"Europa es c¨®mplice de la represi¨®n yemen¨ª"
Est¨¢ nerviosa. Sus dedos se mueven r¨¢pidos sobre el iPad, buscan en la Red, sus ojos devoran la pantalla hasta que logran ver y comprender lo que pasa a miles de kil¨®metros, en su pa¨ªs. Y lo que pasa en Yemen huele todav¨ªa a represi¨®n y sangre. "Mirad, las tropas de Saleh bombardearon ayer la ciudad de Taizz" (la segunda del pa¨ªs). "Dicen que est¨¢n atacando a rebeldes, pero bombardean a civiles", exclama, con voz emocionada y ritmo entrecortado. Es Tawakkul Karman, de 32 a?os, periodista y premio Nobel de la Paz, la m¨¢s joven galardonada con el Nobel en la historia y la segunda mujer que recibe esta distinci¨®n en el mundo ¨¢rabe.
Distinguida el pasado octubrepor el jurado de Oslo por su papel en la primavera ¨¢rabe junto a otras dos mujeres, las liberianas Ellen Johnson Sirleaf y Leymah Gbowee, a Karman la llaman la madre de la revoluci¨®n y ella no pierde de vista a su d¨¦bil criatura. "Saleh", contin¨²a Karman, "sigue atacando a la gente que protesta pac¨ªficamente. All¨ª no hay rebeldes, hay gente que quiere libertad".
"No tenemos el petr¨®leo de Libia o Irak, no somos Egipto ni T¨²nez. Nadie ve lo que pasa en Yemen"
"El presidente Saleh me ha amenazado y lo hace con mucha m¨¢s gente. Pero no dejo a mi pueblo"
Es el comienzo de diciembre. Karman, madre de tres hijos y fundadora de la organizaci¨®n Mujeres periodistas sin cadenas, est¨¢ de paso por Bruselas invitada por la Federaci¨®n Internacional de los Derechos Humanos (FIDH), junto a Ezzedine el Asbahi, jefe del Centro de Formaci¨®n e Informaci¨®n sobre Derechos Humanos de Yemen. El presidente Al¨ª Abdal¨¢ Saleh acababa de firmar en Riad, el 23 de noviembre, el plan propuesto por el Consejo de Cooperaci¨®n del Golfo (CCG) que prev¨¦ que abandone el poder despu¨¦s de 33 a?os de absoluto libero arbitrio. Ha dejado la silla a su vicepresidente, Abd Rabo Mansur Hadi, que ejercer¨¢ el poder hasta las elecciones presidenciales del 21 de febrero de 2012. Pero Saleh no ha renunciado sin m¨¢s: a cambio ha recibido un salvoconducto internacional, la impunidad para ¨¦l y los que le son m¨¢s pr¨®ximos.
Pregunta. Saleh ha prometido irse. Habr¨¢ elecciones. ?Qu¨¦ est¨¢ cambiando para Yemen?
Respuesta. De momento no cambia nada, el r¨¦gimen sigue con su actitud criminal d¨ªa tras d¨ªa, y si esto ocurre tambi¨¦n es responsabilidad de la comunidad internacional y de los pa¨ªses del Golfo. Estos pa¨ªses han entregado a Saleh una pr¨®rroga, un tiempo extra para poder golpear, atacar y matar sin riesgo de ser juzgado. Saleh es un asesino, lleva 33 a?os de poder danzando sobre las cabezas de las serpientes, es decir, tomando el pelo a todos. Antes lo hac¨ªa dentro, ahora lo hace fuera de Yemen. Los ha enga?ado y le han concedido m¨¢s espacio y margen de maniobra: el acuerdo que firm¨® en noviembre es una estupenda oportunidad para tomarle el pelo a todos. Mientras no se complete el proceso de transici¨®n, Saleh seguir¨¢ matando y haciendo lo que quiera. Si la sangre corre en Yemen es responsabilidad de la comunidad internacional. Pero tengo la absoluta certeza de que al final el pueblo yemen¨ª ganar¨¢ su batalla.
P. Los partidos de la oposici¨®n a Saleh han aprobado el acuerdo...
R. La firma del acuerdo es un error que los pol¨ªticos no quieren ver. Los manifestantes, los defensores de los derechos humanos, vemos este error y lo denunciamos: hay que eliminar la impunidad, empezando por la creaci¨®n de una comisi¨®n de investigaci¨®n independiente. No basta con decir que la violencia tiene que terminar tal y como prev¨¦ la resoluci¨®n 2014 del Consejo de Seguridad de la ONU.
P. ?Qu¨¦ m¨¢s piden a la comunidad internacional y, en concreto, a Europa?
R. Antes de la iniciativa del Consejo de Cooperaci¨®n del Golfo, la UE hab¨ªa actuado bien, despu¨¦s se ha perdido. Europa tiene la responsabilidad moral, como paladina de los derechos humanos, de defender a los civiles yemen¨ªes. El Parlamento Europeo y la Alta Representante para la Pol¨ªtica Exterior Catherine Ashton tienen que denunciar que la firma del acuerdo es un error, es un acto pol¨ªticamente enga?oso que concede una protecci¨®n extra al r¨¦gimen y no a los civiles. Aparte de la comisi¨®n de investigaci¨®n independiente, pedimos a Europa que act¨²e para que el Consejo de Seguridad de la ONU congele los bienes de Saleh y de su familia, as¨ª como que tome medidas concretas para el embargo de armas. El patrimonio familiar del presidente se utiliza para comprar armas, reprimir al pueblo yemen¨ª y seguir matando. Adem¨¢s, la comunidad internacional debe llevar a Saleh ante el Tribunal Penal Internacional y presionar para que el Gobierno act¨²e contra la corrupci¨®n (seg¨²n el informe 2011 de Transparencia Internacional, Yemen est¨¢ a la cola a nivel mundial en cuanto a transparencia: de 183 pa¨ªses ocupa el puesto 164, es decir, es el decimonoveno pa¨ªs m¨¢s corrupto).
P. Europa, aunque con retrasos, ha incluido a toda la familia de Asad y sus generales en una lista negra; lo mismo hizo con Gadafi, ha presionado a los reg¨ªmenes de T¨²nez y El Cairo. ?Por qu¨¦ cree que no quiere actuar contra Saleh?
R. La pregunta es por qu¨¦ dan la posibilidad a Saleh de matar, por qu¨¦ no intervienen. No tenemos el petr¨®leo de Libia o Irak, no somos Egipto ni T¨²nez, no somos estrat¨¦gicos como Siria, nadie quiere ver lo que pasa en Yemen, somos v¨ªctimas de la geograf¨ªa. As¨ª que en Yemen los civiles mueren dos veces: golpeados por las balas y por el silencio de la comunidad internacional. Veinticinco millones de yemen¨ªes, el 70% de ellos mujeres y ni?os, est¨¢n diciendo a Europa que su silencio y su falta de compromiso para juzgar y punir a quien mata equivale a ser c¨®mplice. Tambi¨¦n Turqu¨ªa, hiperactiva en el frente sirio, libio y egipcio, no dice nada sobre Yemen. Fui a la Embajada turca en Nueva York, pero no tuve respuestas.
P. Usted habla de congelar los bienes de Saleh. ?Dispone de una estimaci¨®n de cu¨¢nto y qu¨¦ tienen ¨¦l y su familia en Europa?
R. La UE y las dem¨¢s instituciones internacionales cuentan con m¨¢s informaci¨®n que nosotros. Tenemos algunos datos b¨¢sicos sobre activos, patrimonios, cuentas bancarias y dep¨®sitos y propiedades en Francia, Alemania, Suiza, Dubai y Bahr¨¦in. Pero seguro que hay m¨¢s. Hemos pedido un listado de los miembros del r¨¦gimen involucrados en casos de corrupci¨®n para que se pueda actuar no solo contra Saleh, sino tambi¨¦n contra sus ac¨®litos.
P. ?Qu¨¦ ha cambiado en estos meses de revoluci¨®n en la sociedad civil yemen¨ª?
R. La sociedad civil est¨¢ tomando iniciativas importantes no solo para la protecci¨®n de los ciudadanos sino tambi¨¦n para el desarrollo del pa¨ªs. Pedimos justicia, lucha contra la corrupci¨®n, reformas econ¨®micas... Las ONG est¨¢n desarrollando un papel crucial y la revoluci¨®n est¨¢ creando v¨ªnculos, conexiones importantes entre organizaciones, est¨¢ uniendo a la sociedad yemen¨ª entre ella misma. El poder de la juventud crece, el poder de las mujeres aumenta... Esta es la verdadera voz de la gente, la fuerza de la revoluci¨®n, la escenificaci¨®n del futuro que quiere el pueblo, empezando por el derecho de expresi¨®n y de manifestaci¨®n, la igualdad. J¨®venes y mujeres est¨¢n demostrando que son capaces de crear este nuevo Yemen. Al mismo tiempo es importante subrayar el papel de la sociedad civil internacional, la ¨²nica que puede recoger, denunciar y amplificar lo que pasa en mi pa¨ªs.
P. Dicen que Saleh la amenaz¨® por tel¨¦fono. ?Eso es cierto?
R. S¨ª, me ha amenazado y sigue haci¨¦ndolo, y lo hace con mucha m¨¢s gente. Amenaza, tortura, mata. Pero no tengo miedo. No dejo a mi pueblo. Volver¨¦ por nuestra sociedad. -
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