El tanatorio de los sue?os
Resulta especialmente oportuno el estreno de este heterodoxo documental de ?scar P¨¦rez y Mia de Ribot la misma semana en que llega a las carteleras The artist, el celebrado -aunque capaz de suscitar encendidas discusiones cin¨¦filas- homenaje al cine mudo del franc¨¦s Michel Hazanavicius. Si The artist explora el drama de la ca¨ªda en desgracia de las estrellas silentes con la llegada del sonoro -algo de lo que ya hab¨ªa hablado la c¨¦lebre Cantando bajo la lluvia (1952), pero tambi¨¦n la menor, aunque notable It happened in Hollywood (1937) de Harry Lachman, con guion de Samuel Fuller-, Hollywood talkies habla de otros infortunios posteriores: los de los actores que viajaron a la Meca del Cine para protagonizar las versiones habladas en espa?ol de las pel¨ªculas que produc¨ªan, para la exportaci¨®n, los grandes estudios en los primeros a?os del sonoro. Una estrategia que acab¨® revel¨¢ndose aparatosa y poco rentable y que, seg¨²n la tesis de Ribot y P¨¦rez, solo premi¨® con fracaso, desesperaci¨®n y olvido a quienes fueron en busca de fama, fortuna e inmortalidad.
HOLLYWOOD TALKIES
Direcci¨®n: ?scar P¨¦rez
y Mia de Ribot.
Documental. Espa?a, 2011.
Duraci¨®n: 61 minutos.
Adscribi¨¦ndose a la etiqueta del documental de autor, Hollywood talkies escoge un registro muy concreto para contar esa historia apasionante que, en realidad, es un tupido cruce de relatos olvidados: una sucesi¨®n de espacios vac¨ªos -playas de Los ?ngeles, fachadas de viejos cines, calles desiertas- y fotograf¨ªas de ¨¦poca, mientras una voz en off desgrana an¨¦cdotas y comprime vidas como quien est¨¢ leyendo un balance de da?os tras un siniestro. Es una respetable opci¨®n ¨¦tica y est¨¦tica, pero el principal problema es que solo muestra, por as¨ª decirlo, una parte de la foto... cuando no ti?e de sepia elegiaco situaciones en las que este cr¨ªtico no detecta esa absoluta ausencia de vitalidad y alegr¨ªa que impone el tono del conjunto: como, sin ir m¨¢s lejos, la del actor que, a la espera de rodar pero con sueldo fijo y coche a su disposici¨®n, se convierte en una suerte de terror al volante.
Hay ausencias notables en Hollywood talkies, pero, sobre todo, queda la sensaci¨®n de que este documental, tan insatisfactorio como enigm¨¢tico, se levanta sobre un trabajo de documentaci¨®n que podr¨ªa dar pie a muchas otras versiones posibles de la historia. En esta, parece que todo espa?ol que puso el pie en la Meca del Cine ingres¨® cad¨¢ver en el sue?o de Hollywood.
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