Polic¨ªas, asesinos y banqueros

Los PIIGS somos nosotros, los que nos cre¨ªmos felices y endeudados sin consecuencias: Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y Espa?a. En el arranque de la novela Con el agua al cuello (Tusquets, 2011), Fanis intenta convencer a su suegro, el comisario Kostas Jaritos, de que compre un coche espa?ol solo por solidaridad entre pobres, y dice una frase que vale el libro: "Quisimos vivir como tiburones y ahora estamos ahog¨¢ndonos porque los cerdos no saben nadar".

Petros M¨¢rkaris ha situado la trama de su novela en la Grecia que se hunde aplastada por la deuda y la crisis; un pa¨ªs gobernado por una troika omnipresente y omnisciente que manda incluso disfrazada de Scotland Yard.

Jaritos se enfrenta a varios asesinatos de personas relacionadas con la banca y el mundo del dinero. La investigaci¨®n policial est¨¢ impregnada de la cotidianidad griega: recortes salariales, retraso de la jubilaci¨®n, familias atrapadas en un cr¨¦dito que no pueden pagar, los suicidios...

Al tr¨¢fico de Atenas, tan infernal y legendario como el cairota, se une el caos diario generado por las manifestaciones de las distintas v¨ªctimas del ajuste. La ciudad es una ruleta rusa en la que no sirven la l¨®gica ni el GPS.

Narrada con su maestr¨ªa habitual, M¨¢rkaris hace una dura cr¨ªtica de su pa¨ªs -algo habitual en sus novelas-, de los pol¨ªticos, de los mediocres que se han encaramado a los puestos de mando, del jefe de la unidad antiterrorista que anhela salir en televisi¨®n. M¨¢rkaris conduce al lector por los para¨ªsos fiscales, las cuentas B, los extorsionadores de los que lo perdieron casi todo. Lo que se pierde con el descubrimiento del asesino, quiz¨¢ demasiado pronto, se gana en calidad literaria.