Chelsea deja de fingir que no es una Clinton

La pasada primavera, en varias cenas informales en restaurantes cercanos a su apartamento del distrito de Flatiron, en Nueva York, Chelsea Clinton coment¨® con amigos algo que llevaba tiempo meditando. Quer¨ªa dejar de fingir que no era Chelsea Clinton, hija de un expresidente de EE UU y la actual secretaria de Estado. Tras pasar la mayor parte de sus 31 a?os alejada de los focos, en los ¨²ltimos 12 meses se ha incorporado al consejo de administraci¨®n de IAC/InterActiveCorp, la empresa intern¨¢utica del magnate de la comunicaci¨®n Barry Diller, marido de Diane von F¨¹rstenberg; ha recaudado fondos para amfAR (Fundaci¨®n para la Investigaci¨®n sobre el Sida); ha desempe?ado un papel m¨¢s p¨²blico con la Iniciativa Global Clinton, y ha organizado el 65? cumplea?os de su padre en una gala ben¨¦fica en Hollywood para la Fundaci¨®n Clinton, con invitados como Lady Gaga y Bono, de U2. Incluso ha abierto una p¨¢gina en Facebook.

"Aparte de ser ase-sora y hacer cam-pa?a por mi madre, no hac¨ªa suficiente por el mundo"

Su decisi¨®n m¨¢s sonada ha sido aceptar un trabajo de reportera en NBC News, donde cuenta historias de gente corriente haciendo cosas extraordinarias. El lunes se estren¨® en el programa Rock Center, con el veterano Brian Williams como padrino, presentando una pieza sobre una asociaci¨®n caritativa infantil en Arkansas. Mientras se dirig¨ªa al aeropuerto de Little Rock (Arkansas) tras rodarla, Chelsea explicaba en una entrevista telef¨®nica su decisi¨®n de desempe?ar un papel m¨¢s p¨²blico. "Mis padres me ense?aron a plantearme el mundo de forma cr¨ªtica, pero tambi¨¦n con un sentido de la responsabilidad".

Tras hacer campa?a para la candidatura presidencial de su madre en 2008, se dio cuenta de que le gustaba hablar en p¨²blico. Su abuela, Dorothy Rodham, le dio algunos consejos. "Me dijo que me hab¨ªa tocado ser Chelsea Clinton", recuerda, "y aparte de mi trabajo de asesora y del de hacer campa?a por mi madre, no estaba haciendo lo suficiente en el mundo". Cuando la abuela muri¨®, el pasado noviembre, Chelsea confiesa que "me tom¨¦ en serio lo de empezar a llevar una vida con un prop¨®sito".

Antes, en una fr¨ªa noche de febrero, la hija de Bill y Hillary asisti¨® a la gala ben¨¦fica anual de amfAR en Nueva York. All¨ª salud¨® a Elton John y a Richard Gere. Al subir a entregar un premio a su padre, bes¨® en la mejilla al productor Harvey Weinstein, amigo de la familia. "Me crie en una casa en la que o¨ªa m¨¢s el nombre de Mathilde Krim [fundadora de amFAR] que el de la gente que Harvey saca en sus pel¨ªculas". Barry Diller, presidente de IAC/InterActiveCorp, tambi¨¦n estaba entregando un premio. Poco despu¨¦s recomend¨® a Chelsea para el consejo de administraci¨®n de su empresa, donde se incorpor¨® a finales de noviembre en un puesto por el que recibe un anticipo anual de 50.000 d¨®lares y acciones con derechos aplazados por 250.000.

Para su aterrizaje televisivo, NBC News utiliz¨® durante semanas un seud¨®nimo con el fin de evitar que se supiera que se hab¨ªa incorporado al equipo. El presentador Brian Williams describe su primer encuentro, excesivamente discreto, en una mesa de atr¨¢s de un restaurante italiano como "El padrino sin un arma escondida en el cuarto de ba?o". Una ma?ana de mediados de noviembre, Chelsea estrechaba manos por los pasillos de la emisora en el Centro Rockefeller, donde tiene un despacho provisional.

"Mis padres me han apoyado enormemente desde la primera decisi¨®n realmente independiente que tom¨¦ de convertirme en vegetariana con 11 a?os, que, desde luego, no encajaba con su dieta por aquel entonces", subraya. No es lo ¨²nico en lo que no han compartido opini¨®n. Chelsea es valedora del matrimonio gay, que su padre desaprobaba hasta muy recientemente. Influido por su hija, apoy¨® en mayo un proyecto de ley de uniones entre personas del mismo sexo debatido en la Asamblea Legislativa de Nueva York. Sin embargo, Hillary Clinton se sigue resistiendo: se opuso durante la campa?a presidencial y su postura no ha cambiado.

Una parte de la fascinaci¨®n por la vida de Chelsea se debe a que, a diferencia de otros v¨¢stagos famosos, nunca ha sido fotografiada borracha tambale¨¢ndose a la salida de una discoteca. No es que lo evite, simplemente ella no es as¨ª, comenta Nicole Davison Fox, una amiga ¨ªntima. "Si nos hubiesen conocido en el instituto, habr¨ªan pensado que ¨¦ramos unas ?o?as", a?ade Fox. Se conocieron en una clase de ciencias de octavo en el Sidwell Friends School y ahora viven en el mismo edificio. Fox fue la dama de honor de Chelsea en su boda, en verano de 2010, con Marc Mezvinsky, un exbanquero de Goldman Sachs que crear¨¢ pronto un fondo de cobertura con un amigo.

Se dice que el piso del matrimonio, que comparte con un min¨²sculo yorkshire terrier llamado Soren, por el fil¨®sofo Soren Kierkegaard, est¨¢ repleto de libros. Chelsea habla del continuo apoyo de su marido y de su costumbre de hablar "de todo, algunas veces casi hasta la saciedad". En 2010, Chelsea dirigi¨® en la Universidad de Nueva York iniciativas interreligiosas para unir a los estudiantes musulmanes y jud¨ªos. Sus amigos dicen que motivadas por su matrimonio: ¨¦l es jud¨ªo; ella, metodista practicante.

Es probable que Chelsea tenga que aparcar su labor de reportera para ayudar a recaudar dinero en la campa?a de reelecci¨®n de Obama. Un asesor afirma que ayudar¨¢ "al 100%" en ella. Tiene un contrato de prueba con NBC News de tres meses, despu¨¦s de los cuales ambas partes decidir¨¢n si siguen o no.

Otro factor que influye en las decisiones de Chelsea es la salud de su padre. Bill Clinton tiene un historial de problemas cardiacos, incluida una operaci¨®n de cu¨¢druple baip¨¢s de la arteria coronaria en 2004. Chelsea, que no tiene hermanos, debe plantearse continuar el legado de su padre. "Es la tercera persona m¨¢s importante de la familia, y eso conlleva una responsabilidad", se?ala un exasesor de Clinton. En 2012, cuando Hillary Clinton ha dicho que dejar¨¢ su cargo, ser¨¢ la primera vez en que ninguno de sus progenitores ejerza un cargo p¨²blico. Esa idea hace que algunos dem¨®cratas est¨¦n entusiasmados con la perspectiva de una Chelsea Clinton candidata.

? 2011 New York Times News Service