dicha carta, dirigida al 'se?or Rodr¨ªguez Zapatero, presidente del Gobierno de Espa?a', ETA 'mantiene su plena disposici¨®n para encauzar una v¨ªa de comunicaci¨®n directa, estable y a resguardo de situaciones coyunturales que permita solventar democr¨¢ticamente, por medio de una negociaci¨®n pol¨ªtica, el conflicto entre Euskal Herria y Espa?a'. A rengl¨®n seguido, la carta dec¨ªa: '[ETA] desea saber su disposici¨®n para que representantes del Gobierno que usted preside puedan mantener en fechas pr¨®ximas un encuentro con representantes de nuestra Organizaci¨®n'. Finalmente, ETA manifestaba: 'En caso afirmativo, le hacemos saber nuestra disposici¨®n para dar de inmediato los pasos pertinentes al respecto, responsabiliz¨¢ndonos de la organizaci¨®n del encuentro, que tendr¨ªa lugar bajo los auspicios de una organizaci¨®n internacional".
- Tercera carta, abril de 2005. Contrase?as para la cita. "Tard¨® dos meses en llegar y mientras esper¨¢bamos desconoc¨ªamos las razones de la tardanza. De forma casi instintiva, la achac¨¢bamos a las diferencias de criterio en el seno de ETA (...) M¨¢s tarde, cuando todo avanz¨® o parec¨ªa que avanzaba, alguien me dijo que el culpable de aquel retraso hab¨ªa sido el maremoto (el famoso tsunami) que devast¨® las costas de Indonesia. El Centro de Di¨¢logo Humanitario Henri Dunant, que ejercer¨ªa de facilitador, estaba entonces trabajando en aquella zona. La carta lleg¨®, por fin, facilitando la cita. La tercera carta desvelaba que 'la organizaci¨®n no gubernamental bajo cuyos auspicios tendr¨ªa lugar el encuentro es HD Centre for Humanitarian Dialogue, con sede en Ginebra (Suiza)'. A continuaci¨®n precisaba la manera de establecer el contacto. 'Con el objetivo de realizar el encuentro planteado entre los representantes de su Gobierno y los de nuestra Organizaci¨®n' ETA propon¨ªa dos citas. 'La primera cita ser¨ªa el d¨ªa 31 de mayo a las diez de la ma?ana en el hotel President Wilson de Ginebra. A dicha hora un miembro de la organizaci¨®n no gubernamental antes citada se presentar¨¢ en la recepci¨®n de dicho hotel y preguntar¨¢ por "M. Felipe Mart¨ªnez, de parte de M. Scout". Los representantes del Gobierno se dirigir¨¢n a ¨¦l, quien les conducir¨¢ al lugar del encuentro. En caso de que sus representantes no pudieran estar a la hora indicada, la cita se repetir¨ªa una hora m¨¢s tarde en el mismo lugar. La segunda cita ser¨ªa el 7 de junio a las mismas horas en el mismo lugar y con la misma contrase?a".
- Primera fase. Ginebra, elaboraci¨®n de la 'hoja de ruta'. Junio-Julio de 2005. Antes del primer contacto con ETA, el Gobierno llev¨® al Congreso una propuesta de resoluci¨®n que daba cobertura a un proceso para el final dialogado del terrorismo. Todos los grupos, salvo el PP, apoyaron esa resoluci¨®n. Eguiguren lleg¨® al hotel Wilson de Ginebra y se sent¨® a esperar a que preguntar¨¢n por el se?or Mart¨ªnez, como se indicaba en la carta de ETA. Pero nadie vino y tuvo que ponerse en contacto con el Centro Henri Dunant.
- Cita con Josu Ternera. "Finalmente, el encuentro no fue en el hotel Wilson, sino en otro hotel a orillas del lago Leman. Los del Centro me dijeron: 'Este es George'. Yo sab¨ªa que no era George, porque le conoc¨ªa. 'Este es Miguel', dijeron de m¨ª. Los dos sab¨ªamos c¨®mo nos llam¨¢bamos y daba la casualidad de que nuestro nombre real era el mismo, Josu (Jes¨²s). Como nos conoc¨ªamos [de su etapa como diputado en el Parlamento vasco], nos dimos la mano con toda naturalidad. A George le acompa?aba otra persona que se hac¨ªa llamar Robert. No desvelo ning¨²n misterio, pues Josu Urrutikoetxea (Josu Ternera) es la persona de la que se ha dicho, por activa y por pasiva, que fue el interlocutor de ETA en los primeros contactos. M¨¢s tarde se supo que Robert era en realidad Jon Yurrebaso, veterano militante de ETA, detenido posteriormente, en marzo de 2007, en un control de la polic¨ªa francesa".
Cuando Ternera se present¨® en Ginebra el 21 de junio de 2005 llevaba tres a?os huido de la justicia. La Audiencia Nacional le abri¨® un sumario en el que le implicaba como instigador del atentado contra el cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza de 1987 en el que fueron asesinadas 11 personas, entre ellas cinco ni?os.
"En su reaparici¨®n en Ginebra, Urrutikoetxea neg¨® desde el primer momento ser el comandante en jefe de ETA. Se present¨® como interlocutor de ETA, dando a entender que ten¨ªa autoridad moral, pero no el mando real en la banda (...) Se vio que quer¨ªa buscar un final a la historia de ETA e incluso, en alg¨²n momento, hablar¨ªa de la necesidad de pedir perd¨®n a las v¨ªctimas, aunque siempre se refer¨ªa, supongo, a "las dos partes". Nunca me pareci¨® que estuviera fingiendo".
- La tregua de ETA y la declaraci¨®n del Gobierno. "Lo que se trataba era de buscar f¨®rmulas y ponerlas en un papel para alcanzar el objetivo de que ETA parara y el Gobierno hiciera una declaraci¨®n de apertura del proceso. George [Josu Ternera] vino con un esquema similar. A partir de ah¨ª, aprobamos un temario consistente en una primera tanda para analizar lo que ellos llamaban las causas del conflicto. Despu¨¦s, una segunda para abordar m¨¦todos de resoluci¨®n. Y en tercer lugar, lo que llamamos el punto cero, el inicio del proceso".
- "No usar la palabra autodeterminaci¨®n". "Quedamos, tambi¨¦n, en no utilizar t¨¦rminos que fueran incompatibles con cualquiera de las partes, por ejemplo, autodeterminaci¨®n. Nosotros no la pod¨ªamos asumir. Se pod¨ªan introducir las reformas que fueran necesarias, pero aceptando la realidad existente. Creo que George [Josu Ternera] fue muy realista en su actitud. En aquella reuni¨®n tambi¨¦n dijimos que si lleg¨¢bamos a ese punto cero ten¨ªa que estar el PP, porque no se pueden hacer grandes cosas sin el primer partido de la oposici¨®n. Ellos ten¨ªan mucho inter¨¦s en que estuviera. Desde el principio insistieron en que fuera un acuerdo de Estado".
- Bomba en La Peineta. Orden de regresar desde Madrid. El 25 de junio, solo cuatro d¨ªas despu¨¦s del inicio de aquellas conversaciones t¨¦cnicas donde se pretend¨ªan establecer las condiciones del futuro di¨¢logo, ETA hizo estallar una bomba junto al Estadio de la Peineta en Madrid, a solo 11 d¨ªas de que el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional eligiera la ciudad anfitriona de los Juegos de 2012, a los que era candidata la capital de Espa?a. A Eguiguren le dijeron desde Madrid que regresara. Pero se qued¨® y pidi¨® explicaciones. "Me dijeron que no habr¨ªa m¨¢s atentados y dejaron caer que la bomba de La Peineta estaba prevista desde hac¨ªa tiempo".
- La 'hoja de ruta' provisional. "Establecimos un camino u hoja de ruta provisional:
1) Di¨¢logo en Ginebra para acordar la hoja de ruta.
2) Ratificaci¨®n en Oslo, despu¨¦s del verano, de la hoja de ruta.
3) Tregua de ETA y declaraci¨®n del Gobierno, que ser¨ªa el punto cero a partir del cual arrancar el proceso.
4) Reuniones de la mesa t¨¦cnica Gobierno-ETA.
5) Despu¨¦s, Mesa de Partidos.
6) Aprobaci¨®n de los acuerdos pol¨ªticos en la mesa.
7) Implantaci¨®n de los acuerdos.
- ETA pide cierta relajaci¨®n policial. "George [Josu Ternera] me insisti¨® que quer¨ªan un proceso serio e irreversible, que no se viera afectado por un posible cambio de Gobierno. Aunque no ped¨ªan al Gobierno que tomara decisiones inmediatamente despu¨¦s de declarada la tregua, s¨ª plantearon que de facto ten¨ªa que existir una cierta relajaci¨®n policial y facilidades para que Batasuna pudiera actuar. Yo siempre les dije que no pod¨ªa hablar en nombre de los jueces, porque son independientes, y tampoco pod¨ªa ofrecerles garant¨ªas policiales".
Las conversaciones para delimitar el campo de juego del di¨¢logo duraron varias semanas".
- Segunda fase. Oslo. Garant¨ªas del proceso.
"En Ginebra apenas hablamos de lo que ocurrir¨ªa una vez que ETA declarase la tregua y el Gobierno informase al Parlamento para iniciar el di¨¢logo, si se daban las condiciones. Pero hab¨ªa llegado el momento de fijarlas, aunque no entraban en vigor hasta que se iniciara el final dialogado. Ellos pusieron sobre la mesa el papel de la polic¨ªa, en sinton¨ªa con el proceso irland¨¦s. Plantearon la eliminaci¨®n de la presencia policial -controles, etc¨¦tera- y la paralizaci¨®n de las detenciones. Desde un primer momento dej¨¦ claro que Espa?a no era Irlanda y que la polic¨ªa tendr¨ªa que seguir haciendo controles de alcoholemia y en prevenci¨®n del terrorismo islamista. Les dije que no respond¨ªa de la posici¨®n del Gobierno espa?ol, y que la Guardia Civil solo obedec¨ªa al duque de Ahumada. Sali¨® tambi¨¦n la cuesti¨®n de los procedimientos judiciales. Insistieron mucho en que dado el estado en el que se encontraban determinados procesos y los que se anunciaban podr¨ªan ser un obst¨¢culo para el proceso de paz. Yo insist¨ª siempre en que es dudoso que un Gobierno pueda decir a la polic¨ªa o a la Guardia Civil que no cumpla determinadas funciones, pero que es evidente que un Gobierno no puede decir a los jueces lo que tienen que hacer o dejar de hacer".
"Exigencias a ETA". Ya en su habitaci¨®n del hotel, Eguiguren escribi¨® sus propias garant¨ªas para exigir a ETA:
"-No atentados contra las personas.
- No atentados contra todo tipo de viviendas, bienes, edificios o s¨ªmbolos.
- No kale borroka.
- No acoso social ni pol¨ªtico; no extorsi¨®n econ¨®mica.
- No adquisici¨®n de armas, compra, tr¨¢fico, etc¨¦tera; no adquisici¨®n de cualquier tipo de material.
- No atracos.
- No acciones de abastecimiento de todo tipo de material; suspensi¨®n del reclutamiento, formaci¨®n y entrenamiento.
- No a la exaltaci¨®n o propaganda de la lucha armada".
ETA acept¨® esta f¨®rmula: "Se compromete a no realizar acciones contra personas (incluidas cartas y otras misivas, bienes de propiedad p¨²blica o privada. No llevar a cabo una estrategia de impuesto revolucionario. No realizar acciones de abastecimiento de armas y explosivos y/o materiales para su fabricaci¨®n".
- La tregua de ETA. El inicio del di¨¢logo. Primera reuni¨®n Ginebra 22 de junio de 2006. El 22 de marzo de 2006, ETA declar¨® una tregua permanente. Tres meses despu¨¦s, Eguiguren inicia el di¨¢logo con ETA acompa?ado de Javier Moscoso, exministro de Presidencia. "La reuni¨®n no la convoc¨® ETA para empezar las conversaciones fijadas en la hoja de ruta del proceso (que nunca llegar¨ªan a celebrarse), sino para quejarse", explica Eguiguren.
"El encuentro fue fr¨ªo, acorde con la situaci¨®n. En aquella reuni¨®n se trat¨® solo de hacer un balance de lo sucedido en los tres meses que llevaba vigente la tregua. ETA explic¨® que no habr¨ªa reuniones de otro car¨¢cter hasta que no se resolviera el problema de la seguridad para que ellos pudieran moverse en el exterior, pero sab¨ªan que ese asunto no se dirim¨ªa en nuestra mesa, que funcionaba a otro nivel. Fue solo una reuni¨®n de quejas. Nos entregaron una carta para Zapatero".
"Tambi¨¦n protestaron porque la verificaci¨®n sobre el alto el fuego que plante¨® Rodr¨ªguez Zapatero no estaba en los preacuerdos y que, adem¨¢s, hab¨ªa vendido el proceso como un proceso de resoluci¨®n t¨¦cnica, de paz por presos, y no un proceso de resoluci¨®n pol¨ªtica. George [Josu Ternera] insisti¨® en que en la hoja de ruta no se hab¨ªa acordado que la mesa pol¨ªtica empezaba solo cuando acababa la t¨¦cnica".
- Amenaza de Josu Ternera: si siguen las detenciones, volver¨¢n los atentados. "Nos entregaron un documento con el n¨²mero de detenciones y hasta de los controles de carretera. Dijeron que el Gobierno hab¨ªa mantenido la represi¨®n para debilitar a la izquierda abertzale y a?adieron que la confianza hab¨ªa saltado hecha a?icos y que el panorama era desolador. Le contest¨¦ que no hab¨ªa una estrategia planificada del Gobierno con esa intenci¨®n y que las quejas eran prematuras porque a¨²n no hab¨ªa empezado el proceso. Reconoc¨ª que las cosas no estaban saliendo como hab¨ªamos previsto, que hab¨ªa un rechazo muy fuerte de los sectores contrarios al proceso y que en una sociedad democr¨¢tica el Gobierno no controla todos los poderes, como el judicial, que tiene sus l¨ªmites. Y que, en definitiva, si se hab¨ªan producido detenciones era porque segu¨ªa habiendo extorsi¨®n".
La respuesta de Josu Ternera fue m¨¢s amenazadora: "Dijo que est¨¢bamos jugando con fuego. Que ser¨ªa muy grave que hubiera en el Gobierno una interpretaci¨®n distinta de lo acordado en Ginebra y Oslo porque segu¨ªan las detenciones y porque ni la legalizaci¨®n de facto de Batasuna, ni el pacto de Estado se hab¨ªan cumplido. Termin¨® amenazando con que si las cosas segu¨ªan as¨ª se pod¨ªa llegar a la suspensi¨®n del proceso y a la vuelta de ETA a los atentados. Que el Gobierno sabr¨ªa c¨®mo resolver los problemas".
- Segunda reuni¨®n. Lausana. 23 de junio de 2006. Seis d¨ªas despu¨¦s, Zapatero abre el di¨¢logo. Seis d¨ªas despu¨¦s de esta segunda reuni¨®n, Zapatero compareci¨® en el Congreso de los Diputados para anunciar en una intervenci¨®n memorizada la apertura del di¨¢logo con ETA y proclam¨®, de acuerdo con el guion previsto en Ginebra y Oslo, que el Gobierno asumir¨ªa las decisiones de los ciudadanos vascos, respetando las normas y procedimientos legales. Una semana m¨¢s tarde, una delegaci¨®n del Partido Socialista de Euskadi formada por Patxi L¨®pez y Rodolfo Ares se reuni¨® de manera oficial en un hotel de San Sebasti¨¢n con otra de Batasuna en la que estaban Arnaldo Otegi y Rufi Etxeberria. "Pensamos que aquella reuni¨®n facilitar¨ªa la consideraci¨®n de la izquierda abertzale como interlocutora pol¨ªtica. Incluso pactamos con Otegi las declaraciones previas al anuncio de aquella reuni¨®n".
- Septiembre de 2006. Segunda tanda de reuniones tras la tregua.
Entra en escena Thierry. A las nuevas conversaciones se incorporan el jefe de ETA, Javier L¨®pez Pe?a, Thierry, y por parte del Gobierno, Jos¨¦ Manuel G¨®mez Ben¨ªtez, catedr¨¢tico de Derecho Penal y vocal del Poder Judicial a propuesta del PSOE.
Josu Ternera lee la carta que entreg¨® en julio a Moscoso para el presidente del Gobierno: "El proceso est¨¢ estancado. Se est¨¢n incumpliendo los acuerdos anteriores al alto el fuego. No ha habido rectificaci¨®n, siguen las detenciones y las prohibiciones".
Adem¨¢s, el representante de ETA denuncia que Zapatero no se ha ajustado a lo pactado en Ginebra y ha cambiado el sentido de la declaraci¨®n al desaparecer el t¨¦rmino ciudadanos vascos y ser sustituido por Euskadi.
"Para ETA", escribe Eguiguren, "introducir Euskadi en lugar de ciudadanos vascos significaba excluir Navarra". "La novedad m¨¢s importante fue la presencia de Thierry, que empez¨® acusando al Gobierno de poner en marcha la doctrina Parot (una interpretaci¨®n sobre c¨®mo restar redenciones de pena que oblig¨® a los etarras condenados con el C¨®digo Penal de 1975 a pasar m¨¢s a?os en la c¨¢rcel) para utilizar a los presos. Le contestamos que no era una decisi¨®n del Gobierno sino una decisi¨®n aut¨®noma de la Justicia, Thierry dijo que no cre¨ªa en la divisi¨®n de poderes, que a ¨¦l no se le hablara del Estado de derecho ni de la funci¨®n aut¨®noma de la Justicia". Sobre la huelga de hambre de I?aki de Juana, los representantes de ETA explicaron que "no era cosa suya, era un problema sobrevenido y que la responsabilidad era del Gobierno que iba a poner muertos sobre la mesa".
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