La literatura como fest¨ªn
Narrativa. ?Qu¨¦ consuelo, qu¨¦ gozo, qu¨¦ advertencia puede hallar en Gargant¨²a y Pantagruel el c¨ªnico y desencantado lector actual, que ha asistido hastiado a no se sabe ya cu¨¢ntas muertes y resurrecciones de la novela, y que transita hoy, entre afligido y resignado, por una ficci¨®n en perpetua sospecha de s¨ª misma, obligada a una consideraci¨®n siempre ir¨®nica de sus poderes, enfangada en el descubrimiento de otros tantos mediterr¨¢neos que una mirada atenta a la tradici¨®n le evitar¨ªa considerar como tales, al constatar que lo que llama "descubrimiento" es solo reconocimiento en el mejor de los casos o ignorancia en la mayor¨ªa de ocasiones?
?Qu¨¦ propuesta puede hacer suya el lector contempor¨¢neo ante este libro seminal, que alzado sobre el tr¨ªpode de las Escrituras, el saber grecolatino y la ¨¦pica forjada en la novela caballeresca desborda toda constricci¨®n formal y se convierte en una m¨¢quina trituradora de prejuicios? ?Qu¨¦ feliz circunstancia ilumina esta prosa lib¨¦rrima, lasciva, procaz hasta decir basta, inc¨®moda por momentos aun para nuestra sensibilidad posindustrial, que ha hecho de la pornograf¨ªa un paraje yerto y aqu¨ª se debe enfrentar a una sexualidad plena, retozona, de una capacidad evocativa y sensorial alucinante, como sucede en el asombroso episodio de las murallas parisienses construidas con vaginas? ?Qu¨¦ zarza ardiente nos sale al encuentro en este ciclo que se mofa de todo y todos, que arde por sus cuatro costados y le ense?a el culo al te¨®logo, al ret¨®rico, al pr¨ªncipe, a putas y cortesanos, catedr¨¢ticos y f¨¢mulos, almas bellas y maquiav¨¦licos, al hombre de armas, al b¨¢culo de Iglesia, al fil¨®sofo escol¨¢stico?
Gargant¨²a y Pantagruel (Los cinco libros)
Fran?ois Rabelais
Prefacio de Guy Demerson
Traducci¨®n y notas de Gabriel Hormaechea
Acantilado. Barcelona, 2011
1.506 p¨¢ginas. 49 euros
?Qu¨¦ voluntad anima al irreverente predecesor de Cervantes, de Sterne, de Joyce y de Perec, de los revolucionarios de la narrativa, de esa l¨ªnea fecunda y sagrada que hace de la literatura en general y de la novela en particular la m¨¢s alta manifestaci¨®n de la libertad creadora? ?Qu¨¦ audaz verdad se descubre en este libro en que se folla sin pausa, se bebe sin medida, se come hasta el hartazgo, se miente a satisfacci¨®n, se roba, se estupra y se asesina, se opina de aerofagia, canibalismo y sodom¨ªa con id¨¦ntica ligereza e id¨¦ntica seriedad que las empleadas para discutir con Tito Livio, Tom¨¢s de Aquino o Carlos I, con un lenguaje que nos eleva desde la hip¨¦rbole, que nos abruma con la pirueta, que nos asombra ante la evidencia de una inteligencia en estado puro, que viaja de la medicina renacentista a la chanza taumat¨²rgica, de la hermen¨¦utica veterotestamentaria a la m¨¢s rotunda escatolog¨ªa, de la lecci¨®n humanista al terrorismo in nuce?Quiz¨¢ la respuesta a todas esas preguntas, que en realidad esconden una sola y vieja demanda (qu¨¦ hace cl¨¢sico al cl¨¢sico), la hallemos en el prefacio de Guy Demerson: "Seg¨²n Rabelais, una obra aut¨¦nticamente literaria corre el riesgo de fracasar en un medio cultural incapaz de captar el mensaje, por su estupidez, por su car¨¢cter superficial o simplemente por su mala fe; siempre present¨® su libro como ejemplo de tal tentativa de comunicaci¨®n expuesta a la incomprensi¨®n. El acto de 'benevolencia' del lector es la risa, la prueba de que acepta entrar en el fantasioso mundo de la literatura". Porque esa risa liberadora es el arcano de un texto inagotable, esa risa que jam¨¢s falta en ning¨²n libro realmente decisivo (la risa del Quijote o Tristram Shandy, de Ulises o La vida instrucciones de uso), y que en la magn¨ªfica edici¨®n de Gabriel Hormaechea nos devuelve el fest¨ªn de una raza de gigantes nacida de la pluma de quien acaso puede reclamar para s¨ª el t¨ªtulo de primer gigante de la novela europea.
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