Congreso en la oposici¨®n
El rasgo distintivo de la situaci¨®n en que los socialistas catalanes afrontan el s¨¢bado su duod¨¦cimo congreso es que, por vez primera desde el segundo, el de 1979, el PSC es ahora un partido en la oposici¨®n en todos los niveles institucionales en los que act¨²a. En Europa, en Espa?a, en Catalu?a y en los municipios.
El contraste entre esta situaci¨®n y la que se daba en julio de 2008, cuando se celebr¨® el anterior congreso, no puede ser mayor porque justamente entonces los socialistas hab¨ªan alcanzado en Catalu?a el m¨¢s alto grado de poder institucional del que jam¨¢s hab¨ªan dispuesto. Ahora est¨¢n en el punto m¨¢s bajo de su historia. La ca¨ªda ha sido brusca, en picado. La impotencia ante la crisis financiera y econ¨®mica que se ha llevado por delante a casi todos los Gobiernos socialistas de Europa, incluido el de Espa?a, y a algunos de derechas, est¨¢ en el origen de las sucesivas derrotas electorales del PSC, pero incluso los dirigentes a los que les ha tocado encajarlas reconocen que, en su caso, hay tambi¨¦n otros factores, causas espec¨ªficas resultantes de las concretas condiciones en que han actuado.
El PSC afronta la generaci¨®n de un equipo dirigente para una larga etapa de actuar desde la oposici¨®n
Tarea de los propios socialistas reunidos en congreso debiera ser afinar al m¨¢ximo en la identificaci¨®n y definici¨®n de estas causas concretas. De modo gen¨¦rico, sin embargo, parece bastante claro que una de las principales es el desgaste de la generaci¨®n fundacional del partido y la insuficiencia de las sustituciones ya operadas en destacadas responsabilidades. La socialdemocracia afronta a escala mundial el reto de la renovaci¨®n, de una puesta al d¨ªa que libere a los partidos socialistas de la contradicci¨®n que les abrasa cuando llega una crisis econ¨®mica: la de hacer desde los Gobiernos lo contrario de lo que preconizan desde las oposiciones, en particular en materia de pol¨ªtica econ¨®mica. Es un elemento clave, ciertamente, y de c¨®mo se resuelva depende tambi¨¦n el futuro del socialismo en Catalu?a y en Espa?a. Pero su ideario b¨¢sico ya est¨¢ inventado. Lo mismo cabe decir del PSC. Ya est¨¢ inventado. Lo que en su caso hay, adem¨¢s de la necesidad de librarse del cors¨¦ de la ortodoxia econ¨®mica neoliberal, es un problema de calidad de los liderazgos.
Ejemplos claros para ilustrar el alcance de este problema son los fracasos registrados con las sustituciones de Joan Clos por Jordi Hereu y de Pasqual Maragall por Jos¨¦ Montilla. A pesar de la trascendencia de estos dos casos, sin embargo, la cuesti¨®n no radica solamente en acertar m¨¢s o menos a la hora de designar un candidato. El mal es otro. Es que a una generaci¨®n progresista forjada en las d¨¦cadas de 1960 y 1970 en la ilusi¨®n por la democracia y el cambio social le ha sucedido otra forjada en los despachos, fueran los del partido o los de las instituciones, incapaz de transmitir ilusiones y de convertir su programa en un proyecto colectivo mayoritario.
Este problema no es menor. Y no viene de ayer. Una parte de sus causas es sociol¨®gica, fruto de los cambios en la estructura social catalana, la p¨¦rdida de peso del sector industrial, el ascenso econ¨®mico de los hijos y nietos de los inmigrantes del desarrollismo espa?ol de 1960. En estas capas sociales est¨¢ desapareciendo la identificaci¨®n autom¨¢tica, o casi, con la izquierda y, sobre todo, con el partido socialista. Otra parte de las causas est¨¢ relacionada con la endogamia, la cooptaci¨®n de dirigentes apenas disfrazada, la burocratizaci¨®n que se apodera de los partidos a la m¨ªnima ocasi¨®n que exista para ello. Basta con preguntarse por el relieve pol¨ªtico de los candidatos a diputado en las ¨²ltimas elecciones legislativas y auton¨®micas para comprobar el resultado de la espiral negativa provocada por la combinaci¨®n de endogamia y burocratizaci¨®n.
El congreso del s¨¢bado debiera ser, pues, no un congreso para la renovaci¨®n como suele decirse en casi todos, sino un congreso para una reconversi¨®n como fueron las del textil en Catalu?a y la de la metalurgia en Euskadi y Asturias, por poner hitos caros para los propios socialistas. Es decir, un congreso para cambiar totalmente el chip, para forjar una generaci¨®n de dirigentes capaces de luchar de nuevo desde la oposici¨®n, que es lo caracter¨ªstico del momento presente.
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