Hay que acabar con la corrupci¨®n

Qu¨¦ buen art¨ªculo el de Rosa Montero sobre la corrupci¨®n, c¨®mo acierta al afirmar que es la laxitud ¨¦tica uno de sus ingredientes. Tambi¨¦n a?adir¨ªa yo la cercan¨ªa a la tentaci¨®n; como dice un buen amigo, "susceptible de ser corrupto es todo aquel que tiene posibilidades de contratar".

Pero es m¨¢s censurable aun cuando se da en el estamento p¨²blico, porque el personal p¨²blico que se corrompe -ya sea este funcionario, contratado laboral o pol¨ªtico (se nos olvida que los pol¨ªticos entran tambi¨¦n en esa categor¨ªa, pues cobran a cargo de los presupuestos)- ensucia con sus actos la imagen de lo p¨²blico, nos ensucia a todos menoscabando as¨ª la confianza de la sociedad en ese t¨¦rmino. Un servidor p¨²blico deber¨ªa ser sancionado aun con m¨¢s dureza por el solo hecho de serlo, porque el da?o que hace es mucho mayor.

Mientras intentamos cambiar la ¨¦tica y la cultura hay que seguir persiguiendo esas actuaciones. Por eso es de aplaudir la creaci¨®n de la Oficina Antifraude Catalana, Madrile?a, Andaluza, Espa?ola, Europea, Mundial,... y qui¨¦n sabe cuantos universos m¨¢s alcanzados por ese mal.