20.000 abusos sexuales en el seno de la Iglesia abochornan a Holanda

La Conferencia Episcopal holandesa y la Asociaci¨®n de ?rdenes Religiosas pidieron perd¨®n por "la lacra de los abusos sexuales cometidos en el seno de la Iglesia cat¨®lica". "Nunca debi¨® suceder. Padres y ni?os depositaron su confianza en nosotros y hemos fallado", dijo el arzobispo de Utrecht, Willem Eijk. Eso fue a media tarde. Apenas unas horas antes, Wim Deetman, presidente de la comisi¨®n que lleva su nombre, encargada de investigar los abusos, hab¨ªa descrito un panorama desolador. Desde 1945, entre 10.000 y 20.000 menores fueron v¨ªctimas de agresiones que oscilaron entre la violaci¨®n (un millar) y los tocamientos no deseados. Ocurri¨® en internados, orfelinatos, colegios y seminarios, y los autores fueron unos 800 religiosos adultos. Al menos 105 de ellos siguen vivos.

Los obispos piden perd¨®n y aceleran las indemnizaciones para las v¨ªctimas

Las cifras son tan abultadas, e inesperadas, que el propio Deetman, exministro democristiano de Educaci¨®n, hizo un esfuerzo por situarlas en el conjunto de la sociedad holandesa. "Uno de cada 10 ciudadanos hoy mayor de 40 a?os -9,7% de la poblaci¨®n- fue agredido sexualmente antes de los 18 fuera del contexto familiar. Aunque el riesgo de asalto era dos veces mayor en los internados, la cifra nos ha dejado at¨®nitos", dijo, para luego mostrar su incredulidad. "?C¨®mo ha podido suceder algo as¨ª?", pregunt¨®, mirando al p¨²blico que abarrotaba la sala donde present¨® el informe.

Eligiendo sus palabras con cuidado, Deetman desminti¨® algunos mitos en torno al oscurantismo eclesial. "No puede hablarse de ocultamiento deliberado, ni de destrucci¨®n en masa de archivos. Hemos tenido carta blanca para consultarlos", dijo. Otra creencia, esta divulgada por la propia Iglesia acerca de su desconocimiento de los abusos, fue igualmente descartada. "Los comunicados dictando normas para evitar estos comportamientos existen desde el principio. Hasta 1950, el asunto figuraba de forma clara en la agenda de la Iglesia. Luego perdi¨® peso. Aunque no hubo un plan para borrar los hechos, lo sab¨ªan. Los trapos sucios se lavaron en silencio", a?adi¨®. El resultado fue el abandono de las v¨ªctimas en favor de sus agresores, y la b¨²squeda de soluciones a la desviaci¨®n sexual. "Entre ellas, una cura para la pederastia".

La influencia del celibato en los abusos, esgrimida a favor y en contra en la propia sociedad, fue la duda que Deetman trat¨® de despejar con mayor cuidado. Junto con sus colaboradores, el informe, de 1.200 p¨¢ginas, llega a una conclusi¨®n que revela el estado de ¨¢nimo de los religiosos holandeses hace seis d¨¦cadas. "No est¨¢ cient¨ªficamente demostrado que ser c¨¦libe por obligaci¨®n fomente los abusos. Pero muchos de los sacerdotes y hermanos de congregaciones a cargo de menores pensaron, en 1950 y 1960, que ser¨ªa abolido enseguida. Cumplirlo de por vida les puso en una situaci¨®n delicada a la hora de frenar su conducta. Y s¨ª, hemos visto casos de clara necesidad sexual".

Cuando todos los detalles fueron aireados, y fijada en 2.000 la cifra de denuncias recibida, lleg¨® la hora de la jerarqu¨ªa religiosa. "Rechazamos cualquier tipo de abuso sexual porque contradice la dignidad de la persona y el mensaje evang¨¦lico. Estas pr¨¢cticas no caben en nuestra Iglesia. Es un cap¨ªtulo negro de la historia de nuestra vida religiosa", se?ala el comunicado de la Conferencia Episcopal. El arzobispo Eijk asegur¨® que los "prelados que conocieron en su d¨ªa los abusos deben renunciar". Las indemnizaciones para las v¨ªctimas, a?adi¨®, llegar¨¢n "dentro de seis semanas". El monto oscila entre 5.000 y 100.000 euros, en funci¨®n de la gravedad de los hechos.

Las asociaciones de afectados tambi¨¦n est¨¢n asombrados por las cifras. "El rostro de la Iglesia cat¨®lica del pasado no da ¨¢nimos para pensar en un futuro mejor. Deben compensar", dijo Guido Klabbers, encargado de Klokk, portavoz de las asociaciones.