La oposici¨®n reta a El Asad con un paro general durante las elecciones locales
La huelga contra el r¨¦gimen fue secundada ampliamente en las ciudades rebeldes
Siria simultane¨® ayer unas elecciones municipales y una huelga general. Pero en pocos lugares coincidieron ambos acontecimientos. En las ciudades dominadas por la oposici¨®n, como Homs, Hama, Deraa o Idlib, la huelga contra el Gobierno fue muy seguida y apenas hubo noticia de que se abrieran las urnas, ya que prosegu¨ªan los combates espor¨¢dicos entre el Ej¨¦rcito y las fuerzas rebeldes. En Damasco y en Alepo, en cambio, se mantuvo la normalidad y se registr¨®, seg¨²n el Gobierno, una gran afluencia de electores deseosos de respaldar el programa de reformas ofrecido por el presidente Bachar el Asad.
La huelga general, concebida como un acto de desobediencia civil, comenz¨® el domingo y seguir¨¢ convocada, seg¨²n sus organizadores, hasta que el Gobierno acuartele sus tropas y libere a los miles de ciudadanos detenidos desde marzo, cuando comenz¨® la revuelta. Se trata de un esfuerzo opositor por preservar el inicial esp¨ªritu pac¨ªfico de la protesta contra El Asad, cada vez m¨¢s sofocado bajo el clima de violencia. El continuo crecimiento del llamado Ej¨¦rcito Libre de Siria, compuesto por desertores, y la proliferaci¨®n de armas entre la propia oposici¨®n hacen que el conflicto tienda hacia algo muy parecido a una guerra civil.
Las votaciones se desarrollaron con normalidad en Damasco y Alepo
La ONU eleva a 5.000 el n¨²mero de v¨ªctimas mortales en la represi¨®n
El ambiente b¨¦lico, sin embargo, se limita a zonas concretas. Eso permite a la televisi¨®n oficial (el ¨²nico medio del mundo que dice la verdad, seg¨²n el Gobierno) y a la agencia Sana mantener que los sirios apuestan masivamente por el presidente El Asad y que las protestas apenas obtienen eco. "Los mercados en las provincias sirias desarrollaron una actividad normal" el domingo, primer d¨ªa de huelga, seg¨²n la agencia oficial Sana, "pese a las instigaciones por parte de grupos terroristas vinculados a intereses extranjeros, que reclamaban la paralizaci¨®n de las actividades econ¨®micas y sociales".
El Gobierno hizo ayer lo posible por fomentar la participaci¨®n electoral o, al menos, una apariencia de participaci¨®n. Seg¨²n portavoces de la oposici¨®n, patrullas militares obligaron a estudiantes y vecinos a acercarse a los colegios con el fin de que la televisi¨®n pudiera emitir im¨¢genes de gran afluencia a las urnas. Eso demuestra el nerviosismo del r¨¦gimen, ya que las elecciones municipales nunca han interesado a los sirios y la participaci¨®n en convocatorias anteriores ha rondado el 10%.
Bachar el Asad y sus fieles se muestran dispuestos a hacer lo necesario para negar la evidencia. En una entrevista concedida en d¨ªas pasados a la televisi¨®n estadounidense ABC, El Asad asegur¨® que nunca hab¨ªa ordenado reprimir con violencia las manifestaciones, neg¨® que hubiera cifras importantes de civiles muertos (la ONU indic¨® ayer que el recuento de v¨ªctimas de la represi¨®n "probablemente" ya supera las 5.000) y reiter¨® que los problemas eran provocados por bandas armadas pagadas por potencias extranjeras. Ser¨ªa ingenuo pensar que EE UU o Arabia Saud¨ª son ajenos a los acontecimientos en Siria, pero resulta c¨ªnico negar que muchos miles de ciudadanos llevan meses desafiando los disparos de las fuerzas de seguridad para exigir que El Asad se vaya.
La oposici¨®n asegura que El Asad prepara un asalto militar definitivo contra las ciudades donde el r¨¦gimen ya no ejerce el control, especialmente Homs. Es posible, porque el tiempo apremia. Las sanciones econ¨®micas impuestas por EE UU, la UE, la Liga ?rabe y Turqu¨ªa est¨¢n haciendo da?o al conjunto de la poblaci¨®n y a los negocios de las ¨¦lites mercantiles de Alepo y Damasco, cuyo apoyo resulta fundamental para el r¨¦gimen. Falta gas¨®leo, la libra se ha devaluado un 25% y Turqu¨ªa, el principal cliente comercial, ha cerrado en la pr¨¢ctica sus fronteras imponiendo un arancel del 30% sobre todos los productos procedentes de Siria.
Personas tan dispares como el l¨ªder de los Hermanos Musulmanes sirios, Mohamed Riad al Shafka, o el ministro de Defensa israel¨ª, Ehud Barak, coinciden en pronosticar que a Bachar el Asad le quedan pocos meses y que la ca¨ªda del r¨¦gimen es ya inevitable. Eso no resulta demasiado obvio si se tiene en cuenta que el Ej¨¦rcito, pese al goteo de deserciones, se mantiene a las ¨®rdenes de El Asad y que la revuelta no ha logrado prender por el momento en las dos principales ciudades, Alepo y Damasco. La fuerza militar y la oligarqu¨ªa mercantil siguen del lado del Gobierno. S¨®lo una ruptura de esa alianza o la aparici¨®n de grietas en el n¨²cleo del r¨¦gimen, dominado por la minor¨ªa religiosa alau¨ª, podr¨ªa precipitar un vuelco.
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